bilbao - Desde la planta 15 de la Torre Iberdrola donde dirige Training Express Group, consultoría líder en proporcionar formación en idiomas presencial y virtual (sistema web 2.0) a empresas en más de 50 países, la abogada Carolina Pérez Toledo reconoce que para ella supone un honor ser vicepresidenta desde junio de la Confederación Empresarial de Bizkaia (Cebek), “por la importancia que tiene de cara a mejorar la representación de la mujer en estas organizaciones”. La presidenta de AED reconoce que en esta segunda legislatura de la actual Dirección de Cebek con Iñaki Garcinuño al frente se está apostando decididamente hacia una mayor presencia de la mujer en los órganos de dirección. Actualmente en la Junta Directiva hay seis mujeres, tres de ellas en el Consejo de Dirección; “es clave que la perspectiva de género forme parte de la confederación empresarial vizcaína para que se conozca “de viva voz” lo que las mujeres demandamos y aportamos al tejido empresarial del Territorio”, dice sonriente Pérez Toledo, quien defiende a ultranza el buen hacer del tejido empresarial vizcaíno/vasco, compuesto mayoritariamente por pymes, a las que respalda sin ambages. “El empresariado vasco no somos vampiros que quieren sacar la sangre a sus trabajadores; lo que quieren es sacar la empresa adelante”.

¿Qué espera aportar a Cebek?

-Cebek ya cuenta con el Plan Enpresan Bardin para el impulso de la igualdad en las empresas de Bizkaia; entre otras actuaciones, ha creado este espacio con el objeto de establecer una red que facilite el contacto permanente de las personas comprometidas con la Igualdad de mujeres y hombres en las Empresas y, más concretamente, impulsar la presencia de mujeres en los órganos de gobierno de Cebek y de sus asociaciones miembro. Pero sí es cierto que es proceso muy, muy lento. A mí me gustaría contribuir a dar mayor agilidad al proyecto y a concienciar más a las empresas asociadas de los beneficios que supone contar con féminas en los puestos directivos.

Esto será más fácil en las grandes empresas. ¿Y en las pymes?

-Yo provengo de las pymes, por lo que me gustaría aportar esa visión de género en nuestras pequeñas empresas. Hay que tener en cuenta que el 85% de las organizaciones vascas son pymes. El 92% de las empresas de Euskadi pagamos en su totalidad el impuesto de sociedades, que es el 28%, mientras que las grandes empresas lo logran eludir o reducir. Por eso hay que defender la presencia de la mujer en los procesos de dirección de las pymes.

¿Qué cara se le queda cuando escucha decir a Garamendi (Cepyme) que la cuota femenina sirve para que se cuele “gente que no es tan buena”?

-Desconozco las declaraciones, pero Cebek no va en esta línea. Sabemos que las cuotas es un tema muy controvertido, incluso entre las propias mujeres, y a veces muy mal entendido. Personalmente pienso que sirven para que mujeres -con gran valía- que no tendrían acceso a puestos de Dirección por concurrencia de méritos puedan llegar a ellos. Porque tal y como se encuentra el techo de cristal -ésta es mi opinión personal- sería imposible.

Tenemos las mejores leyes del mundo, pero no se cumplen. Por ejemplo, la de Igualdad establece un 40% de mujeres en los Consejos de Administración ¿Qué se puede hacer?

-La Ley recomienda, pero al no exigir -que sí se hace por ejemplo en Alemania, Holanda, etc- en Euskadi y en el Estado vamos muy por detrás de los países desarrollados. No llegamos ni al 20% en las grandes empresas del Ibex 35.

¿Cómo conseguir que lo cumplan?

-Por un lado, que las empresas cuenten con nosotras y, por otro, que las mujeres aceptemos esos retos y no nos echemos para atrás. A veces pensamos que tenemos que ser pluscuamperfectas para aceptar una posición que desde el otro lado (el de los varones) no se exigen tanto. Tenemos que acostumbrarnos a salir y asumir retos de responsabilidad que conllevan abandonar las zonas de confort. Así que hay varias asignaturas pendientes: el que las organizaciones apuesten por la Ley de Igualdad que les va a beneficiar, y que nosotras compitamos por las direcciones.

La visibilidad de las mujeres directivas sigue siendo infinitamente inferior a la de los directivos. ¿Estamos en la agenda política?

-El subconsciente de la sociedad está adormilado. Han sido tantos y tantos años viendo en los actos empresariales solo directivos y empresarios varones que nos hemos acostumbrado a ello. No solo en el mundo de la empresa, también en los deportes, la cultura... En muchas ocasiones hasta nos ha parecido/parece normal; afortunadamente esto está cambiando, aunque más lentamente de lo esperado. En la política, con las leyes cremallera, esta situación ya no se da y no pasa nada; nadie se rasga las vestiduras; debemos caminar en esa línea.

