Bilbao - Las exigencias legales y de los reguladores han condicionado la fusión de las antiguas cajas vascas y supeditarán igualmente su futuro. Las ya fundaciones bancarias miran hacia el futuro y saben que tendrán que anticiparse para poder mantener su principal actividad, su razón de ser, las tres obras sociales que realizan BBK, Kutxa y Vital en los tres territorios.
Actualmente esas obras sociales dependen de los beneficios que obtenga el banco. Y en los últimos tiempos, por las exigencias de provisiones y por la propia crudeza de la crisis, las ganancias no han sido todo lo abundantes que a los responsables de las obras sociales les hubiera gustado. Las antiguas cajas han tenido que tirar de recursos propios para mantener unos presupuestos condicionados en un futuro a la actividad de Kutxabank. Precisamente por ello aspiran a diversificar sus fuentes de ingresos para evitar una dependencia total y lograr una estabilidad mayor. El modelo que ya aplica La Caixa, que se nutre de las ganancias de sus acciones en Caixabank y de las que obtienen buena parte de sus participadas, es el patrón al que parecen abocadas las fundaciones bancarias especiales vascas.
Ese modelo ya lo planteó Mario Fernández, expresidente de Kutxabank, hace ahora un año. Fuentes cercanas a las fundaciones abogan por algo similar. Aunque hay una diferencia a destacar. Cuando La Caixa creó Caixabank definió su estructura actual, por lo que las participadas que agrupa en la empresa Criteria nunca formaron parte del banco. En cambio las cajas vascas volcaron todos sus activos industriales a Kutxabank. Las participadas son parte del banco y no de las fundaciones bancarias.
Pero según fuentes de DEIA, las fundaciones bancarias confían en que las participaciones industriales puedan llegar a ser una fuente de ingresos para las antiguas cajas de ahorros independiente a la del propio banco. Las normas bancarias actuales provocan que el peso de las participaciones pondere como activos de riesgo en las entidades financieras, por lo que penalizan los balances. Por eso para Kutxabank también podría ser interesante aplicar un modelo como el de La Caixa.
Pero ese paso se antoja aún lejano. El grupo de las cajas debería primero decidir qué acciones quiere conservar dentro del banco antes de dar ningún paso al respecto. Y es que gracias a los dividendos de algunas participadas Kutxabank incrementa sus resultados.
Cuando se redibujó el grupo, Caixabank cedió a La Caixa toda su cartera industrial a excepción de las inversiones en Telefónica y Repsol. Son participadas que siguen en manos del banco y que nutren su cuenta de resultados. Kutxabank también cuenta con acciones de importantes empresas. Hace un año, cuando Mario Fernández miró al futuro, planteó cuáles a su juicio son las participaciones que deberían seguir en manos del banco: CLH, Enagás e Iberdrola. Está por ver si ese es el mismo criterio que se seguiría en caso de aplicar un modelo similar, porque no se han concretado pasos ni detallado propuestas al respecto, al menos de forma pública.
Patas Las fundaciones tienen claro que el buen hacer de la entidad financiera, en este caso Kutxabank, es una de las patas que debe sostener el futuro de las antiguas cajas de ahorros vascas, pero añaden dos más: las participadas y las respectivas obras sociales.
En ese sentido, fuentes conocedoras del grupo estiman que el banco y las participadas deben suponer una fuente de ingresos estable para las fundaciones. Ese es el gran objetivo. La idea es no depender únicamente del balance del banco para poder seguir con su tarea. Las obras sociales son el ADN de las fundaciones y poder blindarlas es el gran objetivo y el motivo por el que se plantean ampliar las vías de ingresos. Esas obras sociales eran la razón de ser de las antiguas cajas de ahorro y tras la transformación a la que se han visto obligadas por la ley ese hecho no ha variado. Las cajas de ahorro se han visto en el punto de mira de los reguladores pero las fundaciones bancarias siguen ancladas a su identidad: las respectivas obras sociales.
Normativa. El pasado 29 de octubre el Banco de España emitió un borrador de la circular en la que se fijarán los criterios a seguir por las antiguas cajas de ahorros, una vez transformadas en fundaciones bancarias especiales. Las tres fundaciones vascas presentaron alegaciones. También lo hizo Kutxabank. El texto definitivo podría hacerse público en pocos días.
Ingresos. Las fundaciones dependen de los beneficios que obtenga Kutxabank, en un contexto cada vez más competitivo y difícil.