Mungia- La Deusto Business School de la Universidad de Deusto analizó recientemente la financiación empresarial con la presencia de varios empresarios vascos. En el marco de esas jornadas, el director financiero de la compañía eléctrica mungiarra avanzó ya su visión antes de conceder esta entrevista.
¿Arteche ha sobrevivido a la crisis o ha salido fortalecida?
-Arteche pasó la crisis muy bien hasta el año 2011, pero los tres siguientes años, 2012, 2013 y 2014 notamos de manera más intensa la crudeza de la crisis industrial, como el resto de compañías vascas o europeas en general. En estos momentos, la salida de la crisis que ya se atisba en Europa también la estamos notando en las cuentas de Arteche. Las previsiones en el corto y medio plazo son prometedoras y esperamos que 2015 sea mejor que los tres años anteriores. Las previsiones para 2016 y en adelante son también prometedoras.
¿Qué puede contarme del empleo?
-Actualmente damos empleo a unas 500 personas en Euskadi y a otras 1.500 en las plantas que tenemos repartidas por el mundo. Seguimos apostando por el desarrollo y la investigación, por productos de valor añadido. En esa apuesta nuestras instalaciones en Mungia son fundamentales. Ello implica seguir apostando por un empleo de calidad y muy centrado en canalizar el desarrollo de la I+D+i del grupo en Bizkaia para después exportarlo al resto de plantas.
Con una facturación cercana a los 300 millones de euros y con presencia en más de 150 países ¿es la internacionalización una de las claves del éxito de la empresa?
-La internacionalización de Arteche iniciada en los años 70 del siglo pasado ha sido una de las principales claves para el desarrollo no solo de los volúmenes de facturación o los resultados, sino de las líneas de ampliación de productos y de la base de clientes. Arteche en estos momentos factura entorno a 300 millones de euros, de esa cantidad, el 90% se da fuera de España, con un 42% del negocio en Sudamérica, principalmente en Brasil. Nuestro segundo mercado es Norteamérica, por encima de Europa.
Cada vez que Euskadi mira al exterior las instituciones vascas destacan el sector energético como uno de los que más oportunidades ofrece. ¿Comparte el criterio?
-Sí, absolutamente. El sector energético es un sector en expansión y desarrollo en el mundo y dentro de éste, el sector eléctrico está también en claro desarrollo. En las geografías más evolucionadas, como puede ser la europea, esperamos una necesaria renovación de las redes de transmisión y distribución eléctricas, así como la mejora en las interconexiones con las nuevas capacidades de generación de energías renovables más alejadas de los núcleos tradicionales de producción. Todo ello junto con el necesario desarrollo y el acompañamiento del sector eléctrico a la evolución de los países en desarrollo hace que la previsión del crecimiento del sector eléctrico en el mundo supere el 3% acumulativo anual en los próximos años. Ello para las empresas vascas que están centradas en la producción de bienes de equipo para el sector energético y eléctrico en particular supone una oportunidad clara de cara al futuro.
¿Cómo evoluciona una empresa familiar fundada en Mungia hasta convertirse en un referente mundial de su sector?
-Arteche sigue a día de hoy siendo una empresa familiar y ha crecido de una forma paulatina. Su éxito se basa en una apuesta decidida por la I+D+i y el desarrollo y perfeccionamiento de sus productos; en incidir en el lanzamiento de nuevos productos para acompañar a nuestros clientes; y en la apuesta decidida por los equipos humanos. Eso ha permitido abordar un proceso intensivo de internacionalización continuo. Hoy estamos presentes con fábricas en China, Argentina, México y Brasil, y con oficinas comerciales en Dubai, Tailandia, India y Estados Unidos.
¿Se podría decir que Arteche es hoy algo más que un fabricante?
-Arteche ha pasado de ser un fabricante de producto a ser un proveedor de soluciones completas para sus clientes. Hemos evolucionado de fabricar productos aislados a ofrecer soluciones y paquetes completos a nuestros clientes. Desarrollamos desde las labores de diseño o ingeniería y la fabricación hasta la puesta en marcha o el mantenimiento posterior.
Y en todo ello la apuesta por la investigación ha sido fundamental.
-Arteche desde su inicio ha entendido que la I+D+i no es un aspecto diferencial, sino necesario para estar al día de las necesidades del sector y nuestros clientes. Tanto en la mejora de los productos como en la aportación de soluciones de eficiencia.
