Serán veteranos pero no han perdido su capacidad de indignación... ni de movilización. Los jubilados vascos han decidido redoblar sus protestas en las calles en contra de las medidas del Gobierno español del Partido Popular que, al no querer vincular las pensiones al IPC, reducen el poder adquisitivo de las prestaciones que perciben tras muchos años de trabajar y cotizar a la Seguridad Social. Ayer, un lunes más, se reunieron, entre otras localidades, frente a los ayuntamientos de Bilbao y Barakaldo.
Los jubilados están “cabreados y enfadados”, sí “ponlo, ponlo”, señalan a los representantes de los medios informativos que asisten a sus concentraciones, tras la decisión del Ejecutivo de Mariano Rajoy de subirles las pensiones un 0,25% de cara al presente 2018 cuando los precios lo hacen a tasas del 1,2%. Al desligar la evolución de las pensiones del IPC “perdemos poder adquisitivo” señalan los oyentes mientras un grupo de jubilados, todos con más de 65 años de edad, se dirigen desde las escalinatas de un ayuntamiento vasco, para el caso el de Bilbao, a los cientos de compañeros que desafiaron el frío de ayer para salir una vez más a las calles y recordar a la clase política, por si en algún momento lo ha olvidado, que son más de medio millón de personas en la CAV y más de nueve millones en el conjunto del Estado español, y ello supone un colectivo electoral más que importante.
De hecho, uno de los anónimos intervinientes , tras criticar el intento de “meternos el miedo en el cuerpo”, con el futuro de las pensiones por parte del PP y la banca, y afirmar que “nos seguiremos viendo aquí un lunes tras otro si hace falta”, no dudó en proclamar desde la improvisada tribuna que de seguir así “cuando lleguen las próximas elecciones les va a votar su p... madre”, lo que levantó nutridos aplausos de los asistentes sin distinción de sexo.
Una pensionista defendió la necesidad de seguir luchando porque “nunca hemos conseguido nada sin lucha y o luchamos o las vamos a pasar canutas. Tenéis que concienciar a la familia y amigos”.
Recorte de un 13% Los jubilados recordaron que la decisión gubernamental de mantener la subida mínima de las pensiones en un 0,25% anual hasta 2022, cuando las previsiones de incremento de precios son mucho mayores, supondrá “una perdida de entre el 13 y el 15% de nuestras pensiones y esto no solo nos afecta a nosotros y a nosotras, sino también a las nuevas generaciones”.
Los intervinientes hicieron especial hincapié en recordar la problemática de las mujeres, con pensiones más bajas, y llamaron a establecer una pensión mínima de 1.080 euros mensuales con “subidas progresivas y mayores para las pensiones más bajas, como las de viudedad”. En todo caso, los jubilados siguen dispuestos a hacer valer su fuerza electoral.