BILBAO - Sin compromisos. Así concluyó la reunión de ayer entre la dirección de Arcelor Mittal y el comité de la ACB, que hunde un poco más las expectativas de la plantilla en torno a una pronta reapertura. Mientras agentes institucionales, políticos y sociales tratan de forzar a Bruselas para que active cuanto antes un plan antidumping frente al acero chino, la dirección de la multinacional no quiso comprometerse ayer a reiniciar la actividad en Sestao en caso de que estas medidas se lleven a cabo. Habrá que cuantificar el impacto de las mismas y valorar cómo queda el precio del acero europeo, así como la situación del mercado en ese momento, indicó la compañía al comité.

El futuro de la emblemática acería sigue torciéndose después de que hace una semana Arcelor Mittal diese inicio a la parada indefinida, que justifica por la caída de la demanda ante el empuje de la competencia asiática. Aunque no es la primera vez que los trabajadores de Sestao se ven en esta situación, sí reconocen en esta ocasión ven el futuro “muy negro”. “Nosotros nos ponemos ya en lo peor. Nos lo tomamos como un cierre”, indicaba ayer un operario tras conocer, por boca del presidente del comité, la falta de concreción por parte de la multinacional respecto al futuro de Sestao. En realidad las expectativas en torno al encuentro de ayer con varios altos mandatarios de la multinacional no eran elevadas, pero hasta ahora la empresa había dejado entrever que, si Europa activa finalmente medidas antidumping, el escenario será diferente y la planta de Sestao tendrá posibilidades de sobrevivir.

El planteamiento de ayer fue de un tono bastante más gris, ya que no hubo un compromiso de reapertura en caso de que las autoridades europeas pongan en marcha medidas que den ventaja al acero europeo. Según informó el comité, los dirigentes de la multinacional trasladaron que las medidas pueden no ser suficientes y fijar un arancel demasiado bajo, aunque, como lamentan los sindicatos, tampoco dieron una cifra a partir de la cual estarían satisfechos.

La incertidumbre se mantiene en la acería vizcaína, que en todo caso se mantiene aferrada a lo que pueda ocurrir en las citas a nivel europeo que tendrán lugar la semana que viene, en las que tanto el Ejecutivo vasco como distintos agentes políticos y sociales tratarán de incluir la cuestión del sector siderúrgico. En todo caso, se maneja un periodo de en torno a nueve meses para ver aprobadas las primeras medidas antidumping.

La multinacional no cerró la puerta a la propuesta sindical de trabajar de forma intermitente, una proposición que parecía arrinconada en un principio. Ayer el comité volvió a insistir en este punto planteando asumir ciertas toneladas de trabajo de otras plantas del grupo, a lo que dirección explicó que dará una respuesta a finales de mes. Además, se abordaron cuestiones como el mantenimiento de la fábrica durante la parada y la continuidad de los eventuales, para los que se piden recolocaciones en otros centros del Estado.