Madrid. La subida de la factura de la electricidad del 11,5% resultante de la subasta frustrada del jueves hubiera supuesto una gran carga "para empresas y usuarios particulares", según explicó ayer la consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia. A su juicio, el Gobierno español está obsesionado con la idea de "reducir el déficit de tarifa" y que lo hace perjudicando la competitividad de las empresas porque asumen precios más elevados que los de empresas de otros países con las que compiten en el mercado.
También el portavoz económico del PNV en el Congreso, Pedro Azpiazu se refirió ayer a la merma de competitividad que hubiera supuesto un incremento tan elevado en las facturas de la luz. En ese sentido el diputado jeltzale consideró que el Gobierno ha adoptado "una decisión excesivamente precipitada porque no podía permitir que los precios de la electricidad subieran un 11%". Según explicó, una subida así afectaría tanto a la competitividad de las empresas como "a los pobres ciudadanos que lo están pasando mal". Se estima que el incremento hubiera supuesto unos 100 euros más al año para la tarifa media de los hogares.
Precisamente sobre ese último asunto incidió ayer Azpiazu al recordar que "últimamente se ha hablado mucho en el Congreso sobre la pobreza energética, es decir, sobre la dificultad que tiene mucha gente para llegar a final de mes y pagar la factura eléctrica", refiriéndose a los debates celebrados en la Cámara esta misma semana. "Y hablando de eso, de repente, plantear una subida del 11%, no tiene ningún sentido", apuntó el jeltzale. Por ejemplo, la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético advirtió esta semana de que una subida de la factura energética del 11,5% provocaría que en torno a dos millones de hogares en el Estado no pudieran encender la calefacción este invierno por los costes que acarrearía.