ATENAS - Las pruebas de resistencia a la banca griega han demostrado que su situación es menos dramática de lo que se temía. El resultado es positivo, después de un año en el que los títulos financieros perdieron la mitad de su valor por la pugna entre Atenas y los acreedores sobre el tercer rescate y por la imposición de los controles de capital.
Según los resultados de las pruebas de resistencia publicados ayer por el Banco Central Europeo (BCE), los cuatro principales bancos griegos tienen unas necesidades de capital adicional de entre 4.400 millones y 14.400 millones de euros.
En caso de que las variables económicas evolucionen de forma normal (escenario base), las necesidades ascienden a 4.400 millones de euros, mientras que los requerimientos sumarían hasta 14.400 millones si se produce una evolución negativa (escenario adverso).
El BCE informó de que los cuatro bancos sistémicos -Banco Nacional de Grecia, Banco del Pireo, Alpha Bank y Eurobank- tienen hasta el 6 de noviembre para explicar sus planes para afrontar estas necesidades.
Una vez facilitados estos datos, podrá comenzar el proceso de recapitalización que deberá concluir antes de finales de año.
NUEVA NORMATIVA Esto es especialmente importante, pues a partir del 1 de enero de 2016 entra en vigor una normativa europea que incluye la posibilidad de aplicar quitas a los depósitos no garantizados, es decir, superiores a los 100.000 euros.
“Cubrir el déficit a través de ampliaciones de capital llevará a la creación de amortiguadores prudenciales en los cuatro bancos, lo que mejorará la capacidad de recuperación de sus balances y su capacidad para resistir potenciales shocks macroeconómicos adversos”, dijo el BCE en su comunicado. Los fondos necesarios para el escenario adverso los aportarán el Fondo Helénico de Estabilidad Financiera (FHEF), a través de acciones y bonos convertibles.
El Ministerio de Finanzas informó además de que el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo participará en la recapitalización.
El acuerdo para el tercer rescate, cuyo volumen total asciende a 86.000 millones de euros, contempla un máximo de 25.000 millones para la recapitalización de la banca griega, de los que 10.000 millones ya han sido depositados como ayuda inmediata en el FHEF.
La incertidumbre política durante este año que aceleró la salida de depósitos y culminó con la imposición de controles de capital y el cierre de los bancos a finales de junio provocó una caída vertiginosa de las acciones de los bancos e incrementó la vulnerabilidad del sistema bancario.
Con la recapitalización, el Gobierno de Alexis Tsipras espera que Grecia dé un paso para recuperar la confianza de los inversores. - Efe