GASTEIZ - El debate sobre el futuro de las pensiones va más allá de las dudas sobre su sostenibilidad financiera por el envejecimiento de la población o por los cambios tecnológicos en el sistema productivo. También entran en juego cuestiones como el riesgo de perder el empleo durante los años en los que se calcula el salario de la jubilación. Así, los trabajadores que tropiecen con la piedra del paro a lo largo de su carrera laboral por un periodo prolongado pueden ver recortada su pensión futura hasta en un 25%.
Es la conclusión principal de un estudio elaborado por José Antonio Herce y Jorge Bravo, del Instituto BBVA de Pensiones. Los autores realizan simulaciones con varios escenarios: un periodo de dos años de desempleo al principio de la carrera laboral; uno de dos años al final de la misma; ambos periodos de desempleo en la misma carrera laboral y, por último, dos periodos de desempleo de cinco años cada uno en una carrera de cotización completa.
Además realizan su análisis tomando como referencia trabajadores con un salario básico, con uno medio y con un sueldo elevado -el doble de la media-. El que se ve afectado en mayor medida por la pérdida del empleo es un trabajador con salario medio que sufre dos periodos de inactividad laboral de cinco años cada uno, ya que su pensión inicial puede verse reducida hasta en un 25%.
En el caso de los trabajadores con un salario muy superior a la media, el límite máximo de pensión de jubilación (2.573 euros) reduce notablemente el impacto de los ciclos en desempleo. En el otro extremo, con los sueldos muy bajos ocurre todo lo contrario: la jubilación mínima (637 euros) impide que la pensión se sitúe por debajo de ese nivel.
casi 300 euros menos De este modo, son los salarios que se acercan a la media -por definición los de la mayoría de los trabajadores- los que están sujetos a una mayor inestabilidad en caso de pérdida de empleo. Un trabajador vasco afectado por dos periodos de paro de cinco años recibiría una pensión de 857 euros en lugar de los 1.153 euros de media que cobraron los jubilados de la CAV el mes pasado. La pérdida de poder adquisitivo rondaría en ese supuesto los 300 euros.
Con todo, los vascos son los que mejor parados saldrían porque las jubilaciones de Euskadi son las más altas del Estado. Si se toma como referencia la media española, un recorte del 25% en la jubilación supondría unos ingresos de 690,75 euros, justo por encima del límite mínimo. Y si se realiza el cálculo con las pensiones más bajas, las de los extremeños, la cifra caería hasta los 582 euros y sería necesario completar la pensión para que no cayera por debajo del mínimo establecido.
La situación podría ser aun peor sin la existencia de acuerdos de subsidios a las cotizaciones que “protegen significativamente a los trabajadores ante la posibilidad de perder derechos a percibir pensión”, señala el informe en referencia a los mecanismos que completan las cotizaciones de los parados que cobran una prestación por desempleo baja, que son los que a su vez tienen salarios más bajos.
La protección es por tanto menor para los perceptores con salarios promedio que experimenten interrupciones de mayor duración y por eso pueden “verse afectados de manera desproporcionada” por largos periodos de inactividad. Así, gracias a los mecanismos correctores de la cotización y a la garantía del cobro de una pensión mínima, bajo el mismo supuesto de dos periodos largos de paro, el impacto sobre la pensión para un salario mínimo será del 10,42%. Para un salario elevado, el doble de un salario medio, el impacto sobre la pensión sería del 12,31%, menos de la mitad.
Los resultados del estudio del Instituto BBVA de Pensiones confirman que, al comienzo de la carrera contributiva, no es muy significativo el impacto de periodos de desempleo sobre la pensión futura, siempre que los trabajadores desempleados sean capaces de encontrar un nuevo trabajo manteniendo su salario.
Además, para obtener una pensión de jubilación completa se requiere una carrera contributiva de aproximadamente 35 años. Pero, dado que para el cálculo de los derechos de pensión solo se tienen en cuenta los últimos 20 años de la carrera laboral, las interrupciones laborales antes de esos 20 años no tendrán efecto sobre la primera pensión de jubilación, siempre que el nuevo empleo tenga un salario similar.
En cambio, las interrupciones por desempleo únicas, sea cual sea su duración, que se producen en las edades previas a la jubilación tienen un impacto mayor sobre las prestaciones por jubilación. Y lógicamente es “más significativo” el daño que producen en las pensiones las brechas contributivas múltiples en la edad avanzada, “especialmente en lo que respecta a los perfiles de ganancia base, incluso cuando los trabajadores desempleados sean capaces de regresar al mercado laboral pocos años más tarde recibiendo el salario promedio que corresponda en ese momento”, advierte el informe.
En ese perfil entran los trabajadores que ya están cerca de la jubilación y que se ven afectados por expedientes de regulación de empleo. Van al paro por un periodo determinado y luego recuperan su puesto de trabajo.
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Si se toma como referencia la pensión media de julio en Euskadi, 1.153 euros, un recorte del 25% provocado por un largo periodo en paro supondría un recorte de casi 300 euros en la jubilación y la retribución bajaría hasta los 857 euros al mes. La caída del poder adquisitivo sería más acusada en otras comunidades debido a que los vascos cobran las jubilaciones más elevadas.
Impacto en la pensión media
(euros)
sin paro con paro
Euskadi 1.153857 (-296)
Estado 921690 (-231)
Extremadura 776582 (-192)
Más impacto en sueldos medios. Los salarios medios, una franja en la que están la mayoría de los trabajadores, son los que sufren más de cara a la jubilación si se produce una brecha de cotizaciones por la pérdida del empleo. La pensión máxima que puede recibir un trabajador retirado es de 2.573 euros y los salarios más altos generan derechos de cobro de jubilación por encima de esa cantidad, de modo que pierden menos pensión si caen en el paro. Los sueldos más bajos están protegidos por el límite inferior y por los mecanismos que compensan las cotizaciones de los que ganan menos en caso de paro.
Volver al mercado laboral. La situación se agrava en todos los casos cuando el trabajador no encuentra empleo pronto o no consigue cobrar un sueldo similar.