El escándalo de los motores diésel trucados de Volkswagen ha sacudido el mercado automovilístico mundial durante las últimas semanas. Mientras los principales países fabricantes de coches se echan al cuello del gigante alemán, los consumidores aprenden a marchas forzadas sobre emisiones de gases, contaminación y combustibles. En los medios de comunicación y en los foros especializados se debate sobre el futuro de los motores de gasóleo, sobre la necesidad de rediseñar los controles de emisiones y las normativas del sector, pero son pocos los implicados que se detienen a observar, analizar y promover la que se supone que debe ser la alternativa a los motores de combustión: los vehículos eléctricos.
Para la gran mayoría de los conductores vascos pensar en un coche que regatee las gasolineras y que se cargue en un enchufe de su domicilio es como pensar en una ficción del futuro, pero lo cierto es que los vehículos eléctricos están hoy en día entre nosotros. Su presencia, por diversos motivos, es casi anecdótica, pero es una realidad que casi todas las marcas ofertan diferentes modelos híbridos o 100% eléctricos y que diferentes empresas dan servicios para recargar sus baterías en sus domicilios y en lugares públicos.
El Ente Vasco de la Energía (EVE) lleva años plantando la semilla para que esta tecnología sea una realidad en Euskadi. Anualmente pone en marcha una partida para subvencionar la compra de coches eléctricos o híbridos. La de 2015, ya agotada, ha repartido un millón de euros. Cada solicitud ha podido disfrutar de una ayuda de hasta 6.250 euros, suponiendo siempre un máximo del 20% del valor del coche.
El EVE, contabilizando las peticiones de dichas subvenciones de los últimos ejercicios, estima que en la CAV circulan entre 450 y 500 vehículos eléctricos. Esta cifra se reparte entre coches de particulares, taxis, flotas de empresas, hospitales y flotas de instituciones públicas. Las cifras de ventas demuestran que su implantación en la sociedad vasca es un proceso muy lento. En junio de este año, por ejemplo, en la CAV solo se han matriculado dos vehículos eléctricos. En todo el Estado la cifra ha alcanzado los 152.
las necesidades El conductor que opte por hacerse con un vehículo eléctrico primeramente debe reflexionar sobre el uso que le quiere dar a ese coche. Actualmente los modelos más vendidos del mercado tienen un gran handicap: la autonomía. Las baterías eléctricas están capacitadas para mantener el coche en marcha entre 150 y 200 kilómetros. Eso es de lo que presumen los fabricantes, pero hay que tener en cuenta que estas cifras se pueden alcanzar con el vehículo prácticamente vacío, en llano y en unas condiciones determinadas de tráfico. En cualquier caso, las prestaciones de los coches eléctricos permiten que sea utilizado sin problema para cubrir los traslados del día a día, por ejemplo, para acudir al trabajo.
Una vez comprobado que es un eléctrico el vehículo que necesita, el usuario debe saber que su comodidad pasará por contratar los servicios de un gestor de carga. Esta es la figura que la ley ha creado para dar el servicio de administrar energía a los vehículos eléctricos, tanto en el ámbito privado como en el público.
La primera característica de los gestores de carga es que tienen que garantizar que el 100% de la energía que suministra procede de fuentes renovables, por lo que la opción del coche eléctrico ya encuentra un argumento a favor desde el punto de vista de proteger el medio ambiente.
En la CAV, aunque podrían hacerlo más empresas como Iberdrola o EON, por ejemplo, solo opera un gestor de carga: Ibil. Esta compañía surge de una asociación a partes iguales entre el EVE y Repsol y, aunque da cobertura en todo el Estado, tiene su sede en el BEC de Barakaldo.
Un usuario que decida contratar los servicios de Ibil contará con un punto de recarga particular en su garaje unifamiliar o comunitario en el que podrá recargar la batería de su coche durante la noche. Para ello tendrá que pagar una factura mensual, de la cual, más o menos, el 50% corresponde al consumo de energía y el otro 50% a financiar la instalación del punto de carga, el mantenimiento 24 horas al día y 365 días al año, etcétera. El gestor de carga ofrece un abanico de tarifas, similares a las de las compañías telefónicas, con las que el cliente puede elegir la que más se aproxime a sus necesidades de consumo. En ella se tendrá en cuenta también el uso que el conductor quiera hacer de los puntos de recarga públicos que Ibil tiene instalados por todo el Estado.
