Madrid. La Seguridad Social perdió 85.000 trabajadores en 2013, el mejor registro de la crisis. La tendencia apunta a que la destrucción de empleo ha tocado fondo y que en 2014 las empresas crearán nuevos puestos de trabajo. Pero los datos oficiales revelan que el cambio de ciclo se asienta sobre la precariedad y la inestabilidad laboral. Los contratos temporales, sobre todo a tiempo parcial, están desplazando a los indefinidos pero, además, dentro de la propia temporalidad se está extendiendo el contrato más breve, en muchos casos de solo uno o dos días. La duración media de los contratos temporales era en 2007 de 80 días y en 2013 apenas rebasó los 54.

El Ministerio de Empleo divide los contratos temporales en diversos grupos según su duración. En el grupo de contratos más breves se incluyen los que duran menos de una semana y por tanto los que más empujan hacia abajo la duración media. Entre enero y noviembre (últimos datos disponibles) de 2013 se formalizaron un total de 3,13 millones de contratos con menos de siete días de duración, un 10% más que en el mismo tramo de 2012 y casi un 20% más que en 2007, cuando el volumen total de contratos era mucho mayor que el actual. También suben de forma significativa los contratos de entre 7 y 15 días, que pasan de 620.000 en 2007 a más de 668.000 el año pasado.

En el lado contrario, los contratos eventuales de entre uno y tres meses se desploman de 2,28 millones a 1,32 millones en 2013. Aun más abrupta es la caída de los nuevos empleos de más de doce meses de duración, que pasan de 88.000 en el año previo a la crisis a menos de 40.000. Por tanto, el aumento de la temporalidad no se apoya en los que se podrían considerar trabajos más estables dentro de la temporalidad, sino todo lo contrario. Así, la duración media de los empleos eventuales se ha ido reduciendo con el paso de los años. En 2007 la media hasta noviembre era de 79,3 días, cifra que ha ido bajando progresivamente, en especial en 2009, hasta situarse en 54,1 días en 2013.

Dentro de lo que se consideran temporales, el ministerio incluye los contratos indeterminados, entre los que sobre todo hay relaciones fijadas hasta fin de obra o de servicio. Este grupo de contratos también se ha reducido de forma drástica los últimos seis años desde 6,3 millones hasta 4,9 millones el año pasado.

A pesar de que la legislación laboral ha reducido las ventajas de los trabajadores fijos, la contratación indefinida no despega. La comparativa con 2007 es demoledora. Aquel año, de los más de 18 millones de contratos firmados, algo más de dos millones fueron indefinidos, incluyendo las conversiones en este tipo de acuerdo, una proporción próxima al 12%. El año pasado los nuevos empleos fijos apenas superaron el millón, sumando también las conversiones, con lo que en proporción apenas alcanzaron el 7,6% del total de contratos realizados en el conjunto del año, cerca de 15 millones. Como remarcó el Gobierno español, en 2013 se firmaron un 8% más de contratos indefinidos que en 2012, pero también subió de forma considerable el total de contratos temporales. El dato positivo es que en 2013 el número de contratos, sumando eventuales y fijos, estuvo por encima de los realizados el año anterior.

Más allá del elemento de la temporalidad, hay un segundo factor que explica este repunte de la contratación en un ejercicio en el que el PIB español se redujo más del 1%, según las estimaciones del propio Ejecutivo. Fomentar el empleo a tiempo parcial es uno de los objetivos de las últimas reformas laborales, y los cambios están dando resultado. El problema es que este tipo de trabajos, generalmente ligados a una elevada precariedad y bajos salarios, no son una solución a largo plazo y de hecho se estima que más del 60% de estos empleados desearía trabajar más horas de las que se incluyen en su contrato. Los puestos de trabajo a tiempo parcial están en auge sobre todo desde que en 2012 el Gobierno español abrió la puerta a que estos empleados puedan realizar y cobrar horas extras. Otros cambios introducidos por el PP, como la posibilidad de realizar a un empleado a tiempo parcial el nuevo contrato con un año de despido gratuito, también empujan al alza este modelo.

Así, la proporción de nuevos contratos a media jornada ha pasado de representar el 23% del total antes de la crisis a suponer casi el 35%, con más de cuatro millones y medio de contratos de este tipo el año pasado. En muchos casos, sobre todo entre los jóvenes, se solapan ambos elementos al realizarse un mismo empleo a jornada parcial y durante unos pocos días.

En anteriores crisis fueron necesarios crecimientos del PIB de más del 1,5% para generar empleo. Sin embargo, el Gobierno de Rajoy estima que en 2014 la economía crecerá unas décimas, probablemente el 0,7%, pero prevé que baje el paro y que la Seguridad Social recupere afiliados. Y algunos expertos coinciden en que puede ser así. Las nuevas leyes laborales parece por tanto que han abierto un atajo hacia la generación de empleo pero a cambio han dado una vuelta de tuerca a las condiciones de trabajo, en la que se incluye un ajuste salarial que afecta a todos, también a los indefinidos.

En Euskadi se firmaron hasta noviembre 28.000 contratos indefinidos, según el Ministerio, de los que alrededor de 11.000 se realizaron a jornada parcial. En 2007 la cifra de nuevos empleos fijos estuvo ligeramente por encima, concretamente en 29.700 -un 6% más-, aunque de estos solo 7.500 fueron a tiempo parcial.