gasteiz - En el inicio del que será, según buena parte de las previsiones, el año de la consolidación de la mejoría en el mercado de trabajo, el balance de 2014 deja un cierto sabor agridulce y la sensación de que la recuperación es aún muy frágil. El fuerte aumento de la afiliación a la Seguridad Social en la CAV el año pasado, de más de 12.000 ocupados, contrasta con una caída del paro escasa si se compara con la evolución de 2013, aún en plena crisis, y con la dinámica del conjunto del Estado.

El año 2014 tiene dos lecturas bien distintas en función de si se toma como referencia la evolución de la afiliación a la Seguridad Social o la del desempleo registrado en Lanbide. En el primer caso, el pasado ejercicio ha sido muy positivo ya que se ha dado la vuelta completamente a la situación de destrucción de empleo que se venía produciendo desde el inicio de la crisis. 2014 ha sido el primer año en el que crece la afiliación desde 2007, y además lo ha hecho de manera contundente, con 12.073 nuevos ocupados, un buen resultado si se tiene en cuenta que el crecimiento de la economía vasca es aún débil y no superó el 1% el pasado año. Este aumento de la afiliación contrasta con la caída de más de 12.500 cotizantes vascos en 2013 o los más de 36.000 que se perdieron en 2012.

Pero esta mejoría del empleo tiene un efecto diluido sobre el número de desempleados apuntados a las listas de Lanbide. Según los datos del Ministerio de Empleo, en la CAV sigue habiendo más de 165.700 personas sin trabajo, apenas 1.603 menos que a cierre de 2013. La caída del 0,96% contrasta con la reducción anual superior al 5% que se ha registrado en el conjunto del Estado. No hace falta acudir a otros territorios, con una estructura productiva diferente con un mayor peso del sector servicios, para hallar motivos para la cautela respecto a la proximidad de la salida de la crisis. El paro bajó en Euskadi en 2013 incluso más -1.709 parados menos- que el año pasado, en el que no se rentabilizó en este sentido el fuerte repunte de la afiliación.

Esta escasa reducción del paro tiene diversas explicaciones, comenzando por el incremento de la población que busca empleo a consecuencia de la mejoría de las perspectivas económicas. Curiosamente, en 2013 ocurrió exactamente lo contrario que en 2014 ya que bajó el paro sin que la afiliación a la Seguridad Social experimentase ninguna mejoría. Aquel año fue la caída de la población que busca trabajo la que permitió esa reducción de la cola de Lanbide, precisamente debido a que muchas personas sin empleo optaban todavía entonces por no apuntarse a las listas y dedicarse a otras labores, como estudiar, al ver escasas opciones de trabajar.

La mayor concurrencia de demandantes de empleo el año pasado es un factor, pero también hay otros como la brevedad de los nuevos contratos por el empuje de sectores como la hostelería, con empleos que duran apenas unos días o semanas -por ejemplo, para cubrir las navidades-, que no se traducen en una baja en los servicios de empleo con el cambio de mes. El consejero de Empleo, Juan María Aburto, advertía ayer de la elevada precariedad de los nuevos empleos ya que “todavía la calidad del empleo no es la deseable, es mayoritariamente temporal y a veces, además, a tiempo parcial”. Aburto remarcaba en todo caso la tendencia positiva que mantienen la industria y la construcción, que poco a poco comienzan a arrojar también datos positivos.

Los números de diciembre son especialmente buenos y señalan en la buena dirección, con una caída de casi 3.000 desempleados, superior a la del conjunto del año, y 2.950 nuevos ocupados. El descenso en el último mes del año, cercano al 2%, es incluso superior a la del conjunto del Estado, aunque en Araba esa disminución se ha quedado en el 0,42%. En Nafarroa el paro bajó en 3.700 personas en 2014, más del 7%, aunque en diciembre la Comunidad Foral registró un incremento de 280 desempleados.