gasteiz - La firma aeronáutica Aernnova insiste en realizar un fuerte ajuste de plantilla en la fábrica de Berantevilla, en Araba. Tras retirar el ERE para despedir a 133 empleados, ha planteado al comité celebrar varias reuniones semanales para abordar la negociación del convenio y la salida de entre 130 y 160 trabajadores, más de una cuarta parte del total. La empresa quiere cerrar tanto la modificación de condiciones laborales como la reestructuración de plantilla para el próximo 18 de marzo, si bien adelanta que ofrecerá soluciones no traumáticas y reitera su “apuesta firme” por la factoría alavesa.

El plazo es de apenas un mes, en el que la dirección pretende celebrar “un maratón de reuniones” con los sindicatos que incluirá hasta cuatro encuentros semanales, el primero el próximo día 10, explica el presidente del comité, Juan Carlos Gómez. “Parece que tienen mucha prisa y que quieren arreglar a todo correr lo que no han arreglado en años”, lamentaba ayer el sindicalista de ELA tras reunirse con los responsables de la compañía, que no detallaron ni las fórmulas para reducir plantilla ni los planes para Berantevilla a medio plazo.

El clima en la planta alavesa está más que enrarecido después de los últimos movimientos de la empresa, que en noviembre puso sobre la mesa un ERE para despedir a 133 trabajadores que venía precedido de diversas medidas de regulación. Finalmente la firma aeronáutica vasca optó por retirar aquel expediente en un contexto de rechazo tanto desde la parte social como desde las instituciones. Y es que pocos días después de anunciar los despidos en Araba, Aernnova confirmaba la apertura de una factoría en Toledo con casi 150 puestos de trabajo.

La decisión fue criticada, entre otros, por el Gobierno Vasco, que denunció el “chantaje” por parte de la firma de Iñaki López Gandasegui a la administración de la CAV. La compañía explicó que la inversión de Toledo no tenía relación con la situación de Berantevilla y recordó que el producto que fabrican ambas plantas es diferente. Pese a retirar aquel ERE, Aernnova mantiene que en Berantevilla hay “un exceso de capacidad” de producción, a lo que se suman “unas condiciones laborales que no son competitivas”. La empresa explicó en noviembre que el sueldo medio es de 30.500 euros al año por los 22.000 de media en el metal alavés, con una jornada de 1.618 horas por las 1.735 de media en el sector.

Desde la firma aeronáutica se explicó a este diario que la reunión de ayer con el comité se produjo en un ambiente “cordial” dentro de “la búsqueda de una solución” para Berantevilla. “Seguimos haciendo una apuesta clara, firme y definitiva por Álava, pero hay un problema de competitividad”, indica la compañía. En estos momentos “no hay trabajo” para estas 130 personas, lo que está obligando a adelantar carga posterior para alcanzar el ritmo de trabajo normal, según la empresa.

“se han llevado trabajo” El comité denuncia por su parte que la falta de carga de trabajo se debe a que “se la han estado llevando” a otras plantas del grupo en los últimos años. Cuando se anunció la nueva inversión en Toledo para la fabricación de puertas de Airbus, los sindicatos de Araba pidieron recibir la formación necesaria para poder acometer esas labores en Berantevilla sin que la dirección se hiciera eco de la propuesta.

Para incrementar la competitividad, Aernnova plantea dejar la plantilla en entre 400 y 430 empleados -actualmente son 560-, reestructuración que quiere tener lista el 18 de marzo. Prevé ofrecer medidas no traumáticas como prejubilaciones y bajas incentivadas, aunque aun no las ha detallado. Tampoco ha especificado la magnitud que tendrá el ajuste de condiciones en el próximo convenio. El comité espera conocer los detalles el día 10, cuando barajará la posibilidad de llevar a cabo nuevas movilizaciones.

La plantilla estuvo ayer en el Parlamento Vasco para asistir al debate sobre la propuesta de EH Bildu y PSE de exigir la devolución de ayudas públicas a las empresas que deslocalicen la producción, como a su juicio ocurre con Aernnova. La Cámara sacó adelante el texto presentado por el PNV en el que se pide a las instituciones vascas que activen medidas que ayuden a mantener el empleo y eviten la deslocalización de empresas.