¿Cree que la igualdad no es un objetivo solo de las mujeres, sino un reto de país?

-Sí. Hay que cambiar los estereotipos laborales para que los retos de lograr la igualdad salarial y de oportunidades se cumpla. Esto es un objetivo tanto de hombres como de mujeres. Al final se trata de que no se reproduzcan chistes machistas que te mandan al móvil; que te indignes ante ciertos anuncios y fotos donde mercantilizan el cuerpo de las mujeres. No importa que nos califiquen de bichos raros, que nos llamen pesadas por “estar siempre con lo mismo”, porque a los que les molestan nuestros comentarios también siempre son los mismos.

La brecha salarial continúa aumentado entre hombres y mujeres

-Ahora mismo, el 60% del alumnado de las facultades son mujeres. Sin embargo, elegimos estudios no técnicos para empleos que tradicionalmente han realizado las mujeres; ocupamos áreas de servicios. No es solo la sociedad la que nos asigna estas labores, nosotras mismas las hemos asumido; nos hemos creído que la conciliación -el cuidado de los niños y niñas, de los mayores, los enfermos-es solo cosa de mujeres.

Seguimos escogiendo carreras menos remuneradas en la vida laboral

-Si la industria 4.0 es el futuro tenemos que estar ahí, pero escogemos carreras peor remuneradas. Faltamos en toda la digitalización de los procesos empresariales porque a las mujeres parece no gustarnos la informática y no estamos eligiendo estas disciplinas. En estos puestos que se suponen que serán mejor pagados tampoco estaremos y por eso la brecha salarial seguirá existiendo, a no ser que pongamos en marcha iniciativas para conseguir que las chicas escojan carreras tecnológicas; la brecha salarial va por ahí; las mujeres cotizarán menos y tendrán peores jubilaciones; es la pescadilla que se muerde la cola.

¿Se hace poco para que cale el mensaje de que las jóvenes tienen que optar por carreras tecnológicas?

-Habría que trabajar más en esta línea. Es como si nos hubiéramos dado cuenta tarde de lo que supone no apoyar la educación de las niñas desde el colegio en las tecnologías. Innobasque ha puesto en marcha una iniciativa para fomentar las carreras tecnológicas desde la educación. La matemática Marta Macho Stadler realiza una gran labor en este sentido desde los primeros pasos de la infancia, porque dice que a los 7 años niños y niñas ya se consideran diferentes. Yo, que me dedico a los idiomas creo que hay que empezar a trabajar con los niños y niñas desde casa, en las familias y desde las instituciones educativas.

Hay empresarios/as que siguen teniendo pavor laboral a la maternidad. Contratan antes a un chico que a una chica, y les siguen preguntando a ellas si van a ser madres, aunque sea ilegal. ¿No le parece deprimente?

-Sí. Es ilegal, pero se sigue haciendo. Cuando contrato a alguien en mi empresa no estoy pensando solo en que va a tener un hijo/a, algo que puede ocurrir en cualquier momento, porque también los hombres se cogen bajas. Lo preocupante es la visión cortoplacista que se tienen de las cosas, sin políticas a futuro.

¿Por cierto, de qué dependen los salarios?

-De la oferta y la demanda y de cada propia empresa, y siempre hay una regulación de salarios mínimos además de negociaciones salariales. Hay un clamor general de subir los salarios, pero aunque todos queramos aumentarlos y cobrar más, éste es un mensaje bonito, pero no es realista; tiene que ver con cada empresa, de acuerdo a sus resultados, a su negociación, al convenio y a lo que pueda subir o no.

¿No estamos creando una sociedad de trabajadores pobres?

-Eso se dice, y la desigualdad no es buena ni deseada por nadie. Quiero pensar que cada empresa -y como empresaria lo sé- lo que desea es tener a los mejores empleados/as responsables en su organización y, al final, aunque tengas que pagar más por retenerlo lo pagas, independientemente del convenio. El empresario/a no está dispuesto a cambiar de empleado cada dos por tres; ni pagar lo mínimo, ni a hacer contratos basura por mucho que la sociedad por mor de la posverdad vea al empresario como el malo de la película.

Pero algunos se lo han ganado a pulso

-En el País Vasco hay mucho empresario de pymes implicado hasta la médula con su empresa y con el bienestar de sus trabajadores, y el 99% no son vampiros que quieran chupar la sangre a sus trabajadores, lo que desean, y por lo que luchan, es por es sacar adelante la organización. Como empresaria de una pymes, como presidenta de AED y vicepresidenta de Cebek, a todos nos gustaría subir los salarios porque los beneficios lo permitieran y fomentar así el bienestar de los empleados/as, pero no me parece de recibo que nos recomienden de forma generalizada la subida de salarios, porque cada una lo tendrá que hacer en la medida de sus posibilidades.