BILBAO - Fagor CNA está quemando etapas en el complejo escenario del preconcurso de acreedores sin que se perciba de puertas afuera que la salida está más cerca. A la dirección le restan apenas tres semanas para activar un plan de inversión que reflote la compañía o por el contrario solicitar la intervención judicial, el proceso concursal, porque el preconcurso expira el 30 de octubre.

Los plazos son muy ajustados. La idea es activar el próximo viernes un ERE de despido colectivo para 145 trabajadores, mientras que otras 160 personas mantendrán su empleo. Se confía en que una vez despejado ese frente el resto de piezas -el acuerdo con los acreedores y con posibles inversores dispuestos a entrar en el capital- casen con facilidad y que sea posible presentar al juez un nuevo plan industrial casi inmediatamente.

Sin embargo, la plantilla no está dispuesta a llegar un acuerdo en torno al ERE sin que la dirección presente antes un plan industrial que dé garantías de futuro a los que seguirán trabajando. El caso es que fuentes conocedoras del proceso explican que la compañía no puede poner el nuevo itinerario de viabilidad sobre la mesa porque los inversores interesados en darle un impulso al proyecto no concretarán sus intenciones hasta que se resuelva la cuestión del personal.

De este modo, la antigua Fagor Electrodomésticos entra mañana en una semana crítica con su futuro en hilvanes. Y en el supuesto de que aplicara sin acuerdo la regulación de empleo tendría por delante apenas algo más de dos semanas para poner en marcha un rescate a través de la inyección de capital de uno o varios nuevos socios. Los plazos son mínimos y además cunde la sensación de que CNA Group no ha aprovechado el tiempo muerto del preconcurso para mejorar su situación.

La dirección se vio obligada a declarar la insolvencia del Edesa Industrial a principios de julio de cara a refinanciar su deuda, que supera los 100 millones de euros. Solicitar el preconcurso supone básicamente pulsar el botón rojo de alarma para intentar tapar las vías de agua que están llevando a pique a la empresa. Se abre un plazo de cuatro meses de cara a alcanzar acuerdos con los acreedores y relanzar la actividad y técnicamente se coloca un escudo que protege a la empresas de movimientos externos. Si el problema no se soluciona y sigue entrando agua se solicita el rescate, el concurso de acreedores, y no siempre sale el barco a flote.

Suele ser relativamente habitual que se solicite una prórroga si el preconcurso transita por un mes inhábil como agosto. Es el caso de Edesa Industrial, pero para que el juez lo conceda hay que acreditar que hay conversaciones abiertas con los acreedores y que se está cerca de alcanzar acuerdos. Según ha podido saber DNA, alguno de los proveedores que forman parte del pool de acreedores de Fagor ni siquiera se han sentado todavía con el fabricante de electrodomésticos para iniciar la negociación de una quita de su deuda.

De modo que en el mejor de lo casos para la compañía, que pasa por que se materialice el ajuste de plantilla la próxima semana, la dirección tendría que acelerar el diálogo sobre la refinanciación de los 100 millones que adeuda para tener un pacto con todos los acreedores antes del 30 de octubre. Y al mismo tiempo se vería obligada a alcanzar en tiempo récord un acuerdo con los inversores interesados para volver a poner en marcha la compañía.

Los márgenes son muy estrechos y ninguno de los dos procesos está libres de obstáculos. Lo más difícil, destacan fuentes industriales cercanas al proceso, es tocar la tecla que permita relanzar el proyecto. Hasta ahora, CNA Group no ha sido capaz de encender la chispa del rescoldo de Fagor Electrodomésticos, lo que pone en entredicho su capacidad para haber hecho la lectura correcta sobre las necesidades actuales de la compañía. El grupo dirigido por Jorge Parladé considera que se requiere una inversión de en torno a 15 millones de euros para sacar del atolladero a Edesa Industrial, pero dentro de la casa algunos ejecutivos elevan esa cifra hasta los 40 millones.

Parladé ya ha trasladado a la plantilla que CNA no va a invertir “ni un céntimo más”. La inyección de capital tendría que llegar de fuera y se teme que los interesados se echen atrás cuando llegue el momento de abrir el grifo del dinero y vean las carencias reales.

100

millones de euros es la deuda que tiene que refinanciar Edesa Industrial (la antigua Fagor Electrodomésticos ) para evitar el concurso de acreedores. El plazo para hacerlo expira en principio el próximo 30 de septiembre. Los plazos. El objetivo de la empresa es activar el próximo viernes un ERE para la extinción de 145 trabajadores. Mantendrían su empleo 160 empleados, con lo que la plantilla se reduciría casi a la mitad. Sin una prórroga, la dirección tiene que decidir si solicita el concurso o si activa un plan para reflotar la compañía antes de finales de este mes.