Grandes compañías como Google o Alibaba, pero también organismos como la Organización Mundial del Comercio (OMC), consagraron ayer en la localidad suiza de Davos a Internet como el puntal del libre comercio y la herramienta para que empresas de menor tamaño puedan competir en condiciones de igualdad.

El presidente y fundador de Alibaba, Jack Ma, defendió de todas las maneras posibles en el Foro Económico Mundial el comercio electrónico, que se ha impuesto, entre otras razones, porque “es lo que prefieren los jóvenes, y lo que prefieren las nuevas generaciones, es lo que triunfa”.

Ma recordó que hace apenas veinte años en China no había prácticamente ordenadores, pero con la implantación de los teléfonos móviles las transacciones digitales suponen una parte fundamental de la economía del país y, así, sólo hacia Rusia salen desde China más de un millón de paquetes cada día.

Y es que, explicó, “es más barato fabricar y vender teléfonos móviles que hacer carreteras” y con un terminal móvil “cualquiera puede comprar, vender, viajar o producir por Internet”, algo que saben tanto las grandes corporaciones como las pequeñas.

También presente ayer en Davos, el consejero delegado de Google, Sundar Pichai, indicó que el teléfono móvil “ha cambiado nuestras vidas” porque con un terminal conectado a internet “se puede hacer todo”.

El directivo de Google cree, no obstante, que aún más que el móvil, el fuego o la electricidad, el suceso de mayor relevancia para la humanidad será el desarrollo de inteligencia artificial. Por su parte, Ma instó a “no utilizar el comercio como un arma” porque, cuando el comercio se detiene, “empieza el conflicto”.

Junto a Ma intervinieron en una mesa redonda sobre el impacto del comercio electrónico en las grandes corporaciones y en las empresas de menor tamaño la primera ministra de Perú, Mercedes Araoz, y el director de la OMC, Roberto Azevedo.

Ma narró que hace unos años estuvo de visita en Perú y asistió a una manifestación contra la globalización, pero los propios participantes le relataron que habían conseguido vender sus productos en el norte de Europa o en Nueva Zelanda, algo impensable con los medios tradicionales.

En este sentido, Azevedo señaló que “no se puede trabajar ahora con parámetros del siglo XX”, aunque lamentó que las trabas burocráticas siguen siendo “tremendas”, ya que algunos gobiernos “parece que no se dan por aludidos”.

Jack Ma reconoció que hace pocos años “nadie daba un duro por el comercio electrónico, nadie pudo predecir en lo que se iba a convertir el mundo”, y subrayó que la única receta para el éxito es “aprender, las empresas, los gobiernos, los consumidores, todos”. No obstante, lamentó que “las administraciones públicas lo primero que se preguntan es cómo lo puedo regular, en vez de plantearse cómo lo puedo hacer”.

Araoz recogió la alusión y defendió la labor de su Gobierno para favorecer los flujos de mercado, al tiempo que alabó el papel de plataformas como Alibaba en Latinoamérica, que ha contribuido a la difusión de los productos nacionales. La primera ministra se mostró partidaria de facilitar la digitalización de las empresas, de ofrecer más servicios de Internet y menos trabas para pagar impuestos y sacar licencias o permisos. De ese modo, los jugadores de menor tamaño, las pymes, no quedarán excluidos del mercado en favor de las grandes corporaciones. - Efe