La planta de Bridgestone en Puente San Miguel, en Cantabria, ha planteado a sus trabajadores, ante una producción menor de la prevista, un ERE de suspensión de 43 días para toda la plantilla que podría quedar reducido a una flexibilidad negativa de 10 días si una veintena de obreros aceptan el traslado durante un año a la sede de Burgos. La multinacional japonesa viene aplicando diversas medidas de ajuste los últimos años, que también han afectado a las plantas de Basauri y Galdakao.