bilbao - Un operario de 41 años perdió la vida ayer al caer desde una altura de 10 metros en el edificio Albia de Abando, en Bilbao, donde se ultiman los trabajos de restauración de la fachada. El trabajador se encontraba sobre uno de los techos que cubre la entrada del edificio cuando, por causas que se desconocen, uno de los tragaluces, de poco más de un metro de diámetro, se rompió. El hombre se precipitó golpeándose contra el suelo del hall interior y falleció en el acto a consecuencia del impacto. Es el sexto accidente laboral mortal que sucede en Euskadi en apenas un mes.

La siniestralidad laboral se cobró ayer una nueva víctima y el cúmulo de sucesos fatales después del verano vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la seguridad en las empresas. La actividad económica se recupera, hay más personas en activo y la consecuencia es un repunte de los accidentes. El año pasado el número de accidentes laborales creció en la CAV un 7%, según Osalan, si bien los sucesos mortales se mantuvieron en niveles de 2014, según el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral.

Pero los números de estas semanas van camino de acabar con la tendencia a la baja que mantiene la mortalidad laboral en los últimos años debida, según los sindicatos, al descenso de la actividad económica. Los datos de Osalan solo están actualizados hasta septiembre, y hasta ese mes sí se produce un descenso en comparación con los números del año pasado -18 fallecimientos por 22 de 2015-. Pero octubre ha sido negro y noviembre comienza de la misma forma, lo que puede dar la vuelta a la estadística de aquí a final de año.

El 29 de septiembre, un trabajador de 33 años de la empresa foral Basalan perdió la vida en Erandio cuando retiraba un nido de avispas. Apenas cuatro días después, otro trabajador de 39 sufría otro siniestro mortal mientras talaba un pino en los montes de Segura, en Gipuzkoa.

A mediados del mes de octubre, otros dos accidentes laborales mortales se solapaban en apenas 24 horas. Uno de ellos en la planta de Técnicas Hidráulicas de Mungia, al caer encima de un operario una chapa de gran tonelaje. También rondaba los 40 años. El otro accidente mortal sucedió al día siguiente, en este caso en el Puerto de Bilbao, cuando un trabajador quedó atrapado por una cinta transportadora. Aunque fue trasladado al Hospital de Cruces con vida, falleció en la madrugada del día siguiente.

Para cerrar el trágico balance de octubre, la semana pasada murió un empleado en la planta de Michelin Vitoria aplastado por una pieza muy pesada. Trabajaba para la contrata Ferroser, integrada en Ferrovial. En agosto perdió la vida otro trabajador en esta misma fábrica.

Si las luces de alarma estaban ya encendidas, ahora brillan si cabe con más intensidad después de que ayer se produjera el sexto fallecimiento de un trabajador de la CAV en poco más de 30 días, un periodo en el que, además, se cuentan tres jornadas festivas en el calendario -el siniestro mortal de Mungia ocurrió precisamente el 12 de octubre-.

contrata de olabarri El de ayer fue el primero de los seis que ocurrió en el sector de la construcción y, según CCOO, parece que el fallecido trabajaba para una empresa subcontratada por Construcciones Olabarri, firma que ha realizado la reforma de la fachada del edificio Albia. “La subcontratación abusiva es una de las causas que más accidentes provoca”, indicó el sindicato, que pidió “mayor coordinación entre empresa principal y contrata”.

El suceso se produjo a las cuatro de la tarde cuando el operario, de 41 años, se precipitó por una claraboya cayendo desde una altura de unos de 10 metros. Confirmado el fallecimiento y tras una hora en la que el edificio permaneció cerrado al público, el cuerpo fue trasladado al tanatorio mientras técnicos de Osalan realizaban las correspondientes investigaciones. En lo que va de año se han producido 25 accidentes mortales en la CAV.