donostia - Gipuzkoa vuelve a contar en su sistema fiscal con el Impuesto sobre Patrimonio, después de que ayer se aprobara por el pleno de las Juntas Generales del territorio la segunda reforma que incorpora las últimas modificaciones de este tributo. Un cambio en la denominación, la incorporación del escudo fiscal y una actualización de las tarifas configuran de manera definitiva este impuesto.
La modificación final de este tributo llega seis años después de que el anterior equipo de gobierno foral presidido por EH Bildu decidiera sustituirlo por el denominado Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas que, entre otras cuestiones, eliminaba el límite por el que deben tributar los guipuzcoanos.
El pleno de las Juntas Generales de Gipuzkoa sometió ayer a votación la reforma del Impuesto sobre Patrimonio que fue aprobada con los 28 votos a favor del PNV, PSE-EE y PP y los 22 contrarios de EH Bildu y de Ahal Dugu-Podemos.
Esta aprobación pone fin a un camino iniciado en 2015, cuando de forma “urgente” el equipo de gobierno foral conformado por PNV y PSE-EE introdujo una primera modificación en el Impuesto sobre Patrimonio al dejar exentas de declaración las participaciones empresariales.
Junto a las aceptadas ayer, entra en vigor un tributo que, entre sus principales modificaciones, incorpora el escudo fiscal que establece un límite del 65% de los ingresos anuales de un contribuyente por los que deberá declarar combinadamente IRPF y Patrimonio.
Con el objetivo de que este cambio no afecte de manera negativa a la recaudación, la norma foral también dicta un incremento de las tarifas para asimilarlas a las existentes en Álava. En concreto, se contempla una escala de tipos de ocho tramos que oscilan entre el 0,20% y el 2,50%. En Bizkaia, en cambio, su sistema establece seis tramos con el 2% como tipo más alto.
A pesar de este cambio, el nuevo Impuesto sobre Patrimonio recaudará ocho millones menos que el existente antes de las reformas de 2015 y 2018, según los cálculos del departamento de Hacienda y Finanzas de la Diputación de Gipuzkoa. Su titular, Jabier Larrañaga, restó importancia ayer a esta cifra, puesto que afirmó que “supone el 0,17% de la recaudación tributaria total del anterior ejercicio”.
armonización El diputado calificó como “un día importante” el de ayer, en el que afirmó que “Gipuzkoa deja de ser un rara avis fiscal al alinear su impuesto con Araba, Bizkaia y Navarra”. La armonización fiscal fue el aspecto más subrayado ayer por el diputado de Hacienda y Finanzas, en sintonía con los argumentos utilizados en sus sucesivas comparecencias para defender las medidas que se aprobaron en pleno.
Larrañaga recordó que el Impuesto sobre Patrimonio tan solo existe en dos países, Francia y España, y que el primero de ellos lo derogará en 2019 mientras que en el segundo varias comunidades autónomas como Madrid ya han prescindido de él.
“Gipuzkoa no podía permitirse seguir siendo el territorio europeo con la fiscalidad más dura en este ámbito”, aseveró Jabier Larrañaga, para después advertir de que, no obstante, “aquí no se regala nada a nadie, aquí se pagará lo mismo que se paga en los territorios que tenemos alrededor”.
El territorio guipuzcoano se alinea así con un sistema tributario vasco que hace tres meses también decidió rebajar el tipo del Impuesto de Sociedades del 28% al 24% en dos años.