bilbao - Hace meses que la multinacional Gerdau dio a conocer que quería vender sus plantas del Estado español y ya ha encontrado comprador. Los directivos de la propia Sidenor, encabezados por su consejero delegado, José Antonio Jainaga, se harán con el control del grupo tras desembolsar 155 millones de euros. La operación da tranquilidad a las plantas del Estado, de las que media docena se encuentran en la CAV -la más importante es la de Basauri, con un millar de trabajadores, pero también en Gasteiz y Legutio- y supone el retorno del centro de decisión a Euskadi once años después de volar a Brasil.

Se despeja así una de las incógnitas que atenazaba el futuro del sector vasco del acero, con dos plantas de ArcelorMittal, la de Sestao y la de Zumarraga, en peligro de muerte. El futuro se aclara en cambio para Sidenor, que encuentra un inversor con vocación de continuidad. Se trata de Clerbil SL, un grupo inversor con experiencia internacional constituido por varios ejecutivos, entre ellos el bilbaíno Jainaga, hasta ahora CEO de la división de Gerdau en el Estado español. Sidenor da media vuelta para deshacer el camino recorrido desde 2005, cuando el industrial vasco Sabino Arrieta la dejó en manos de la brasileña Gerdau por más de 400 millones de euros. Pero el frenazo de la economía de Brasil y en general la saturación del mercado del acero ha llevado a los propietarios del gigante carioca a vender sus fábricas en el Estado español una década después por un valor muy inferior al de compra. La transacción, que se cerrará definitivamente en julio, se ha fijado en 155 millones que podrían ampliarse en otros 45, hasta un total de 200, en función de la rentabilidad del negocio los próximos cinco años.

dificultades en el sector “Ante los desafíos globales de la industria del acero, estamos buscando generar más valor de mercado y ampliar la competitividad manteniendo el endeudamiento bajo control. La venta de la división de España se está realizando para que Gerdau pueda concentrarse en sus empresas con mayor rentabilidad”, explicaba ayer en una nota el máximo responsable de la multinacional, André B. Gerdau Johannpeter, que puso en valor la gestión de la dirección en España ante “el enorme desafío que atraviesa el mercado mundial del acero”.

El capital brasileño es historia y lo que era Gerdau-Sidenor vuelve a estar bajo el control de empresarios vascos y a denominarse únicamente Sidenor. En realidad la sede de la empresa no se ha movido de Basauri en estos años, pero sí lo había hecho su centro de decisión, y tras la puesta a la venta se temía incluso por la continuidad de la actividad.

En los últimos meses un grupo de empresas vascas del sector de automoción y del acero han intentado llegar a un acuerdo con Gerdau sin éxito. Finalmente la venta se ha cerrado con el grupo de inversores que encabeza Jainaga, operación que despeja las dudas acerca de su continuidad en Euskadi. Aunque no han trascendido detalles sobre los planes de los nuevos propietarios, desde el sector se da por hecho que la intención es dar continuidad a la actividad de todo el grupo, que además de Basauri tiene centros productivos en Gipuzkoa, el principal en Azkoitia, en Gasteiz, en Reinosa y en Catalunya, además de oficinas en varios países de Europa.

venta positiva para el comité En esa misma dirección se expresaba el presidente del comité de Basauri, Jon Lombraña (UGT), quien valoraba positivamente la operación y explicaba que los directivos que se hacen con las acciones son “conocedores del negocio” y tienen “ganas de continuar con la actividad”. Los sindicatos, que supieron ayer del cambio de dueños, han pedido una reunión urgente a la dirección para conocer de primera mano el plan industrial y solicitar el mantenimiento de todos los empleos, más de 2.000 en total. Pese al mal momento que vive el sector, la planta de Basauri mantiene un nivel de producción próximo al 75% después de haberse realizado ampliaciones en los últimos años, con lo que, según el comité, no hay motivos para plantear ajustes de plantilla.

Sidenor tiene una capacidad instalada de un millón de toneladas por año y su facturación supera los 750 millones de euros. Suministra aceros especiales, sobre todo a la automoción, y posee en Basauri uno de los centros de I+D más grandes del sector en Europa.

Desde el Gobierno Vasco se celebró una noticia “excelente” ya que los nuevos dueños de Sidenor son “inversores locales de referencia con larga trayectoria, que transmiten confianza por su compromiso y apuesta por Euskadi”.

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Millones de euros será el precio máximo que pagarán los nuevos propietarios por hacerse con el control de Sidenor. En un principio se ha fijado un precio de 155 millones, que podría ampliarse en otros 45 dentro de cinco años según cómo vaya el negocio.