Vitoria - Aunque el parte meteorológico presenta en estos momentos para las empresas alavesas más claros que nubes, el mensaje de socorro que ayer lanzó su máximo representante volvió a ser certero. Álava necesita con urgencia crear más empresas para favorecer la creación de empleo. En concreto, ajustó Pascal Gómez, presidente de SEA Empresas Alavesas, 2.000 nuevas compañías que favorezcan en los próximos cuatro años la creación de 20.000 puestos de trabajo. “Álava cuenta en estos momentos con 9.635 empresas, una cifra que muestra el crecimiento paulatino de los últimos años pero que también pone de manifiesto que continuamos siendo mil empresas menos que antes de la crisis”, deslizó el presidente durante su intervención en la Asamblea General de SEA, celebrada ayer en el Edificio Vital de Salburua con la presencia de los principales agentes políticos, económicos y empresariales del Territorio. En ese empeño por reducir la actual tasa de desempleo (18.987 personas se encuentran en el paro), desde la patronal alavesa se volvió a ponderar la figura del empresariado local, culpable de emplear al 90% de la población alavesa y garante del camino a seguir. Insistió SEA en apostar por este camino “sin fisuras” como condición indispensable para que la provincia pueda mantener las cifras récord de exportación registradas el pasado ejercicio o el nivel de las contrataciones indefinidas. “En 2018 se han firmado más contratos indefinidos que en la etapa precrisis, más que nunca”, se felicitó Gómez, que también puso en valor la temporalidad en el País Vasco, hoy por hoy 1,5 puntos menor que en el resto del Estado.

Con el diagnóstico realizado, el representante de los empresarios alavesas puso el foco en la batería de medidas que, a su juicio, son necesarias para afrontar con garantías la que, según dijo ayer, es la legislatura más importante de los últimos 50 años: la formación, la retención y atracción del talento y el nuevo modelo de relaciones laborales, estrechamente relacionado con la Industria 4.0. En este punto, cargó el presidente contra la representación sindical presente en las empresas y con la que “es muy difícil no ya llegar a acuerdos, sino siquiera sentarse a negociar”, lamentó Gómez antes de apostillar: “Es imposible hablar con quien no quiere escuchar”. A las centrales con las que sí ha sido posible tejer acuerdos agradeció la patronal su predisposición al acuerdo, lo que ha dado como fruto que ningún trabajador en Álava no esté bajo el paraguas de un convenio firmado o en vías de negociación. “51 convenios colectivos es el balance del año pasado. Todo un logro del que estamos satisfechos”, concluyó el presidente.

reforma fiscal En este contexto de colaboración empresarial, el lehendakari, Iñigo Urkullu, volvió a abrir la puerta a emprender una reforma fiscal a partir de 2020, con el fin de “mejorar” el modelo tributario tras la evaluación de los cambios introducidos en 2017. La eventual reforma, según explicó ayer, se llevaría a cabo a través del “acuerdo” y se guiaría, al igual que la de hace tres años, por el objetivo de “dinamizar” la economía y garantizar unos recursos suficientes para mantener unos servicios públicos de calidad. “Así lo haremos, y nuestro compromiso es evaluar para mejorar”, subrayó durante su intervención ante el empresariado alavés. Un compromiso y una mejora, insistió, que se llevarían a cabo a través del “acuerdo” y siempre manteniendo los dos principios de la reforma anterior: la contribución al dinamismo de la actividad económica y la posibilidad de contar con recursos suficientes para garantizar unos servicios públicos de calidad.

A partir de ahí, Urkullu subrayó que los últimos indicadores económicos constatan la recuperación económica en Álava y en el conjunto de Euskadi, si bien en este escenario alertó que es preciso no bajar la guardia. “No nos podemos confiar, porque nadie nos ha regalado nada y nadie nos va a regalar nada”. A su juicio, la mejora económica confirma la conveniencia de mantener la apuesta por la “estabilidad”, por las “estrategias compartidas” y por el “apoyo a la economía productiva” que se puso en marcha hace cinco años.

Por su parte, Antonio Garamendi, presidente de CEOE, abogó por el diálogo social como factor clave para seguir avanzando. “No solo consiste en firmar convenios sino en convencer. Esa es la mejor infraestructura de un país y Euskadi tiene mucho que mejorar en ese campo”.