BRUSELAS - El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, defendió ayer la independencia de los bancos centrales para lograr resultados económicos mejores pero considera que los citados bancos centrales necesitan abordar “sin prejuicios” los posibles ajustes en sus políticas que puedan hacerse necesarios por los cambios del entorno económico, subrayando que las instituciones “deberían seguir preparándose” para afrontar nuevos retos.

En lo que pareció una defensa de la adopción de medidas no ortodoxas para ayudar a paliar la grave crisis económica que estalló en 2008, Draghi esgrimió la independencia del BCE respecto a la postura del los Ejecutivos, como el caso del alemán, que no han visto con buenos ojos la política de compra de activos públicos del BCE o la persistencia de los tipos de interés cero.

El máximo responsable del BCE, el italiano, Mario Draghi afirmó en un discurso en Lindau (Alemania) ante una nutrida presencia de premios Nobel que “la evidencia muestra que la independencia operacional de los bancos centrales, con un claro mandato de mantener la estabilidad de precios, proporciona resultados económicos mucho mejores que otros bajo el control directo del gobierno”.

El presidente del BCE inauguró la sexta reunión de Lindau, en la que participan 17 ganadores del premio Nobel y más de 300 jóvenes economistas.

“Hoy en día los bancos centrales de la mayor parte de los países son independientes pero están sujetos a un mandato establecido por los legisladores, que a cambio piden al banco central explicaciones sobre sus actuaciones”, afirmó Draghi.

Como resultado de la independencia y de una contabilidad mayor, la comunicación de la política monetaria se ha vuelto mucho más transparente, destacó el presidente del BCE.

Draghi, en defensa de las medidas adoptadas por el BCE estos últimos años, afirmó que la reciente crisis financiera obligó a los académicos a reajustar los modelos económicos existentes. “El redescubrimiento de que la noción de política monetaria puede tener una función en coordinar las expectativas privadas en tiempos de incertidumbre severa tuvo una importancia significativa en la transición al mundo postcrisis”, apostilló el dirigente bancario.

En su discurso Mario Draghi reconoció los errores de la banca y sus actuaciones como elementos desencadenates de la pasada crisis e hizo hincapié en que el sector financiero tuvo una importancia significativa en la crisis no sólo propagando impactos negativos para la economía, sino generándolos.

Para el máximo dirigente del BCE, las fricciones financieras se han convertido en los principales conductores de la recesión. Draghi también consideró que “una respuesta de política monetaria que se funda en una investigación rigurosa es menos propensa a ser dañada por el compromiso político y es más fácil de explicar al público general”.

Explicó que los bancos que fueron golpeados primero en la crisis de 2007-2008 fueron los que más habían invertido en productos financieros que habían perdido gran parte de su valor. La mayor parte de estos bancos estaban localizados en Alemania, Francia y Holanda, países con posiciones fiscales fuertes.

A partir de 2008 se produjo el giro a bancos españoles e irlandeses, que estaban sobreexpuestos a un mercado inmobiliario local que colapsaba. La CE calcula que el sector público proporcionó en 2008 ayudas a los bancos por valor del 5% del producto interior bruto (PIB) de la Unión Europea (UE) y en 2009 del 9%, recordó Draghi.-DNA/Efe