BILBAO - España ha aprobado una reforma fiscal que, en teoría, supone una rebaja de la presión fiscal y en Euskadi se ha hecho todo lo contrario, se ha elevado la presión para las rentas más altas. ¿Qué es lo más razonable en este delicado momento de salida de la crisis?
-Hay un dato que está como una espada de Damocles sobre nuestro sistema tributario: el diferencial de recaudación respecto a la media de la Unión Europea. Según Eurostat, España estaría en una presión fiscal del 32,5%, mientras que la media de la Unión está en el 39,4 y si nos fijamos en la eurozona es el 40,4. Estamos entre siete y ocho puntos por debajo. Esto supone cerca de 70.000 millones de euros que se dejan de recaudar. No es el momento de bajar impuestos.
¿Qué hay que hacer entonces?
-Hay un consenso por parte de todos los expertos en el sentido de que España necesita una modificación del sistema tributario en su conjunto. Esa fue la propuesta inicial del Gobierno. Esto no se ha hecho. Lo que se ha hecho en el Estado es abordar una reforma puntual, un parcheo del Impuesto sobre la Renta y el de Sociedades, con unas bajadas que van a suponer unos 9.000 millones menos de recaudación este año y el próximo. Luego esto no parece que vaya a contribuir a la mejora de la presión fiscal en relación a la media europea. Hay que tender a esa convergencia con Europa, sobre todo para mantener el Estado del Bienestar e ir eliminando esa deuda, que ya está casi en el 100% del PIB y que supone que más de 30.000 millones se nos vayan cada año en intereses de deuda a pesar de la bajada de tipos actual.
El caso es que a golpe de recorte España ha limado el Estado de Bienestar, ¿cubren los actuales niveles de recaudación los servicios que se han mantenido?
-Bueno, no parece que los datos vayan en esa línea. Además de las medidas de ajustes que se han ido tomando, se tienen que tomar más para cumplir con el compromiso con Europa de reducción del déficit al 3% del PIB. En este sentido, a estos 9.000 millones de menos que se van a recaudar como consecuencia de la bajada de impuestos habrá que sumar ese diferencial para reducir el déficit hasta ese 3%. Habrá que seguir en esa línea de adelgazamiento del Estado a pesar de que se pueda, como parece que está pensando la UE, alargar el plazo para cumplir con ese requisito. Las medidas de austeridad, los recortes en materia sanitaria, educación, los copagos, no van en la buena dirección, y es necesario aumentar los ingresos para estar al nivel de la UE en protección social. No estamos hablando de igualarnos con Francia, Dinamarca, los países nórdicos, que están en unos niveles de recaudación muy superiores, pero sí de separarnos de la cola. Estamos más cerca de los últimos países, Rumanía o Letonia, que de los del centro de Europa, que es a los que deberíamos tender en lo que a Estado del Bienestar se refiere.
Entonces haber bajado los impuestos es un grave error.
-La caída de la recaudación que se produjo en España entre 2007 y 2009, casi 70.000 millones, es lo que ha hecho que se haya disparado la deuda pública. Con los datos de cierre de 2014 estamos 24.000 millones por debajo de la recaudación de 2007. Y si analizamos los impuestos vemos que en el IRPF e IVA sí se alcanzan los niveles de ese año. El Impuesto de Sociedades recauda hoy 25.000 millones menos que en 2007, que no parece que se corresponda con la caída de la actividad económica, tiene más que ver con el fraude.
A finales de año hay elecciones generales, ¿qué tarea fiscal le pone al próximo Gobierno?
-Oímos a todos los partidos que hablan de la lucha contra el fraude en la carrera electoral. La caída de la recaudación está influenciada en buena medida por el fraude que tenemos y habrá que esperar a la formación de próximo gobierno para ver si actúan de verdad en esa dirección y si se deciden a revisar de arriba a abajo todo el sistema fiscal para acercarlo a las directrices que marca el artículo 31.1.