DONOSTIA - La crisis económica ha pasado factura a la industria vasca, que ha perdido fuerza dentro de la economía de Euskadi. El Gobierno Vasco quiere dar la vuelta a la situación y recuperar el potencial manufacturero de la CAV, dándole además un giro cualitativo, situando a la actividad industrial en el nivel más avanzado. El objetivo marcado, que ayer adelantó el lehendakari, Iñigo Urkullu, es que la industria alcance de nuevo un peso del 25% en el Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi, lo que supondría retomar la fuerza que poseía a mediados de la década pasada, antes de que estallara la negativa situación económica que aún perdura. Dicho de otra manera, Lakua pretende que uno de cada cuatro euros que configuran el PIB proceda del sector industrial. Actualmente esa proporción es de uno de cada cinco euros (21%).
Urkullu volvió a defender la apuesta de su Ejecutivo por la industria “avanzada e inteligente” que está presente dentro de su nuevo plan Basque Industry 4.0, cuyo contenido será dado a conocer en detalle el próximo miércoles en el palacio Euskalduna de Bilbao. El lehendakari avanzó ayer algunos de los objetivos de esa iniciativa durante su visita -acompañado de la consejera de Desarrollo y Competitividad, Arantza Tapia- a la sede en Ormaiztegi de la empresa carrocera de autobuses Irizar, que este año celebra su 125 aniversario.
Además de conseguir que el sector industrial represente el 25% del PIB, Urkullu apuntó que la nueva estrategia persigue que las exportaciones vascas lleguen al 30% en el horizonte del año 2020. La finalidad es que la industria llegue de nuevo a ese peso de un cuarto sobre el conjunto de la economía vasca y que esa proporción se contabilice en los tres territorios. Actualmente solo Gipuzkoa, 25,7%, y Araba, 28,5%, superan ese porcentaje, mientras que Bizkaia no llega al 17%, según los datos del Eustat correspondientes al ejercicio 2013. En este último territorio los servicios tienen un peso del 66%, muy superior al que registran en Gipuzkoa, 59% y Araba, 56%.
El lehendakari Urkullu enfatizó que, para la consecución de esos objetivos, el Gobierno Vasco pondrá “todos los recursos, dentro y fuera de Euskadi” al servicio de lo que denominó “cuarta revolución industrial”, en la que cobra especial relevancia la llamada fábrica “inteligente”, que cuenta con las más avanzadas tecnologías, dirigidas a lograr la máxima productividad a través de la adecuación total de la actividad a los requerimientos del cliente. “Estamos trabajando con las regiones más industrializadas de Europa, formamos parte de la Iniciativa Vanguard para integrar la especialización inteligente en las políticas europeas de industria e innovación, tenemos ilusión y determinación”, recordó
Urkullu, -que visitó la fábrica guipuzcoana guiado por el director general del grupo Irizar, José Manuel Orcasitas, y el director financiero, Gorka Herranz-, especificó que la “cuarta revolución industrial” llegará con el desarrollo e implantación de “los sistemas de producción ciberfísicos, esto es, la informatización de la industria, la fábrica inteligente” y destacó que Euskadi ha sabido adaptarse a las tres revoluciones industriales anteriores y está preparada para liderar esa cuarta.
El software, capital El máximo representante del Gobierno vasco detalló también que esa industria 4.0 se basa en el desarrollo de software y sistemas de análisis masivo de datos, la incorporación de la electrónica a los procesos productivos, la convivencia personas-robots y la conectividad a Internet.
Por último, el lehendakari del Gobierno vasco subrayó que “la industria 4.0 es un reto de país para gestionar con éxito la economía productiva del futuro de Euskadi” y es la apuesta para “garantizar la modernización y competitividad de la empresa vasca en la nueva economía global”. Urkullu insistió en que “contamos con una experiencia asentada, la convicción de una estrategia avanzada y los recursos necesarios para ponerla en marcha”.