Lanbide organiza hoy en Bilbao una jornada con técnicos de distintos servicios de empleo de países europeos para trabajar salidas laborales para los parados con menos cualificación. En el caso de Euskadi, el sector escogido por sus posibilidades a medio plazo es el sociosanitario, en el que se irá incrementando la demanda de servicios a medida que avance el envejecimiento de la población. El resto de países que intervienen en el proyecto Replay-Vet, cofinanciado por la Unión Europea, se centrarán en otros ámbitos de actividad.

Se calcula que Euskadi generará en torno a 360.000 empleos en los próximos 12 años, la mayoría por reemplazo de personas que se jubilan, y a partir de ahora el reto es redirigir la formación de los más de 100.000 desempleados hacia los sectores con más oportunidades. Para abordar el problema de la empleabilidad de las personas con baja cualificacion, expone el director del gabinete técnico de Lanbide, Javier Ramos, es preciso unificar primero el criterio con el resto de socios europeos. Así, Lanbide ha elaborado un mapa de la situación del desempleo con menor cualificación, en especial a los colectivos más vulnerables como son los jóvenes y los mayores de 45 años, y sus posibles salidas laborales en el sector sociosanitario.

“El mercado de trabajo necesita perfiles cada vez más finos”, señala Ramos, “por tanto las actuaciones de formación de Lanbide tienen que ser muy personalizadas”, explica. En Euskadi hay algo más de 128.000 desempleados inscritos en Lanbide, y el contexto económico y social apunta a que la cifra seguirá bajando. “Si seguimos en una situación de estabilidad y continúa el crecimiento económico y no hay un elemento disruptivo, pues estamos ante un escenario de crecimiento del empleo”, asegura el técnico de Lanbide.

sustitución por jubilación En ese sentido, habrá dos grandes vías de generación de oportunidades laborales los próximos años, por un lado la propia dinámica de generación de nuevos empleos por la actividad económica y, por otro, las sustituciones por jubilaciones. Se estima que hasta 2030 se generarán 360.000 puestos de trabajo, de los que la tercera parte corresponden al proceso de relevo por el envejecimiento de plantillas.

“El reto es cómo dirigir con políticas activas a ese colectivo de desempleados con menor cualificación hacia esos sectores que tendrán más demanda”, explica Ramos. “Lógicamente no podremos recolocar a todos en el sector sociosanitario, cada perfil es diferente. De ahí la importancia de los itinerarios personalizados”.

Cuestionado sobre una posible sobrecualificación de los jóvenes, asegura que, pese a los altos niveles formativos, en estos momentos “hay poblacion con alta cualificacion que encaja en trabajos que demandan ese perfil”. “Es verdad que determinados perfiles no son reclamados, y eso genera frustración. Luego hay muchas personas con un alto nivel formativo con niveles retributivos bajos, y eso es mejorable, claro”, advierte.

Ramos reconoce que en determinados segmentos industriales concretos pueden faltar profesionales, pero no lo ve un problema generalizado. “En general la industria no sufre por falta de mano de obra con preparación específica. Diría que el volumen de trabajadores es suficiente para cubrir la demanda”, afirma.