bilbao - Esta mañana comienzan formalmente las negociaciones entre patronal y sindicatos para intentar blindar los convenios vascos. La reunión de hoy, que tendrá lugar en la sede del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) de Bilbao, será una toma de contacto, señalan varios de los agentes participantes, para comprobar hasta dónde llega la disposición al acuerdo mostrada públicamente en los últimos días. Confebask y los cuatro sindicatos han preferido dotar a la reunión de un perfil técnico para mantener al margen del proceso a los primeros espadas de cada organización, lo que no resta importancia a una cita que puede suponer un punto de inflexión en las relaciones laborales vascas.
Pese a que tanto desde las filas empresariales como desde las sindicales se opta por no trazar grandes expectativas, un acuerdo intersectorial a cinco bandas, además de suponer el primer gran consenso social en la CAV en casi dos décadas, podría ser un primer paso para romper el bloqueo de los convenios sectoriales vascos, que mantiene a cerca de 300.000 asalariados con sus condiciones sin actualizar. En concreto, 180.000 trabajadores con convenio vasco lo tienen en vigor pero sin renovar mientras que otros 100.000 lo han perdido a consecuencia de la reforma laboral.
De hecho, desde algunos sindicatos se ha lanzado ya esa reivindicación. De poco sirve un acuerdo interprofesional que blinde los convenios si no hay convenios que blindar, advierten centrales como CCOO, que ilustra esta posibilidad alertando de que el pacto puede convertirse en “una cesta de mimbre para coger agua”.
Ese compromiso negociador sector a sector será uno de los puntos calientes de las conversaciones que arrancan hoy. Tanto esa como el resto de reclamaciones sindicales, como recoger un plazo de ultraactividad más amplio del que fija la reforma, serán cuestiones que tendrán que ser limadas en posteriores encuentros. La patronal, por su parte, no ha dado a conocer otras demandas más allá de la intención de alcanzar un acuerdo de estructura que asegure la prevalencia aplicativa de los convenios vascos sobre los estatales. Hoy se trata de poner en marcha la mesa negociadora y dar constancia, de manera somera, de la posición de cada parte.
Aun así, y a pesar de la importancia que los cinco agentes implicados conceden a la reunión, no estarán presentes en el CRL los máximos dirigentes empresariales y sindicales. Una decisión que tiene varias lecturas, aunque la más evidente es el querer evitar una foto conjunta de los líderes de ELA y LAB con la plana mayor de Confebask que lance un mensaje de normalidad en las relaciones laborales. Más allá del gesto, el hecho de que se conceda un perfil técnico al encuentro permite intuir que hay una intención de centrarse en materia ya desde el inicio de las conversaciones para evitar entrar en temas conflictivos que puedan hacer saltar por los aires la negociación a las primeras de cambio.
la experiencia de jon bilbao Así, por parte de la patronal vasca estará presente Jon Bilbao, experto en relaciones laborales y viejo conocido para el frente sindical. Fue Bilbao quien, en una reunión para blindar los convenios de hostelería, lanzó hace unas semanas la posibilidad de retomar las conversaciones para extender ese blindaje a toda la CAV. ELA recogió el guante y se mostró dispuesto a ello siempre que no se le obligue a renunciar a la conflictividad en caso de desacuerdo en un sector, algo que, según la central de Adolfo Txiki Muñoz, la patronal había intentado colar en anteriores procesos negociadores.
Joseba Villarreal, quien representa a ELA hoy, indicaba hace un mes a este periódico que su sindicato “siempre ha estado dispuesto” a blindar la negociación colectiva vasca y emplazaba a Confebask a hacer una propuesta formal. Sobre la posibilidad de que un acuerdo de estructura ayude a engrasar las mesas sectoriales, Villarreal señalaba que “cada convenio tiene sus tiempos”.
La disposición mostrada también por los otros tres grandes sindicatos vascos ha desembocado en la convocatoria de la reunión de hoy a instancias de Confebask, en el que será el inicio del tercer intento para blindar los convenios de la CAV. El último, en el que no estuvo ELA, acabó con el desmarque de Confebask de la propuesta planteada por el lehendakari Iñigo Urkullu en vísperas del 7 de julio de 2013. Antes, en enero de 2012 y con la reforma laboral de Rajoy a la vista, tampoco fue posible el acuerdo.
Aunque las partes descartan que sea suficiente una sola cita para alcanzar un consenso, las sensaciones que deje la reunión de hoy si dirán mucho sobre las opciones de alcanzarlo. Los flecos que acompañan al acuerdo de estructura, como la cuestión de la ultraactividad, tampoco deberían alargar mucho el proceso. La realidad es que, para bien o para mal, cada parte ya conoce a grandes rasgos cuál es la posición de las otras cuatro.
Junto a Bilbao y Villarreal encabezan las delegaciones Mari Cruz Vicente, número dos de CCOO-Euskadi, Xabier Ugartemendia, de LAB, y Arantza Ruiz, de UGT-Euskadi. Es de destacar la ausencia de Garbiñe Aranburu, elegida por la dirección de LAB para relevar a Ainhoa Etxaide al frente del sindicato en mayo y que hasta ahora se encargaba de este tipo de negociaciones. También se prevé la presencia como anfitrión de Tomás Arrieta, presidente del CRL.
¿Qué es? Un acuerdo intersectorial de estructura serviría para hacer frente a la reforma laboral que daba prevalencia a los convenios estatales sobre los vascos. Sería un compromiso entre patronal y sindicatos para aplicar el convenio sectorial firmado en Euskadi en caso de que concurra con uno estatal. Tras la reforma del PP los convenios de empresa tienen prioridad aplicativa.
¿Cómo afecta? En principio el pacto interprofesional no acaba con el bloqueo de la negociación colectiva que mantiene a casi 300.000 trabajadores con un convenio vasco sin renovar -son 360.000 si se incluyen los convenios estatales-. Aun así, un acuerdo a este nivel sí podría ayudar a mejorar las relaciones y a relanzar las negociaciones a nivel sectorial.
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Convenios de sector se han renovado entre enero y septiembre en la CAV, lo que ha sacado del bloqueo a 34.000 trabajadores.