BILBAO - “El Estado tiene que hacer una reforma en serio del sector energético”, señaló ayer la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, para la que esa condición es básica de cara a poder contar con unas tarifas energéticas competitivas para la industria.
De hecho, el Gobierno Vasco y el presidente de la compañía eléctrica vasca Iberdrola, Ignacio Galán, han “compartido” la necesidad de que el Ejecutivo español impulse una reforma del sector eléctrico que dé respuesta a las necesidades de los grandes consumidores de energía, como la industria del acero, y a las de los ciudadanos particulares porque “no puede ser que el coste estricto de la energía sea poco más del 40% del total de la tarifa”, resaltó Tapia, ya que el resto son impuestos y tasas varias.
Tapia realizó dichas declaraciones tras la habitual reunión mantenida por el presidente de Iberdrola y el lehendakari en la que el dirigente de la eléctrica avanza los resultados que presentará de cara a la junta de accionistas que se celebrará en Bilbao.
En la entrevista estuvieron, además del lehendakari, Iñigo Urkullu, e Ignacio Galán, los consejeros vascos de Hacienda y Desarrollo Económico, Ricardo Gatzagaetxebarria, y Arantxa Tapia, respectivamente, así como el jefe de compras de Iberdrola, el bilbaino Asís Canales Abaitua.
En el encuentro además de analizar la situación económica mundial aprovechando que Galán ha estado presente en el Foro de Davos se abordaron los problemas de la industria del acero vasca en lo tocante a los problemas de competitividad que sufre derivados del altos coste de la electricidad en España.
Arantxa Tapia señaló que el problema no está en las empresas generadoras de electricidad , en relación a los costes de la electricidad, de que el “foco” no debe fijarse en las empresas generadoras y distribuidoras de energía sino en las cargas que se han añadido a la factura en los últimos años por parte del Gobierno español. Tapia destacó que “es el Estado el que fija esos impuestos”, y denunció que la última reforma legal sobre el sector ha llevado a consumidores particulares y a grandes empresas a una situación “insoportable”. También se habló de las negociaciones Gamesa-Siemens, una “operación muy compleja”.