MADRID - La incertidumbre que genera el actual escenario de la política estatal despierta temores en el estadio económico. Más allá de la amenaza de multa que lanzan desde Bruselas si no se empiezan a aplicar recortes, ya hay diferentes analistas y previsiones que auguran un futuro no tan prometedor para la economía de España, así como índices de referencia que cuantifican una desaceleración del proceso que debe sacar al Estado de la crisis económica.
El Purchasing Managers Index (PMI) es un prestigioso índice elaborado por la empresa Markit Economics que ayer se hizo público y anunció que la actividad del sector privado en España ha seguido aumentando en julio, aunque lo hace al menor ritmo de los últimos 32 meses. El índice PMI compuesto se situó en 53,7 puntos, sugiriendo una expansión del PIB del 0,6%, ante el impacto de la incertidumbre política en las empresas.
El índice PMI de actividad del sector servicios estatal se situó en 54,1 puntos, lo que supuso un frenazo si se atiende al mismo índice en junio, los 56 puntos. A pesar de este descenso, se acumulan treinta y tres meses de expansión. Atendiendo en exclusiva al índice manufacturero, se observa que bajó a 51 puntos desde los 52,2 de junio, lo que amplía a 32 meses consecutivos el crecimiento en este sector.
Mientras en España es palpable la evolución desfavorable, en el conjunto de la zona euro, el índice PMI compuesto subió a 53,2 puntos, frente a los 53,1 del mes anterior, su mejor lectura en seis meses y que amplía a 37 meses consecutivos la expansión de la actividad de las empresas de la región.
Por otro lado, la agencia de calificación de riesgo Moody’s prevé que la economía española crezca el 2,9% este año. Pero para el siguiente ejercicio las previsiones no son tan optimistas y se estima que el ritmo de crecimiento sufrirá un frenazo para colocarse tan solo en el 2 %. La inercia del crecimiento “terminará por debilitarse” debido al agotamiento de los factores externos como el precio del petróleo que ha impulsado el PIB hasta ahora, apuntan desde el informe.
Moody’s señala que la economía española ha experimentado un “fuerte crecimiento” en 2015 y se ha mantenido vigorosa en el primer trimestre de 2016, pero advierte de que estos avances han sido cíclicos y no estructurales, por lo que estaría más expuesta ante otra hipotética crisis.
En este sentido, indica que los bajos precios del petróleo, las mejores condiciones de financiación y el crecimiento del turismo han impulsado el PIB y que esta inercia de crecimiento se debilitará en 2017.
Moody’s valora también la mejora del mercado laboral y la creación neta de empleo “de forma constante” en los dos últimos años que ha rebajado la tasa de paro al 20% en el segundo trimestre del año desde el 26,9% que registraba hace tres años. No obstante, alerta de que, pese a esta bajada del paro, hay todavía desafíos como bajar el alto desempleo estructural y mejorar la calidad del empleo, que sigue siendo temporal y bastante precario. “Una alta tasa de desempleo seguirá siendo un lastre significativo sobre el crecimiento económico potencial de España”, incide el informe.
pérdida de confianza Estos índices y previsiones se trasladan a la ciudadanía y cuaja la sensación de que el escenario económico y laboral puede empeorar. Es lo que se desprende de los datos arrojados por el CIS a través del Indicador de Confianza del Consumidor (ICC). El deterioro de las expectativas que tienen los consumidores sobre el futuro de la economía y del mercado laboral ha provocado que el indicador de confianza de julio haya retrocedido y siga por debajo de los 100 puntos, terreno de percepción negativa del que no ha salido desde enero de 2015.
La confianza de los consumidores ha caído un 11,4% en los últimos doce meses y son más los ciudadanos que creen que la situación económica irá a peor en los próximos seis meses que los que opinan lo contrario. El ICC se situó en julio en 94,8 puntos, 10,8 puntos menos que en julio de 2015 y por debajo del nivel de los 100, que indica una percepción negativa. Lo cierto es que desde enero de 2015, un mes después de las elecciones generales del 20 de diciembre, no ha superado la barrera del optimismo.
El pesimismo de la población también es palpable respecto al precio de la vivienda, ya que el 84% de los preguntados cree que subirá o se mantendrá igual. Asimismo, el 37% cree que la situación económica es peor que hace seis meses, el 36,6% la ve igual y solo el 24% mejor. Los encuestados que tienen una peor percepción de la situación actual de sus hogares la achacan a la posibilidad de quedarse en paro y a la de disminuir los ingresos familiares.
Situación económica. La confianza de la población ha bajado un 11,4% en el último año y son más lo que creen que la situación económica irá a peor en los próximos seis meses.
Elecciones. El Índice de Confianza del Consumidor se ha situado en valores de percepción negativa desde la celebración de las elecciones generales.
Vivienda. La población es pesimista respecto al precio de la vivienda y el 84% de los encuestados cree que subirá o se mantendrá igual en los próximos meses.
Temores. La desconfianza nace del temor a quedarse en paro y a ver disminuir los ingresos.
2%
La agencia Moody’s prevé que en 2017 la economía crecerá solo un 2%, menos que lo que se espera que crezca a lo largo de este año, el 2,9%.