GAsteiz - El Gobierno y las diputaciones vascas rebajarán este miércoles la temperatura fiscal en Euskadi, que se ha disparado los últimos meses con el excelente ejercicio de las tres haciendas forales. La recaudación acumulada hasta agosto roza los 8.000 millones de euros, casi un 14% más que hace doce meses, y las administraciones vascas constatarán en el Consejo Vasco de Finanzas de pasado mañana su buena salud financiera. Sin embargo, en los próximos meses se producirá una desaceleración y el balance final será más discreto. “El año será bueno, muy positivo, pero no tanto como parece y desde luego la recaudación no crecerá por encima del 10% en diciembre”, sostienen fuentes de las haciendas vascas consultadas por DNA.
El mensaje enfría las expectativas que se han generado en relación a la posibilidad de que los próximos Presupuestos de las administraciones de la CAV tengan un perfil notablemente inversor. Habrá más dinero para gastar, aunque no será en un volumen suficiente como para darle un perfil expansivo a las Cuentas de Ejecutivo y diputaciones.
Además, persisten los lastres que llevan varios años condicionando el gasto público. La amortización de la deuda contraída durante la crisis seguirá llevándose el próximo año una parte importante del pastel, en torno a 1.000 millones, y será necesario realizar un ajuste de cerca de 200 millones de cara a cumplir con los objetivos de reducción del déficit. La vigilancia de Europa continuará marcando la política de gasto.
cifras de récord Así la cosas, Euskadi batirá este año su récord de recaudación fiscal y el Gobierno Vasco tendrá los Presupuestos más elevados de su historia sin que ello se traslade de forma proporcional a la inversión. Se llegará más lejos en el gasto, pero habrá que seguir afinando a qué se dedica cada euro.
El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, ya advirtió antes del verano que habrá que esperar hasta 2019 para que haya alegrías en el presupuesto del Ejecutivo, los destellos de inversión que diferencian unas cuentas públicas expansivas de las que están maniatadas por el peso de la deuda o la escasez de ingresos. En el caso de Euskadi, ya no se trata de un problema de recaudación y las diputaciones han adelantado las últimas semanas su intención de destinar el excedente fiscal de este año a inversiones.
La cita de este próximo miércoles en el Consejo de Finanzas definirá el alcance de esa voluntad de gasto. Se fijará por un lado la previsión definitiva de recaudación de este año y por otro la estimación para 2018. El primer dato servirá para constatar el cambio de ciclo y todo apunta a que se romperá por primera vez el techo de ingresos de los 14.000 millones y se dejará atrás el récord marcado con 13.700 millones en 2007, justo antes de que la crisis llegará a Euskadi. Por su parte, la previsión de recaudación de 2018 será el faro que guiará los presupuestos del Gobierno, las diputaciones y los ayuntamientos. En este apartado, queda una importante incógnita por despejar. El PNV y el PSE se han marcado también el miércoles como fecha tope para alcanzar un acuerdo de cara a introducir algunos cambios en las normativas fiscales de las tres diputaciones. El Impuesto sobre Sociedades es el tributo que más puede cambiar ya que los jeltzales proponen rebajar el tipo nominal del 28% actual hasta el 25%.
El nudo de la negociación está en ese punto. Los socialistas rechazan suavizar la presión sobre las empresas y se están buscando fórmulas, afinando el abanico de deducciones, para que el movimiento no suponga una merma en la recaudación. Si no hay acuerdo esta semana, cabe la posibilidad de que se aplace la minirreforma hasta el primer trimestre del próximo año y se apruebe con carácter retroactivo al 1 de enero. Y tampoco se descarta dejar las cosas como están. Lo cierto es que es muy complicado calcular los ingresos fiscales sin saber cuál va ser el marco tributario y esa incertidumbre añade tensión a la reunión del Consejo Vasco de Finanzas.
Lo que ya se ha interiorizado en todas las administraciones después del trabajo técnico de las últimas semanas es que en el último tramo del año habrá menos intensidad en la recaudación. Por un lado desaparecerá el efecto positivo del cambio introducido por Madrid a finales de 2016 en los pagos a cuenta en el Impuesto sobre Sociedades de las empresas que tributan en Euskadi con normativa estatal.
Del mismo modo, los próximos meses se materializarán las devoluciones pendientes a empresas y a personas físicas a las que la declaraciones les salió negativa. Todo ello hará que el crecimiento de la recaudación no sea tan generoso como apuntaba el dato acumulado hasta agosto.
En la reunión del Consejo de Finanzas del miércoles está previsto por otra parte fijar el reparto definitivo de la liquidación de los ingresos extraordinarios derivados del pacto sobre el Cupo con el Estado. Tras diez años de enfrentamiento, Euskadi y España alcanzaron el pasado mes de mayo un acuerdo para renovar sus relaciones financieras y saldar cuentas desde 2007. Las administraciones vascas se tienen que repartir unos 350 millones de euros ligados de ese pacto.
9.100
millones de euros han recaudado las haciendas forales vascas entre enero y agosto. El balance está siendo muy positivo, con un crecimiento de casi un 14% respecto al mismo periodo del año pasado. Todo apunta a que en diciembre se superarán los 14.000 millones y se alcanzará la cifra más alta de recaudación de la historia de la Comunidad Autónoma Vasca.
1.360
millones de euros ha ingresado la Hacienda alavesa en los ocho primeros meses del año, con un crecimiento del 12,7%. El IRPF mejora hasta alcanzar una subida del 6,2%, con 469 millones de euros en total, sustentada en la mejora de las retenciones del trabajo (4,8%) y las pagos fraccionados. El Impuesto de Sociedades mantiene una subida del 27% con 114 millones