BILBAO - Los fabricantes vascos de productos siderúrgicos acuciados por la evolución negativa del mercado en ciertos productos de acero -caso de los destinados al segmento de oil&gas o a la construcción- y los bajos precios derivados de la presión ejercida por las exportaciones de acero chino a precios de dumping, mostraron una cierta satisfacción tras conocer ayer que la Comisión Europea (CE) impondrá, al menos de manera provisional, nuevos aranceles antidumping a las importaciones de tubos de acero sin soldadura procedentes de China, así como de diferentes tipos de productos siderúrgicos, que se utilizan principalmente en centrales eléctricas, en el sector de la construcción y en la industria del petróleo y el gas.
Las autoridades de la Unión Europea en Bruselas han constatado que las denuncias de las empresas que operan en Europa sobre la entrada de acero chino, y de terceros países, por debajo de los precios de mercado, tenían una base real y han confirmado que los productos siderúrgicos chinos han sido vendidos en Europa a precios de dumping.
Como se recordará fabricantes chinos han estado exportando sus excedentes siderúrgicos a precios por debajo de coste e inferiores a los existentes en el mercado europeo, en el orden de un 30%, según señaló en su momento la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, lo que ha perjudicado claramente la cuenta de resultados de las empresas europeas.
Por ello, el Ejecutivo europeo ha decidido “dar un respiro” a las empresas siderúrgicas en Europa y ha impuesto unos aranceles que oscilan entre el 43,5% y el 81,1%, lo que, esta vez sí, debería evitar los daños por competencia desleal a las compañías comunitarias dedicadas a la producción de tuberías y tubos de acero.
Aunque las empresas vascas fabricantes de tubos de acero sin soldadura, Tubacex, especialmente, y Tubos Reunidos, están centrados cada vez más en los productos de mayor nivel tecnológico, principalmente inoxidables, cualquier medida de este tipo puede ayudar siempre y cuando no se desvíen las exportaciones chinas a terceros países, fuera de la UE y Estados Unidos, hundiendo los precios en otros mercados a los que también aceden.
Tras esta decisión, la Comisión Europea deberá discutir en los próximos meses si estas medidas antidumping se convierten en definitivas y se aplican durante un periodo completo de cinco años.
El triunfo electoral en Estados Unidos de Donald Trump, contrario a la competencia desleal china y no muy favorable a la barra libre en el comercio mundial, puede ayudar a generar un clima en el que Europa adopte medidas en defensa de que su industria pueda competir en igualdad de oportunidades con aquellos países que subvencionan masivamente a sus productores locales o no siguen los mínimos medioambientales y laborales. De hecho, Estados Unidos es mucho más duro en defensa de su industria cuando ve un dumping tan claro. En casos recientes de importaciones chinas de acero, mientras Bruselas solo aplicaba aranceles extras del 20%, Washington impuso al acero chino aranceles de 266% y 133%.
En todo caso, la Comisión Europea ha elevado a 40 los casos en los que aplica medidas antidumping o “antisubsidios”, de las cuales 18 se refieren a productos procedentes de China y tiene abiertas otras 14 investigaciones.