BILBAO - La recuperación de la economía vasca está dinamizando las operaciones corporativas en Euskadi en el arranque del año y multiplicando las fusiones y ventas de compañías. No hay una estadística oficial de este tipo de procedimientos porque las empresas no informan de todos sus movimientos en este ámbito y a veces incluso intentan que pasen lo más desapercibido posible. En muchos casos por los recelos que generan las acumulaciones de activos y, en otros, simplemente porque nunca ha habido costumbre de hacerlo.

Sin embargo, Albia Capital, uno de los principales asesores en este tipo de procesos en Euskadi, ya ha notado un repunte en el arranque de este ejercicio. Según sus cálculos, solo entre enero y junio participará en seis operaciones corporativas, las mismas en las que colaboró durante todo el año pasado. A partir de ahí, el incremento anual podría duplicarse e incluso ir todavía más lejos si las condiciones mejoran en la segunda parte del ejercicio.

Euskadi “es un buen sitio para invertir”, sostienen dos de los socios de Albia Capital, y la mejora gradual de la economía está permitiendo que “se materialicen las oportunidades”. Elías Martínez y Alejandro Azcona explican a DNA la evolución de la compañía durante la crisis. Un periodo en el que las fusiones y ventas se han reducido a la mitad en la Comunidad Autónoma Vasca. Aún así, Albia Capital ha continuado creciendo. Aumentando socios, plantilla y, sobre todo, clientes.

“Hemos pasado de cero clientes en 2004, cuando nacimos, a más de 145 hoy”, subraya Elías Martínez, que entró en la firma justo antes de la recesión y puede explicar por ello con conocimiento de causa el cambio a mejor que se ha producido en la actividad de la compañía los últimos meses.

Albia tiene dos grandes campos de actuación, Corporate Finance -compras, ventas y fusiones de empresas o búsqueda de inversores- y Desarrollo Estratégico -asesoramiento en estrategia, viabilidad, reestructuración de la empresa o diseño de planes de inversión, entre otros-. Esas actividades permiten a sus socios estar muy pegados a la realidad del día a día de las empresas. ¿Qué ha cambiado para que se disparen ahora las fusiones y compras? La mejora de la economía empuja, pero también lo hace con fuerza la financiación empresarial. El dinero está por fin circulando y hay liquidez para materializar las operaciones.

Escenario propicio Se cumple, explica Alejandro Azcona, la primera premisa para que se produzca una venta o una fusión: que el “interés de crecimiento” de una sociedad mercantil tenga la financiación correspondiente. Posteriormente es necesario encontrar un candidato que genere expectativas de desarrollo de negocio. Y, por último, la empresa que se vende debe percibir una oportunidad de “valorización” de la inversión acometida en ocasiones durante décadas de actividad empresarial.

Aunque también han cerrado operaciones en Madrid, Sevilla e incluso Argelia, Alba Capital es un buen termómetro de los movimientos que se realizan en Euskadi. A falta de datos oficiales, según sus cálculos el año pasado se materializaron en torno a una veintena de concentraciones empresariales con asesoramiento externo en la CAV, y esta firma bilbaina participó en algo más de un tercio de ellas.

Las empresas tocan su puerta para reorientar el negocio, buscar mediación para refinanciar su deuda y en muchas ocasiones con una petición muy concreta: la búsqueda de una empresa que le permita un crecimiento orgánico a través de una compra o fusión o impulsar el negocio con una alianza estratégica con un partner en casa o en los mercados exteriores.

“La empresa vasca tiene un problema de dimensión para competir a nivel global. Hay empresas muy buenas que son diez veces más pequeñas que sus competidores”, explica Elías Martínez. Esa circunstancia hace que tarde o temprano acaben perdiendo contratos aunque su producto sea tecnológicamente superior. Además, los clientes demandan cada vez más servicios en los mercados exteriores y hay multinacionales con músculo para tener fábricas casi a la puerta de las empresas que les contratan.

Ese diagnóstico es compartido desde hace tiempo por los empresarios y el Gobierno vasco, que ha activado varios programas de ayuda para que las compañías ganen volumen. El cambio de ciclo ha traído a primera línea el problema y las empresas están trabajando en solucionarlo. Los socios de Albia explican que tres de las ventas el año pasado estaban encauzadas hacia un comprador extranjero, pero al final se cerraron las operaciones con un comprador vasco que, en cada caso, fue el que hizo una oferta mejor.

Una buena noticia porque el inversor de la CAV es básicamente industrial, busca la continuidad y la mejora del negocio, no una rentabilidad a corto/medio plazo con una venta posterior de la fábrica, destacan. Esas prácticas, muy ligadas a los fondos de inversión, conllevan el desmantelamiento de las unidades productivas.

Con todo, Euskadi tiene atractivo para el capital extranjero. El motivo es que el tejido industrial es “serio, el inversor sabe que se pude fiar”. Además, hay una “infraestructura potente” -autopistas, Puerto de Bilbao y ferrocarril, entre otras- y un empuje exportador que garantiza un “posicionamiento mundial del producto”. Añaden, que el perfil innovador del empresariado vasco es “madera para desarrollar producto”. A todas esas cuestiones se une el reconocimiento del “espíritu emprendedor” de los vascos, una circunstancia que destacan sobre todo los empresarios de otras zonas del Estado y que anima en general al inversor de fuera a hacer negocios en la CAV.

Hay dos sectores especialmente proclives a participar en operaciones corporativas. Las compañías de componentes de automación, aeronáuticas y los fabricantes de productos eléctricos. Son segmentos con altos volúmenes de facturación, con músculo para hacer compras, pero que también generan interés en otras compañías que buscan vías de crecimiento. Albia Capital Partners prevé “un 2015 intenso en fusiones y adquisiciones empresariales”. Sus socios destacan que “hoy hay dinero” en el mercado y las empresas pueden encontrar recursos para “’desarrollar y crecer”.

“Es el momento de vencer la dificultad del tamaño. Las empresas están obligadas a crecer, bien solas o acompañadas, porque si no el mercado se cae”, subraya Elías Martínez. Para Alejandro Azcona, hay un plus en Euskadi: la “sensibilidad” de la administración vasca con la necesidad de ganar potencial.