MADRID - El recibo de la luz y los precios de las gasolinas han disparado el IPC en el arranque del año y añaden tensiones a los hogares. En contexto económico marcado por una revalorización de las pensiones del 0,25% y un crecimiento de los salarios del 1,06% durante 2016, la inflación escaló en enero hasta el 3%.

No lo hizo por cuestiones relacionadas por una mayor demanda en los productos, sino por dos cuestiones puntuales que, en mayor o menor medida, afectan a todos los bolsillos: la factura eléctrica y los carburantes. De modo, que las familias inician el año con un desfase de casi dos puntos entre lo ganan y lo que gastan. El desajuste es un 2,75% en el caso de los jubilados.

Todas las miradas se giraron ayer hacia ese colectivo y hacia la proposición de ley presentaron hace unas semanas el PSOE, Podemos, ERC, PNV y el grupo mixto para subir las pensiones un 1,2%. Los socialistas aseguraron que no descartan recurrir al Tribunal Constitucional si el Gobierno de Mariano Rajoy no tramita esa iniciativa. Lo cierto es que si los precios siguen en los ritmos actuales, que duplican el crecimiento de la eurozona, incluso ese porcentaje de subida se quedaría corto.

Sin embargo, el Ejecutivo español no está dispuesto a moverse en esa dirección. De hecho, el ministro de Economía, Luis de Guindos, tras reconocer que el dato del IPC de enero es “elevado” y que desde luego “no es positivo”, anunció como única respuesta una medida técnica. Se desempolvará la Ley de Desindexación de la Economía Española, aprobado a principios de 2015 pero que no pudo ponerse en marcha por la situación de interinidad del Gobierno del Partido Popular.

Básicamente se aprobará un decreto para evitar que los contratos públicos o los arrendamientos se revaloricen en función del IPC. De este modo, se evita marcar una pauta de subida que posteriormente se podría trasladar al sector privado y elevar todavía más la inflación.

El ministro, con todo, quiso restar importancia al calentamiento de los precios en enero. Se apoyó para ello en el IPC subyacente, la excluye la en energía y los alimentos frescos, que continúa en torno al 1% ajena a la escalada de los precios de la luz y las gasolinas. El Gobierno central confía en que la factura eléctrica se relaje las próximas semanas y que la inflación se acerque en el segundo trimestre al dato subyacente y que ese sea el balance del conjunto del año.

Los analistas admiten que un IPC del 3% no responde al momento actual de la economía, pero no son tan optimistas y consideran que se estará ligeramente por encima del 1,5%. Es un porcentaje que sería muy superior a la revaloración de las pensiones. Algunas previsiones, es el caso de la de Analistas Financieros Internacionales (AFI), ya sitúan el balance anual más allá del 2%.

Entre las reacciones tras conocerse el encarecimiento de los precios en enero, ELA denunció que “la política de favorecer a las empresas eléctricas ha disparado el IPC” y exigió “un cambio radical” en el actual sistema energético.

El precio mayorista de la electricidad dará hoy otro respiro a las familias y bajará hoy un 5,7%.

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El precio de la electricidad en el mercado mayorista bajará hoy 1 de febrero un 5,7% respecto a hoy hasta situarse en una media de 69 euros el megavatio hora (MWh) frente a los 73,2 de ayer.

La ‘cuesta de enero’. La factura de la luz repuntó un 26% en enero, lo que se traducirá en un encarecimiento de unos 14 euros de media en los hogares.