Bilbao. "Este no es un país de low cost". Esta frase circula las últimas semanas por los despachos de Lakua como un bálsamo ante el impacto mediático, "sobredimensionado", que están teniendo algunas decisiones "excepcionales" de empresas. El salto de Tubacex a Cantabria ha generado un caldo de cultivo que amplifica cualquier maniobra, política o empresarial, pero no hay ningún indicio para pensar en una fuga de capitales al otro lado de la muga.
Ese es el argumento principal que utilizan los portavoces oficiales del Gobierno Vasco para rebajar el interés real de la controversia generada por la oferta de suelo gratis por parte del Ejecutivo cántabro. Una iniciativa que sigue bajo la lupa de los servicios jurídicos de Lakua para determinar si es legal o no. Hasta este momento, la consigna es no agitar el árbol para no dar más importancia de la que tiene a un programa que estaba pasando desapercibido y que no ha movido a ninguna empresa vasca de su enclave actual.
Si se rasca en cambio ligeramente en la piel del Gobierno Vasco surge una reflexión en torno a las filosofías contrapuestas que manejan Euskadi y Cantabria a la hora de establecer sus incentivos a la creación e implantación de empresas, así como el empeño de la administración vasca en tratar de evitar que la CAV se convierta en un país de saldos.
Dos de los programas con mayor aceptación de la Agencia Vasca de Desarrollo Empresarial, Spri, apuestan por un concepto de empresa muy centrado en los proyectos de gran valor tecnológico. Ekintzaile, que apuesta por la puesta en marcha de negocios de autónomos y pymes, presta apoyo financiero a iniciativas de carácter innovador industrial o de servicios conexos y fija su alcance en los proyectos tutelados por los Centros de Empresas e Innovación (CEI). La ayuda de Ekintzaile abarca la elaboración del plan de lanzamiento de la empresa, hasta un importe de 30.000 euros con el asesoramiento del CEI, así como créditos de entre 40.000 y 180.000 euros para la financiación de la puesta en marcha del negocio.
Por su parte, el Gauzatu Industria se centra en la creación de empresas de base tecnológica e innovadoras de un tamaño mayor. La asistencia, vinculada a una inversión mínima de 120.000 euros, y a una creación de empleo de al menos tres personas, contempla unos anticipos reintegrables de un máximo de 120.000 euros por empleo, con un límite de 1,5 millones.
La patronal vasca tampoco quiere entrar abiertamente en la polémica, al margen de las declaraciones efectuadas por su presidente, Miguel Ángel Lujua, el pasado viernes, en las que pedía "el mismo rigor" al evaluar las ayudas cántabras que el aplicado a los incentivos fiscales concedidos en Euskadi. Sin embargo, a título individual algunos empresarios de la CAV explican muy gráficamente su falta de interés en la medida del gabinete de Ignacio Diego.
Aseguran que la oferta de suelo gratis de Cantabria lleva varios años sobre la mesa sin el envoltorio con el que se ha presentado en esta ocasión, fuera de foco. El Gobierno cántabro ha planteado en el pasado importantes reducciones en los terrenos públicos y añadía otros incentivos, básicamente sufragar parte de la construcción de la fábrica, para acercar lo máximo posible a cero el precio de compra de los terrenos.
"Obviamente, si se busca que una empresa abandone Bizkaia, donde los suelos tienen un mayor valor, para trasladarse a Cantabria, es necesario minimizar los costes inmobiliarios. Para una empresa en funcionamiento, el suelo no es un valor productivo en sí. Y si las cosas van mal y hay que cerrar y vender, no vale lo mismo un terreno en Euskadi que en Cantabria. Si además se trata de una cesión de suelo, el valor real es muy cercano a cero", afirman las fuentes empresariales consultadas por este periódico.
Sin movimientos significativos El reclamo del terreno no vale por sí solo para promover un cambio de domicilio, añaden los empresarios, y aunque se unan otras circunstancias como unos coste laborales menores en relación a los que hay que asumir en la CAV, una empresa no da ese paso sin que además suponga una mejora global para la actividad productiva de la compañía. De ahí, argumentan, que no se hayan producido movimientos significativos en esa dirección, a pesar de las afirmaciones lanzadas desde el Ejecutivo cántabro.
Aunque el presidente de Cantabria asegura que algunas compañías vascas se han interesado por el programa, la patronal no tiene constancia de ello y la ausencia de resultados concretos pone en cuarentena la afirmación. De este modo, los empresarios consultados coinciden en señalar que el Gobierno cántabro está logrando con la polémica "publicidad gratuita" para una iniciativa que solo ha captado el interés de empresas locales que se han trasladado a nuevos emplazamientos o que han abierto nuevos centros productivos.