Retos. Los grandes retos industriales vascos pasan por avanzar en ser una industria generadora de riqueza (más actividad y más empleo); más abierta (con un eje exclusivo de internacionalización); ser una industria avanzada (competitiva en la industria 4.0 con un esfuerzo adicional en la digitalización); y una industria que apuesta por las personas (más formación y mayor reconocimiento a las personas empresarias).
I+D. El presupuesto aumentará un 5% anual.
1.225
millones de euros destinará el Gobierno Vasco a la industria en el periodo 2017-2020
BILBAO - El Gobierno Vasco quiere impulsar la recuperación del sector industrial vasco -todavía por debajo del existente antes de la crisis de 2008- y apoyar a las pymes a sumarse al carro de la competitividad y la digitalización de forma que se evite una recuperación a dos velocidades, según señaló ayer la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, en Gasteiz con motivo de la presentación del Plan de Industrialización 2017-2020. Tapia recordó que el sector privado industrial ha reducido sus inversiones estos años, en especial las destinadas a I+D+i, un hecho que no ayuda a mantener la competitividad empresarial.
Tapia, a petición propia, compareció en el Parlamento Vasco para presentar ante la Comisión de Desarrollo Económico el plan industrial aprobado el pasado mes de julio y que ayer fue debatido en la Cámara vasca. El Plan de Industria 2017-2020 se enmarca en el Programa Marco por el Empleo y la Reactivación Económica Euskadi 2020.
El plan cuenta con un presupuesto directo del orden de 1.225 millones de euros para sus cuatro años de vigencia, a los que se les añaden, según recordó la consejera del Gobierno Vasco, casi 1.000 millones de euros adicionales anuales en concepto de avales y otras formas de financiación para empresas.
La consejera vasca de Desarrollo Económico e Infraestructuras destacó que a la hora de elaborar el plan se ha tenido en cuenta factores no directamente ligados con el sector industrial pero que sí tienen incidencia en su evolución, como son los ligados al cambio demográfico que se está produciendo en el País Vasco, con el estancamiento de la población y su progresivo envejecimiento.
En todo caso, Tapia dejó claro que la iniciativa del Ejecutivo contempla intensificar la atención a las pymes y a las empresas en dificultades, así como favorecer la diversificación industrial y la internacionalización.
Todo ello con el objetivo de que la industria vasca aporte de nuevo el 25% del Producto Interior Bruto (PIB), con un especial énfasis en la digitalización como área que ayude a ganar competitividad y situarse de la mejor forma posible de cara al futuro.
La consejera reconoció que la industria vasca ha perdido más de cinco puntos de aportación al PIB desde la crisis pues estaba en el 28% y ahora es de algo más del 24% y no se ha recuperado del todo al igual que el empleo. En la misma línea argumental, la consejera señaló que la industria vasca, en general, está formada por un perfil productivo tradicional, con predominio de sectores maduros “aunque que un sector sea maduro no significa que no sea avanzado”, con un desarrollo escaso de servicios avanzados.
Tapia recordó que a la hora de establecer el plan de industria se ha tenido en cuenta una realidad que señala que la inversión industrial vasca se ha reducido estos años, con una especial incidencia en un factor clave de competitividad como es en la innovación al bajar el dinero privado destinado a I+D. Si a ello se le suman los elevados costes laborales y energéticos para competir globalmente y las evidentes necesidades básicas de gestión y formación en muchas empresas pequeñas, se entiende en qué líneas quiere trabajar el Gobierno.
Se trata de tener más industria y mejor industria, en el sentido de que esta sea más competitiva. Para ello, uno de los objetivos del plan industrial vasco es el de intensificar la atención a las pymes para que no se queden atrás en ámbitos como la competitividad y la internacionalización.
Arantxa Tapia reconoció que la industria necesita diversificarse y destacó que el Gobierno Vasco tiene la obligación de “acompañar” a este sector, pero destacó que el liderazgo es “privado”, lo que levantó las críticas de la oposición política que espetó a Tapia que el papel del Ejecutivo es “liderar” la política económica, no solo acompañar.
Respecto a las empresas en dificultades, la consejera recordó que el plan incluye el programa Bideratu berria, avalado por la Unión Europea, que contempla ayudas legales destinadas a la reestructuración y relanzamiento de empresas en crisis. En todo caso dejó claro que para que el Ejecutivo pueda profundizar en el apoyo en una empresa, incluyendo una hipotética participación, la misma debe contar con un plan de viabilidad, un acuerdo con los trabajadores y un compromiso de los accionistas de “poner dinero nuevo”.
En el plan de industria se busca, entre otros aspectos, además de impulsar la industria 4.0, canalizar instrumentos de financiación acordes con la situación de cada empresa en dificultades. Además, Tapia recordó que para finales de este año está previsto el lanzamiento del nuevo fondo de inversión público-privado, con 250 millones, para participar en empresas estratégicas con el fin de facilitar su arraigo en Euskadi.