madrid - El juez de la Audiencia Nacional (AN) Pablo Ruz ha procesado a 32 responsables de la estafa masiva de Fórum Filatélico, a los que ha impuesto una fianza civil de 3.702 millones por el perjuicio causado a los 270.000 afectados.

Ocho años después de su intervención judicial, en mayo de 2006, el magistrado da por finalizada la investigación en un auto en el que detalla la estafa piramidal llevada a cabo por los exgestores de Fórum, cuya actividad económica, sostiene, era “económicamente inviable desde su origen y resultaba de todo punto insostenible”.

Ruz procesa por un delito continuado de estafa cualificada, falseamiento de cuentas anuales, insolvencia punible y blanqueo de capitales a todos los miembros del Consejo de Administración, entre ellos su consejero delegado, Francisco Briones, y los consejeros Miguel Ángel Hijón, Juan Maciá, Francisco José López y Agustín Fernández.

Además, reactiva la orden de busca y captura para su ingreso en prisión del huído José Manuel Carlos Llorca, y deja fuera del procesamiento a otras 15 personas. Según el juez, los clientes pagaron por los sellos unos precios muy superiores a los que podían conseguir en el mercado filatélico, mientras que la sociedad se obligaba a su vez a recomprárselos más caros para abonarles la rentabilidad garantizada.

“Fórum Filatélico no contaba con el patrimonio suficiente ni generaba los recursos necesarios para hacer frente a esos elevados compromisos de pago debido a los enormes gastos de mantenimiento de su actividad, al exiguo resultado de sus inversiones y el escaso valor de su patrimonio filatélico referenciado a sus propias listas manifiestamente sobrevaloradas”, recalca la sentencia.

Como prueba de que inflaba el valor de los sellos, el magistrado de la AN menciona que la sociedad valoró su colección en más de 4.300 millones, cuando los precios de catálogo eran once veces menores, de forma que si hubiera querido liquidarla, a precios de 2007, habría conseguido 86 millones.

“fraude piramidal” Encabezados por Briones, los responsables desarrollaron un mecanismo “defraudatorio piramidal”, en el que ofrecían a sus clientes renovar sus inversiones, de manera que con las aportaciones de los nuevos se pagaban las desinversiones y rentabilidades de los antiguos, a quienes se hacía creer que las cantidades abonadas procedían de la revalorización de sus sellos.

Un sistema que pudo sostenerse gracias a la “incesante” labor de una extensa red comercial “fuertemente incentivada” e integrada por más de 4.500 personas que solo en gastos de comisiones y dietas, al margen de los sueldos, entre 2002 y 2006 percibieron más de 178 millones. - Efe