En ese campo Arteche ha desarrollado un nuevo laboratorio de ultra alta tensión, ¿qué supone?
-Ha sido una apuesta por ampliar las capacidades de prueba de los alternadores de más alta tensión que existen hoy en día en el mundo. Este laboratorio en Mungia se ha convertido en una referencia a nivel europeo, es el más moderno. Aporta la capacidad de probar los transformadores de alta tensión mayores que se pueden fabricar en el mundo a día de hoy. El laboratorio posiciona a Arteche como un referente en cuanto a capacidades de fabricación y prueba.
Recientemente han firmado una alianza con otras empresas eléctricas vizcainas, como Alkargo, Ormazabal y Tecnalia, ¿qué beneficios esperan obtener?
-La alianza estratégica va a permitir ofrecer una solución completa e integrada a cualquier fabricante de aparillaje eléctrico europeo o mundial, gracias a una acción coordinada entre los cuatro laboratorios vizcainos. Supone una línea de negocio nueva así como una visibilidad mayor dentro de nuestra base de clientes. También nos permite poder aportar una línea de actividad que hasta hoy se hacía de una manera aislada.
¿Ese aprovechamiento de sinergias compensa tener un tamaño más bien pequeño?
-Este tipo de alianzas, igual que sucede con los clústers, permite de facto a las pequeñas y medianas empresas tener una dimensión mayor y poder ofrecer soluciones de una complejidad que de manera aislada no podrían hacer. Estos proyectos estratégicos, en nuestro caso de utilización de laboratorios, se podrían replicar también en otros sectores, siempre que haya acuerdos empresariales.
¿2015 será el año de despegue de la salida de la crisis para Euskadi?
-Nosotros ya lo estamos notando. Ya desde finales de 2014 percibimos un mayor dinamismo en la economía en general. Los clientes europeos, que han sido los más afectados por la crisis en los últimos años, vuelven a reactivar los planes de inversión y eso hace que nuestras previsiones para este 2015 y en adelante sean más prometedoras.
A una empresa como Arteche, ubicada en áreas de negocio dispares como en México, Brasil, Argentina, Chile, Estados Unidos, Australia, Tailandia o China, ¿le afecta la devaluación del euro?
-Una parte importante de nuestras ventas se realiza en dólares, con lo cual el fortalecimiento del billete verde nos favorece. Nos hace por un lado ser más competitivos en fabricación y en venta aquí en Europa y en lo que a las ventas internacionales se refiere supone unos ingresos mayores gracias a esa apreciación del dólar.
¿Es una buena noticia para las empresas que exportan?
-Es positiva. En general nos hace ser más competitivos en una economía que está globalizada. Ciertamente es algo que las empresas industriales necesitábamos.
¿Y la del petróleo?
-Sin duda tiene una repercusión también positiva para las empresas vascas. El petróleo tiene un efecto directo en una parte de los costes de producción y logística. En ese campo, el abaratamiento que se ha dado es positivo para las compras de productos derivados del gas, por ejemplo.
¿Aunque esas dos noticias se unen a esa recuperación macroeconómica que mencionaba, cree que todavía existen riesgos?
-La devaluación del euro y el abaratamiento de los costes energéticos son dos noticias sin duda positivas pero no hemos salido del todo de la crisis todavía. Lo que estamos viendo son signos de recuperación pero todavía las tasas de paro siguen siendo muy altas. Parte de esa recuperación que se ve en las mayores facilidades de acceso al crédito financiero, por ejemplo, no ha llegado de forma plena a las empresas y las familias. Empezamos a ver que hay más posibilidades de nuevas líneas de crédito y facilidades de financiación en general, pero todavía tiene que fluir de una manera más generalizada hacia la economía doméstica que es lo que a medio plazo llevará a que la salida de la crisis sea sólida y duradera.
¿Pueden las instituciones allanar el camino con sus políticas?
-La colaboración institucional con el tejido empresarial e industrial en particular es fundamental como lo ha sido ya en los últimos años y por distintas vías. Por un lado, destacaría la concesión de ayudas y subvenciones a la internacionalización, al apoyo al I+D+i, o a la apertura de oficinas comerciales en el extranjero; segundo, pueden empujar a que las entidades financieras de verdad hagan que el dinero impulsado por el Banco Central Europeo fluya a todas las capas de la sociedad, a empresas y particulares; y tercero, pueden favorecer las alianzas y asociaciones empresariales que antes comentábamos, que en muchos casos están promovidas y alentadas por las instituciones.