Esta red pública de puntos de recarga resulta muy útil al permitir que, mientras el usuario cumple con sus quehaceres, el coche realice una carga rápida de su batería. La red que Ibil ofrece hoy en día, cinco años después de su creación, es más que suficiente para el volumen de coches eléctricos de la CAV, pero como punto débil destaca que la mayoría de estos puntos de recarga están situados en aparcamientos de supermercados fuera de centros urbanos, en parques tecnológicos o en aparcamientos de pago.
no, a la contaminación Super Amara, una prestigiosa cadena de supermercados guipuzcoana, hace tiempo que apostó por los vehículos eléctricos. “Hace cinco años sacamos una campaña que se llamaba Cincuenta medidas por el medio ambiente. Unas eran de reciclaje de bolsas isotérmicas, reciclaje de radiografías, plásticos, etc. Una de ellas era poner en marcha furgonetas eléctricas”, explica Víctor Espinosa, el director de la cadena. Eso se tradujo en la adquisición de una furgoneta que, debido a su todavía poco desarrollada tecnología, se quedo pronto obsoleta.
Pero en la cadena de supermercados guipuzcoana se empeñaron en seguir insistiendo en esa iniciativa y este mismo año se han hecho con los servicios de toda una flota de furgonetas eléctricas que fue presentada el pasado 8 de octubre. Estos vehículos son totalmente modernos, no se diferencian en nada de los de combustión, ni en capacidad de carga, ni estética. La única diferencia es la autonomía.
Tras varios años buceando en el mercado de los vehículos eléctricos y tras su propia experiencia, en Super Amara conocen perfectamente las ventajas y desventajas de esta tecnología. Sus dirigentes aseguran que uno de los motivos fundamentales para que no se vean coches eléctricos en la calle es, sobre todo, comercial. Por ejemplo, una furgoneta eléctrica puede costar entre 20 y 35 mil euros, pero al año siguiente se quedará obsoleta. “En renting un vehículo de combustión me cuesta el 70% que uno eléctrico porque el vehículo térmico tiene después salida en el mercado y el vehículo eléctrico no la tiene. No hay mercado de segunda mano y desde el momento en que los he sacado a la calle su valor pasa a ser cero. Esto para los comerciales es letal”, explican.
A la hora de utilizarlos señalan como la única pega su autonomía. Sus conductores reconocen tener la inquietud de quedarse sin batería. Es sabido que la mejora de esta cualidad es solo cuestión de tiempo. De hecho, como media, cada año los nuevos modelos tienen un 25% más de autonomía, algo que suele hacer que los posibles compradores demoren esa decisión. “En Super Amara vimos que si nos quedábamos eternamente esperando, seguiríamos eternamente contaminando”, apuntan.
Entre los beneficios destaca la nula emisión de gases y, no menos importante, la ausencia de contaminación acústica, puesto que el coche eléctrico no hace ruido. “Hay que tener cuidado porque los peatones no te sienten hasta que estás encima, pero es algo muy importante para los chóferes. Notan una importante reducción del estrés”.
Otro aspecto positivo es que el mantenimiento es más barato, pero en los talleres todavía no hay muchos mecánicos especializados en vehículos eléctricos y, creciendo el volumen de coches eléctricos al ritmo que lo está haciendo, parece que todavía será algo que tardará en normalizarse.
En cuanto al ahorro en consumo de energía, desde Super Amara destacan que sí es cierto que consume un 25% de lo que cuesta un vehículo de combustión, pero el ahorro no es tan grande porque hay que pagar la inversión del gestor de carga y su infraestructura: “El ahorro no es lo más importante. Pesa más el convencimiento de que no se puede seguir contaminando”.
500
El Ente Vasco de la Energía estima que en la CAV circulan hoy en día entre 450 y 500 vehículos híbridos y eléctricos.
Puntos de recarga. En la CAV hay tantos puntos de recarga privados como vehículos eléctricos. En las calles Ibil tiene en marcha una red de 70 puntos de recarga públicos.
1.641
Es el número de vehículos eléctricos vendidos en España en lo que va de año
Mercado total. En 2015 en el Estado se han vendido 789.070 vehículos nuevos, por lo que los eléctricos solo suponen el 0,207% de las ventas.Discriminación positiva. En Catalunya a los vehículos eléctricos se les devuelve el dinero pagado en los peajes de autopistas. En Madrid los vehículos eléctricos pueden utilizar el carril bus y pueden circular por el casco antiguo de la ciudad.
21%
Japón es el país que más ha apostado por el vehículo eléctrico. En 2013 el 21% de sus vehículos ya eran eléctricos. En Europa la referencia es Noruega. En 2014 el 13,7% de sus ventas fueron en vehículos eléctricos.
El futuro. En una década el 15% de la fabricación mundial serán vehículos híbridos y el 3% serán eléctricos.