gasteiz - Los trabajadores de la planta de Mercedes Benz en Gasteiz apoyaron ayer el preacuerdo de convenio alcanzado la semana pasada entre la dirección y la minoría sindical compuesta por UGT -primera fuerza del comité-, Ekintza y PIM. Y lo hicieron con el 53,5% de los votos, un margen suficiente pero estrecho que ayer llevaba a fuentes de estas centrales citadas por Efe a reconocer que hay un elevado porcentaje de la plantilla que rechaza el acuerdo -45,45%- por lo que anunciaron su intención de reunirse hoy para estudiar qué pasos dar ahora. En cualquier caso, UGT valoraba en un comunicado el resultado: “Podemos asegurar que el preacuerdo es respaldado por la plantilla de Mercedes”.

A la consulta sobre el preacuerdo de convenio -que con una vigencia de cinco años prevé, entre otras cosas, una subida salarial del 1,8% y la conversión en indefinidos de 1.000 contratos eventuales a lo largo del quinquenio- estaban llamados a participar los casi 5.000 empleados de la planta gasteiztarra durante las votaciones que se desarrollaron entre el turno de noche del miércoles y la jornada de ayer. La participación, pese al llamamiento de ELA y LAB a no tomar parte en lo que tacharon de “consulta-farsa”, fue sin embargo elevada -del 85,29%-: 4.262 trabajadores votaron. 2.241 empleados votaron a favor del preacuerdo y 1.904 lo hicieron en contra. Se contabilizaron además 44 votos blancos y 73 nulos.

El preacuerdo de convenio para el periodo 2016-2020 fue pactado entre la dirección, UGT, Ekintza y PIM, pero es rechazado por la mayoría del comité de empresa: ELA -que ostenta la presidencia desde mayo-, CCOO, LAB y ESK. Estos cuatro sindicatos tienen 14 de los 27 representantes del comité, mientras que UGT tiene 9 y es la primera fuerza sindical en la planta. Ekintza tiene dos representantes y PIM, otros dos.

La votación de ayer avala el preacuerdo y, a día de hoy, daría vía libre a un convenio de eficacia limitada, en la medida en que cuenta con un apoyo minoritario del comité. La dirección había trasladado a las centrales firmantes que para que el preacuerdo se llevara a cabo debía rubricarse antes de fin de año. Su rechazo, por contra, significaría para la dirección una vuelta a la posición negociadora del pasado enero. Precisamente, la crisis que estalló en mayo en el seno del comité de Mercedes, que derivó en el golpe de mano de ELA, LAB, ESK y CCOO que desplazó a UGT de la presidencia y en una división en dos bloques de la representación de la plantilla, fue la acusación de estas cuatro centrales a UGT de no posicionarse en contra de la posible firma del convenio en minoría con la empresa.

ELA y LAB se han mostrado en esta última semana abiertamente contrarios, no solo al proceso negociador, sino al contenido del preacuerdo alcanzado por la minoría. CCOO, por su parte, ha mantenido un perfil más discreto y, aunque ha sido crítico con la estrategia negociadora llevada a cabo por UGT, Ekintza y PIM, se ha mantenido a la espera del resultado de la votación de ayer. De hecho, la posición de CCOO puede resultar clave para que el convenio pase a ser de eficacia general.

El preacuerdo contempla una subida salarial del 1,8% para cada uno de los cinco años de vigencia del convenio, así como “una paga de reconocimiento del esfuerzo realizado” de 350 euros a la firma y una variable “que en el mejor de los casos podría ascender a 1.500 euros”. Además, prevé 1.000 contratos indefinidos, 500 de ellos a la firma y 125 por año y el compromiso de realizar 200 jubilaciones en ese periodo. Por otra parte, incluye un modelo de trabajo nocturno “con contratación ad hoc” que “evita la doble novena hora y los sábados, que garantizará el tercer turno desde las 120.000 unidades y absorberá la flexibilidad”, según explicó UGT. - DNA