Vitoria - El mercado laboral vasco empieza a dar sus primeras señales de vida. Lo hace con cuestiones como el incremento de la afiliación a la Seguridad Social en 2014 en poco más de 12.000 cotizantes y en el leve retroceso del paro, poniendo fin a una dinámica de repuntes que ha marcado el paso de la evolución de la CAV los últimos años. También se percibe más luz en una de las cuestiones más importantes: la estabilidad del empleo.

A pesar de las facilidades para generar empleo temporal que ha generado la reforma laboral del Gobierno español, la contratación indefinida dio un salto importante en la CAV el año pasado con un crecimiento del 17,6% respecto a 2013, según los datos del Servicio Público de Empleo, el antiguo Inem. La tendencia al alza se consolida, ya que el primer repunte del empleo fijo se produjo precisamente en 2013, pero el ritmo se multiplica por seis desde aquel testimonial 3%.

Queda con todo mucho para alcanzar los niveles previos a la crisis. En 2007 se formalizaron casi 76.900 contratos indefinidos y el año pasado solo 52.443. Es otra de las marcas de fábrica de la crisis, el temor del empresario a dar el paso de consolidar puestos de trabajo.

Antes de la recesión, nueve de cada diez empleos creados en Euskadi tenían carácter fijo. La relación ha bajado constantemente los últimos años hasta tocar fondo en 2011, cuando solo un 6% de los contratos firmados fueron indefinidos. A partir de entonces, la mejoría ha sido sostenida, pero lenta, y dio un salto el año pasado situándose el balance en el 7%.

Entre enero y diciembre de 2014 se firmaron un total de 759.149 contratos en la Comunidad Autónoma Vasca. De los que 706.706 eran temporales, en muchos casos ocupados por el mismo trabajador y en la misma empresa. Es la mejor cifra de contratación desde el año 2008 y el listón se situó 72.350 contratos por encima del de 2013. Sin embargo, la economía vasca solo fue capaz de ganar los mencionados 12.000 cotizantes entre enero y diciembre del curso pasado. Un claro exponente de la volatilidad del empleo que tiene a su vez reflejo en las listas de Lanbide, que mantienen registrados a 165.700 vascos, apenas 1.603 menos que hace doce meses.

La actividad productiva no dará para mucho más este año, según la mayoría de las previsiones, si bien casi todas coinciden también en que este curso será posible apuntalar la mejora. En el ámbito de la afiliación a la Seguridad Social la progresión ya es palpable, porque en 2013 se perdieron 12.500 cotizantes y en 2012 más de 36.000. El problema es que, en la visión más optimista, el mercado laboral vasco se sitúa hoy a medio camino entre 2008 y 2009.

Es decir justo en el momento en el que el empleo ya caía con fuerza, lo que implica que tiene que ganar mucho terreno para acercarse a los niveles de los primeros instantes de la crisis. El ritmo de creación de empleo estable estará muy ligado a cuestiones como el empuje del sector industrial, el que ha creado históricamente los puestos de trabajo más sólidos en Euskadi.

Además el empleo de la industria tiene la virtud de crear dos contratos en empresas auxiliares y el sector servicios, por lo que ese efecto arrastre tendrá una notable incidencia en el balance laboral de los próximos meses. Sopla viento a favor de las compañías vascas -sobre todo las del sector secundario, el más exportador- por los bajos precios del petróleo o la devaluación del euro respecto al dólar, la moneda referencia del comercio exterior. Si el terreno de juego sigue siendo favorable incluso se podrían superar las previsiones de crecimiento del PIB -en torno al 1,7%- y del empleo, que ganará 5.800 trabajadores, según las estimaciones “prudentes” del Gobierno Vasco.

Confebask estima que es posible llegar hasta los 17.000 nuevos puestos de trabajo si el clima sigue siendo tan favorable. Y se podrá ir todavía más allá si la economía europea recobra el pulso a mayor velocidad de lo previsto tras la aprobación de los nuevos estímulos por parte del Banco Central Europeo.

En esa línea, la mejora de las expectativas ya ha generado una corriente que está llevando a buscar trabajo a muchas personas que habían renunciado a ello y habían dejado de pertenecer a la población activa.

En el análisis de los contratos fijos firmados en Euskadi el año pasado, 38.125 suscripciones, el 73% del total, fueron indefinidas desde el primer momento. Algo más de 14.000 fueron conversiones de temporales. La mitad de las relaciones laborales con carácter indefinido (27.865) se firman en Bizkaia. Casi el 54% del empleo fijo es ocupado por mujeres, que en contraprestación también son titulares de la mayoría de los contratos con menor duración, los de obra y servicios, eventuales por circunstancias de la producción y sobre todo interinidad, donde triplican la presencia de los hombres.