vitoria - Las empresas vascas están aplicándose con ahínco en aprobar la asignatura de la exportación. No solo se están volcando en nuevos mercados para explorar horizontes, también están apostando por salir fuera con productos de gran valor añadido. Las ventas de bienes de alto y medio nivel tecnológico han crecido algo más de un 4% en la CAV durante la crisis, una cifra que puede no parecer muy elevada pero que es significativa si se tiene en cuenta el retroceso del 26% del conjunto de las exportaciones -incluidas las tecnológicas- en 2009, el año del gran desplome de la economía.

Ese bache distorsiona la comparación, porque a partir de entonces las ventas de productos con fuerte componente tecnológico han crecido un 34% y, si se toma como referencia el año 2005, las exportaciones vascas de mayor valor añadido han crecido casi un 27%. En el extremo opuesto, las exportaciones sin ningún nivel de tecnología -animales, vegetales, entre otros- han caído un 20,5% durante la crisis.

En otras palabras, las compañías de la CAV están haciendo los deberes impuestos por el actual ciclo económico: están compitiendo fuera con catálogos marcados por los procesos de innovación. Han entrado en una dinámica que les permitirá en líneas generales salir reforzadas del túnel por el que transita medio mundo desde hace siete años.

Según datos del Instituto vasco de Estadística, Eustat, recogidos por la Cámara de Comercio de Bilbao y la Diputación de Bizkaia para analizarlos en el Observatorio de la Innovación, Barixe, es precisamente el territorio vizcaíno el que mejor comportamiento refleja.

Bizkaia continúa avanzando De hecho, aunque se trata todavía de datos provisionales que pueden sufrir alguna modificación, Bizkaia fue el único herrialde que continuó avanzando el año pasado, mientras que el conjunto de la CAV dio un ligero paso atrás del 2,5%. El impulso vizcaíno fue además notable, con un crecimiento cercano al 11% tanto en productos de alto nivel como en los de nivel medio-alto, un 6,6% en el segmento medio-bajo y un desplome de casi un 20% en los bienes de bajo contenido tecnológico.

Lograr repuntes en los niveles superiores de la escala es más complicado, básicamente porque cuesta más dar con la clave de la innovación para competir en los mercados exteriores y porque los precios son por lo general más elevados. No es lo mismo vender madera, corcho o textil -materiales de bajo perfil tecnológico- que satisfacer las exigencias de un cliente del sector farmacéutico o aeronáutico. Y por supuesto, hay una gran diferencia entre los volúmenes de dinero que mueven unas industrias y otras.

En Euskadi, las exportaciones de alto valor añadido generaron el año pasado ingresos por valor de más de 475 millones de euros y junto a los 8.571 millones de nivel medio alto representan en torno al 45% del total de ventas en el exterior. Las operaciones con productos que carecen de cualquier tecnificación representan hoy solo un 2,2%, el menor porcentaje de toda la crisis, cuando hasta 2012 se ha movido cerca e incluso por encima del umbral que marca el 3%.

Estadísticamente, las actividades industriales con mayor presencia de la tecnología se concentran en el sector farmacéutico, la informática y la aeronáutica. En el escalón medio alto están los productos químicos, la maquinaria y la automoción, entre otros. El refino del petróleo, el plástico, la metalurgia o la construcción naval son consideradas actividades de nivel medio bajo. Y por último, se asocia la industria de la alimentación, textil y confección, la transformación de la madera y el papel a proceso con bajo perfil tecnológico.

Siguiendo esa clasificación, las mercancías de nivel medio bajo son las que mayor peso tienen en la balanza comercial de la CAV, básicamente por el volumen de ventas de segmentos industriales como la automoción, la fabricación de material eléctrico y la máquina herramienta, que concentra en Euskadi el 80% de toda la producción del Estado.

destino de las ventas Las ventas exteriores con label tecnológico también cumplen con otra regla escrita de la crisis, la necesidad de reforzar lazos comerciales con las locomotoras europeas y diversificar al mismo tiempo las operaciones apostando por los países emergentes o por economías que ya llevan un tiempo avanzando por la senda de la recuperación, como EEUU.

Gracias al aumento general de las exportaciones, las empresas vascas han conservado en Europa un elevado porcentaje de sus ventas de alto nivel técnico -en torno al 36%- durante la crisis, pero las exportaciones a países de la OCDE fuera de la Unión han pasado de representar un 22% en 2010 a un 30% el año pasado. La mayoría de las operaciones se realizan en América del Norte y Latinoamérica, con los países emergentes a la cabeza.

El salto también se percibe en el balance de las operaciones con el G7, los siete países más industrializados, los que por definición son los principales destinatarios a nivel mundial de los productos de elevado perfil innovador. De este modo, el núcleo del G7 fue el destino de casi el 52% de las mercancías de gran nivel tecnológico de la CAV. El porcentaje era en 2010 del 45,7% y en 2012 apenas superaba el 48%. El ritmo de crecimiento aumenta cada año.