Madrid/Bruselas - Si al mediodía de ayer la Comisión Europea (CE) daba su aprobación definitiva a la compra del Banco Popular por parte del Banco Santander, que lo adquirió por un euro el pasado 7 de junio -poniendo así el punto final al proceso de autorización por parte de la CE de la adquisición, después de que esta institución aprobase el 7 de junio el plan de resolución propuesto por la Junta Única de Resolución (JUR)-, unas horas después Santander comunicaba la venta del 51% de la cartera de inmuebles adjudicados, créditos dudosos procedentes del sector inmobiliario y otros activos relacionados con esta actividad del Popular al fondo Blackstone.
En virtud de este acuerdo, la entidad creará una sociedad a la que Popular traspasará activos con un valor bruto contable agregado de 30.000 millones de euros y el 100% del capital de Aliseda, compañía que volvió a ser propiedad de Popular a finales de junio, tras su resolución y posterior venta a Santander. La valoración de los activos en España (es decir, inmuebles, créditos dudosos y activos fiscales sin incluir Aliseda) es de unos 10.000 millones de euros, de los que 300 millones de euros corresponden a activos fiscales diferidos (DTA). Teniendo en cuenta esta valoración, que está sujeta a cambios en función del volumen de activos remanente a la fecha del cierre y la integración de Aliseda, el fondo desembolsaría por la participación de control del 51% unos 5.100 millones de euros.
Según explicó la entidad, esta valoración se encuentra “en línea” con el valor de los activos, incluyendo las provisiones y los saneamientos realizados en el balance de Popular tras su compra, de forma que “no genera plusvalía ni minusvalía material”. La nueva compañía estará participada al 51% por Blackstone y al 49% por Popular y la gestión del patrimonio de la misma será asumida por el fondo. Con el traspaso a la nueva compañía, Popular desconsolidará de su balance este conjunto de activos. Esta venta se produce tras un proceso de selección competitivo al que optaron tres compañías internacionales, de entre las que fue elegida Blackstone por “plantear la mejor oferta” en términos económicos y en cuanto al plan estratégico, según ha explicado la entidad. La firma de este acuerdo se produce después de que la Comisión Europea autorizara sin restricciones la adquisición de Popular por parte de Santander al estimar que “no plantea problemas de competencia”. La operación tendrá un impacto positivo en el capital CET1 fully loaded de Santander de doce puntos básicos, que se suman a la recuperación de cinco puntos básicos que se habrían consumido por la recompra del 51% de Aliseda acordada el pasado junio.
Primer trimestre de 2018 A falta de la obtención de las autorizaciones correspondientes, la entidad estima que la operación se cerrará durante el primer trimestre de 2018. La operación, en la que ha actuado como asesor Morgan Stanley, ha sido supervisada por el consejero independiente de Popular Pedro Pablo Villasante.
El presidente de Santander España y de Popular, Rodrigo Echenique, se mostró “muy satisfecho” con el acuerdo, ya que la operación permitirá a la entidad reducir “significativamente” la exposición inmobiliaria en el balance de Popular, así como seguir consolidando el banco para centrar todos los esfuerzos en la actividad comercial. Por su parte, el responsable global de inmobiliario de Blackstone, John Gray, señaló que esta operación refleja la confianza del fondo en “la recuperación económica de España”. “Estamos encantados de asociarnos con Santander para maximizar el valor de la cartera”, añadió. - E.P./Efe