El X4 es un coupé de campo que sintetiza las siluetas del X5 y del Serie 4. BMW retoma la fórmula del X6 y la aplica un peldaño más abajo (en el del Serie 3) para encaminarla al éxito. La plantea en seis variantes motrices, tres de gasolina (184, 245 y 306 CV) y tres diésel (190, 258 y 313 CV); todas equipan tracción integral XDrive y transmisión automática secuencial. El BMW X4, que reclama tres mil y pico euros más que el X3 equiparable, despliega su tarifa entre 47.900 y 64.700 euros.
En los últimos tiempos, BMW se está complicando la vida para hacérsela más fácil al público. En su empeño por proponer un producto específico para cada destino, necesidad o preferencia, la casa bávara va diversificando su oferta hasta lo inverosímil. Todo sea por el cliente. ¿Que usted quiere una berlina? Le proponen más o menos el mismo proyecto en tres o cuatro tallas sucesivas; otro tanto sucede cuando se trata de SUV o deportivos. ¿Y si duda entre adquirir un crossover o un coupé? No hay problema, le plantean un extenso muestrario de ambos. Es más, incluso han desarrollado una innovadora línea de automóviles que sintetiza la estampa de unos y otros.
La acaba de engrosar el X4, un sugestivo modelo producto del mestizaje. Construido sobre la plataforma común, la que sustenta al Serie 3 primigenio y a sus secuelas, compagina la naturaleza campera del X3 con el influjo estético del envase coupé (ahora denominado Serie 4). El resultado es, cuando menos, curioso. Y sería más impactante de no existir el X6, que plasma esa receta en la talla siguiente.
Superado el efecto sorpresa, la mezcla de deportividad y espíritu aventurero del X4 funciona muy bien. Sobre todo desde el punto de vista de la plasticidad. También en el aspecto dinámico, ya que evidencia una agilidad y un aplomo más propios de una berlina deportiva que de un todocamino. No cabe duda de que la propuesta del X4 va específicamente dirigida a usuarios que anteponen la estampa a la practicidad, faceta ésta en la que el modelo pierde comparado con su hermano el X3.
No es una derrota por goleada. El derivado coupé repite la envergadura de éste (ocupa 4,67 metros de largo y 1,89 de ancho). La inclinación del techo al acercase a la popa rebaja su altura (1,62 m.). De paso confiere esbeltez al conjunto a costa de constreñir algo las plazas traseras, cuyo asiento está configurado más bien para dos personas; va un par de centímetros más bajo para atenuar ese efecto coupé y propiciar que lo ocupen cómodamente adultos de talla media. El declive de la retaguardia tampoco afecta demasiado al volumen del maletero, que sólo cede 50 litros y ofrece 500 útiles.
La ambientación y el tacto de conducción son genuinamente BMW. En lo que a puesta en escena se refiere, eso significa que las versiones de arranque de gama presentan un estilo sobrio, convincente aunque bastante menos seductor que el de las terminaciones superiores. Las dotaciones de seguridad y bienestar parten de un buen nivel y mejoran a medida que aumenta el desembolso. Por lo que al rendimiento dinámico se refiere, el X4 hace honor a su apellido con unas reacciones ejemplares. Tanto que, si no fuese por la posición de conducción elevada al estilo SUV, se diría que dibuja la carretera como un coupé deportivo.