Bilbao - ELA y LAB reclaman a Edesa Industrial, Fagor Sociedad Cooperativa y Gobierno vasco la constitución, junto a los dos sindicatos, “un grupo de trabajo” que permita aunar intereses y salvar la empresa. Ambas centrales reclaman una “apuesta” por un proyecto industrial que garantice el futuro de la actividad y el empleo “a cientos de familias”.

Las centrales con representación en Edesa Industrial indicaron ayer en un comunicado que a dicho grupo de trabajo se debe aportar la información sobre la situación real de la compañía y aseguran que su constitución supondría el “inicio de un cambio en la actuación” de los actores implicados que están llevando a la firma que heredó los activos de Fagor Electrodomésticos “a su liquidación”.

“Solo desde la búsqueda de una solución que satisfaga a los diferentes intereses empresariales y que permita el mantenimiento tanto de los puestos de trabajo como de sus condiciones laborales se podrá garantizar un proyecto industrial de futuro”, remarcan los dos sindicatos.

ELA y LAB hacen esta consideración ante el nuevo plan planteado por el grupo polaco Amica, que informó el 12 de diciembre de la oferta de 26,8 millones de euros para adquirir determinadas líneas productivas de Edesa Industrial y Geyser, actualmente en concurso de acreedores, a cambio de seguir comercializando los productos bajo la marca Fagor.

La iniciativa “una vez más”, indican los sindicatos, “se ha dado a conocer a la opinión pública antes de trasladarla a los representantes de los trabajadores”, criticaron.

demanda de fagor Sin embargo, días después de conocerse el interés de Amica, la cooperativa Fagor presentó una demanda judicial para dar por finalizado el contrato con Edesa que permitía a esta empresa utilizar la marca en sus electrodomésticos.

Los sindicatos afirman que la “falta de transparencia” llevó “a la quiebra” a Fagor Electrodomésticos, una compañía que “por un lado transmitía a los cooperativistas que formaban parte de un proyecto social y por el otro se negaba a dar cualquier información fidedigna”.

ELA y LAB aseguran que CNA, que adquirió la empresa en 2014, “ha continuado con esa misma cultura” ya que presenta “planes a futuro que no se cumplen” y los proyectos “no superan un análisis mínimamente riguroso”.

Además, consideran que el Gobierno Vasco “acompaña desde hace años la deriva de las diferentes direcciones que han gestionado la empresa” y le acusan de defender la “impunidad empresarial” y la “cultura de dar la espalda a los trabajadores”. - DNA