las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa ponen, al menos, un poco de cordura al asegurar que rechazan aplicar las novedades fiscales propuestas el pasado viernes por el Gobierno español que, en realidad, no deja de ser una cosmética fiscal y electoralista, cuya aprobación no se sabe a ciencia cierta si se ha tomado bajo los efectos traumáticos causados por las elecciones europeas, aletargados por el doble destronamiento español (un Borbón y la 'roja') o ha sido por la euforia desatada tras la proclamación de otro Borbón como titular del despacho en La Zarzuela.
Sea por el efecto que sea, la mal llamada reforma fiscal contiene medidas de dudosa eficacia para el bienestar social y tratan de recuperar cierta credibilidad ante la opinión pública para posicionarse con alguna ventaja en las próximas citas electorales, mediante un maquillaje que no compensa el incremento impositivo decretado a las pocas semanas de la llegada de Rajoy a La Moncloa, al tiempo que proyecta nuevas dudas o aumenta las ya existentes en relación a la necesidad de reducir el déficit público. De hecho, la reforma está siendo cuestionada por las instituciones europeas, mientras que los expertos ven en el horizonte más problemas que soluciones.
Otro ejemplo nada desdeñable está relacionado con la sostenibilidad de las pensiones. En principio, la Seguridad Social tiene un déficit valorado en 20.000 millones de euros y coincidiendo con las anunciadas rebajas fiscales, el Gobierno de Rajoy tiene que meter la mano en la hucha de las pensiones para abonar la paga extra de julio. A este ritmo, siempre y cuando no se registre un fuerte incremento en la recaudación, no está muy claro de dónde saldrá el dinero para pagar las pensiones en 2016, un año en el que no hay elecciones y el Gobierno puede tener otro color.
La única novedad positiva reside en la NO subida del IVA, aunque sea en contra de la troika y sus recomendaciones. Ahora bien, si no sube el IVA y baja el IRPF... ¿cómo se va a reducir el déficit público, que requiere un ajuste fiscal entre 40.000 y 60.000 millones de euros? Pues ya saben, ahí están capítulos presupuestarios como Sanidad, Educación o dependencia social para seguir limando asperezas.
En este sentido, tanto las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, como el PNV, ya han mostrado cuáles son sus intenciones: Rechazan las nuevas medidas al entender que la política fiscal vasca ya fue consensuada (entre PNV, PSE y PP) a finales del pasado año. Los populares ya se han manifestado a favor del maquillaje electoralista propuesto por Montoro. Resta, por tanto, conocer cuál será la postura de los socialistas.