donostia - Euskadi puede considerarse desde ayer miembro del grupo que lidera a nivel mundial la innovación en el tejido industrial. La empresa Ibarmia, el centro tecnológico Tecnalia y la UPV/EHU presentaron en Donostia la mayor máquina del Estado de impresión 3D para la industria, que incorpora una tecnología solo desarrollada por otros tres países a nivel internacional que son Alemania, Austria y Japón. Sin embargo, la máquina vasca va más allá de lo que han ido esos países y añade como novedad un proceso de mecanizado, de modo que la pieza no necesita pasar por la fresadora u otras herramientas de ajuste para ser ensamblada.

La irrupción de este aparato da un giro radical al proceso de fabricación de piezas de máquina herramienta. Hasta ahora su elaboración consistía en modelar un bloque ya existente hasta llegar a la forma deseada por el cliente.

Con la máquina Add+Process se invierte la técnica, ya que el inicio es una base sobre la que se inyectan polvos metálicos para que se depositen por capas y se solidifiquen. Todo ello representa un gran avance respecto a la precisión de la pieza, además de ahorrar en tiempo y material, que en este último caso puede representar un 60%.

Hasta este punto llega también, con mayor o menor éxito, la tecnología de otros países innovadores. La clave que convierte a Euskadi en uno de los países más avanzados radica en que esta máquina de impresión 3D incorpora una segunda función, que consiste en el mecanizado de la pieza, es decir, en adaptarla a las más estrictas exigencias en un ejercicio que se asemeja al tradicional fresado y torneado. La integración de ambas prestaciones en un solo aparato es lo que otorga a la CAV una ventaja competitiva de primer nivel en todo el mundo y le permite avanzar en el desarrollo de la manufactura 4.0.

La industria en general se beneficiará de este invento, que se ha diseñado con el objetivo de hacerla más competitiva. Pero los sectores que obtendrán mayor rentabilidad serán los que requieren grandes cotas de seguridad, como la aeronáutica, la automoción, el oil&gas y la máquina herramienta, que podrán construir piezas de muy diversas dimensiones y con una longitud máxima de 1,6 metros.

interés internacional La presentación de Add+Process en la feria de la máquina herramienta de Milán EMO no pasó desapercibida, tal y como explicó ayer el director de Ibarmia, Koldo Arandia, quien avanzó que ya ha despertado el interés de importantes economías como la de Estados Unidos, Holanda, Francia y España, quienes han formalizado consultas sobre aplicaciones reales del prototipo.

La idea de los artífices de esta impresora industrial 3D es mantenerla en las instalaciones donostiarras del centro tecnológico Tecnalia, donde se encuentra desde el inicio, para atender desde allí las peticiones que se vayan produciendo a medida que se conozca las posibilidades de esta revolucionaria técnica, y que se prevé procedan de todo el mundo.

Arandia reconoció que, lo más probable, es que todos los pedidos se referirán de momento a la construcción de piezas. No se espera en principio que las fábricas se interesen por la compra de una máquina de impresión 3D, ya que es un aparato que “no está al alcance de las pequeñas empresas”. A día de hoy, la impresora industrial tiene un coste cercano al millón de euros ya que todavía no hay estructurapara su producción en términos de economía de escala. Su principal valor está en el proceso de I+D.

Por ello, el gerente de la empresa azkoitiarra Ibarmia se mostró muy satisfecho de los resultados, con los que “decimos a la sociedad de qué manera invertimos el dinero que recibimos las empresas”, en referencia a las ayudas recibidas del Gobierno Vasco. A este respecto, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, alabó la actitud de los artífices de esta impresora 3D, quienes “no esperaron a tener las ayudas” para iniciar el proyecto.

En su opinión, ésta es la actitud que deben mantener las empresas, es decir, “tomar las decisiones estratégicas porque hay que impulsarlas, y luego ya llegarán las ayudas”.

Durante la presentación también estuvo presente el director general adjunto de Tecnalia, Iñaki San Sebastián, quien consideró que esta nueva tecnología “es un cambio en los paradigmas de la producción” y destacó que “creará empleo de calidad” y generará “una industria competitiva”.

Amaia Maseda, vicerrectora de Proyección y Transferencia de la UPV/EHU, otro de los socios de este proyecto, valoró la iniciativa al constituir “un ejemplo palpable de que es necesario evolucionar a una sociedad del conocimiento basado en el talento de las personas y en las estrategias de innovación”, además de demostrar que “la Universidad no solo genera conocimiento, sino que también lo transfiere”.