vitoria - Para gran suerte del tejido empresarial alavés y vasco, uno de sus principales motores industriales como es Mercedes Benz continúa ganándose a pulso el apelativo de empresa fiable. Por méritos propios y por puro convencimiento de lo que un día soñó su fundador: The best or nothing (“Lo mejor o nada”), entendiéndose el claim de la multinacional alemana como una apuesta inequívoca por la excelencia. El caso de este formidable tractor industrial representa una garantía poco frecuente en los convulsos tiempos actuales y de todo ello habló ayer en un clima de ilusionante optimismo su máximo responsable en Vitoria, Emilio Titos, en una entrevista concedida a Radio Euskadi. El ejecutivo hizo balance del pasado más reciente de la compañía para abordar después aspectos empresariales vinculados directamente con la competitividad como el coste de la factura energética y los llamados costes unitarios, “una pesadilla y un reto al mismo tiempo”, reconoció el propio Titos.

Como director de Producción de la mayor factoría de Euskadi -también es la única que fabrica automóviles-, el ejecutivo se mostró satisfecho por la buena salud de la planta y la marcha de los niveles de producción de los nuevos modelos, que este año podrían alcanzar las 90.000 unidades, entre un 10% y un 15% más de lo previsto. “Es la realidad; estamos vendiendo más de lo que habíamos planificado y este año vamos a crecer, estamos convencidos de ello”, recalcó el ejecutivo antes de enumerar las claves del éxito de la factoría de Ali-Gobeo. “Aquello que vas sembrando lo vas recogiendo de una forma continuada y después de un gran esfuerzo hemos conseguido un gran acuerdo, y esto lo quiero subrayar, con la parte social que nos ha dado estabilidad y al tener este escenario y dedicarnos a lo que sabemos hacer pues estamos generando una gran satisfacción a nuestros clientes, que es nuestro gran compromiso”.

Es el camino de la calidad, la añorada excelencia, inoculada desde Alemania desde tiempos pretéritos. “Como el nada no es una alternativa, lo único que nos queda es lo mejor, por eso necesitamos personas comprometidas para impulsar la mejora continua tanto a nivel de producto como de eficiciencia”, insistió el responsable de Mercedes, cuya tracción tecnológica en su centenar largo de proveedores que tiene repartidos por toda la Comunidad Autónoma Vasca ha sido calificada en más de una ocasión como una “bendición” más allá del empleo que genera y la producción que es capaz de absorber. En este sentido, el propio Titos hiló ayer el desarrollo de esta tecnología de vanguardia con las llamadas fábricas 4.0, las plantas del futuro que forman parta ahora mismo de una visión. “Lo que nos espera va a ser duro pero emocionante y va a depender del nivel de excelencia de nuestra gente”, abundó.

Como contrapartida al buen comportamiento interno de la factoría y quizá como medida para no caer en la autocomplaencia, Titos rescató de nuevo su añorada obsesión por el coste unitario, que lo es todo en cualquier producto, insistió. “No puedes gastar más allá de lo que el cliente te paga y el coste unitario es el resultado de tus procesos, que no está en relación con el precio que el cliente te paga y que depende del mercado. Si no eres competitivo, no tienes ni presente ni futuro y no hay posibilidad de subvencionar eternamente a una empresa. Ese no es el camino”, reflexionó antes de reconocer el fracaso a día de hoy de la tecnológia eléctrica, donde Mercedes ha sido el primer fabricante en serie del mundo en desarrollar una furgoneta 100% eléctrica. “Es verdad. Hemos desarrollado un producto fantástico pero no encontramos clientes porque el coste que supone fabricarlo no está alineado con lo que están dispuestos a pagar. Y la crisis además tampoco ha favorecido el impulso que requiere un producto de estas características por parte de la administración, así que habrá que esperar”, razonó.

Como colofón, y respecto al coste energético y su influencia en la competitividad empresarial, Titos fue tajante: “Nos quejamos y con razón porque el impacto de la factura eléctrica es brutal en el coste unitario. Y lastra. Hasta el punto de que en los últimos diez años ha crecido tanto el costo que nos hemos situado a la cabeza de Europa. Y esa subida, ese impacto, nos resta en competitividad. No puede ser que lo que ganamos en eficiencia lo perdamos en la tarifa eléctrica. A Mercedes esta subida le viene suponiendo entre tres y cuatro millones de euros al año, y eso sin contar el impacto impositivo... En definitiva, una suma de muchos millones que me restan y que me afecta al coste unitario”.