bilbao - Gestamp sufrió ayer un auténtico sofocón en Bolsa tras reducir sus previsiones de beneficios en Norteamerica. La multinacional vasca tiene en marcha varios proyectos en Estados Unidos y México que se están desarrollando de forma simultánea y los gastos de su lanzamiento se han incrementado por encima de las estimaciones iniciales. Como ocurre con cualquier negocio que se enfrenta a un sobrecoste inesperado, esa circunstancia reducirá la rentabilidad de los proyectos. Y si se trata de una compañía del tamaño de Gestamp el desajuste se amplifica.
La consecuencia es que el Ebitda (el indicador que mide los beneficios antes de pagar impuestos, amortizaciones e intereses) del fabricante de componentes de automoción será menor de lo previsto y los inversores no lo pasaron por alto. Las acciones de la compañía llegaron a desplomarse más de un 13% y alcanzaron mínimos desde la salidad a Bolsa en abril de este año. El castigo al cierre de la sesión fue de un 9,95% y los analistas recortaron su estimación de precio objetivo para el conjunto del ejercicio.
A pesar de todo, la empresa sigue teniendo un horizonte muy positivo y mantiene sus objetivos de ingresos y rentabilidad a medio plazo. La cartera de pedidos es su principal activo y no hay dudas sobre que seguirá rompiendo récord de beneficios los próximos años.
A efectos prácticos, el episodio de ayer no parece que vaya a pasar del terreno de las anécdotas. Sin embargo, pone de manifiesto la sobrecapacidad de reacción del mercado, muy sensible a las informaciones negativas incluso cuando se trata de una empresa con una trayectoria irreprochable y que seguirá creciendo los próximos ejercicios. - A. Diez Mon