Vitoria, 20 nov (EFE).- El que fue administrador único de la firma automovilística Epsilon, Joan Villadelprat, recientemente condenado por la quiebra de esta compañía, no declarará este viernes ante un juzgado de Vitoria como estaba previsto por la venta de la sección de competición de esta empresa.
Este proceso penal está desgajado de la causa mercantil en la que Villadelprat fue condenado al pago de 900.000 euros como único responsable de la declaración de quiebra "culpable" de esta firma.
En el nuevo procedimiento, el Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria investiga si Villadelprat incurrió en un delito de alzamiento de bienes por haber vendido en abril de 2011 todos los activos que Epsilon tenía en su rama de competición.
Si se demuestra que es culpable de esta acusación, Villadelprat se enfrentaría a una pena de cárcel de uno a cuatro años.
Fuentes de la Fiscalía de Álava han explicado a Efe que el juzgado instructor aceptó que Villadelprat declarase por exhorto en la sede judicial más próxima a su lugar de residencia, al igual que hizo uno de sus colaboradores, Mark Payne, acusado del mismo delito.
Sin embargo, el fiscal del caso ha rechazado que Villadelprat declare por exhorto y ha pedido que se le cite nuevamente en Vitoria y también se llame a declarar en la sede judicial de la capital alavesa a Payne.
El juez instructor deberá resolver ahora esta petición y, si lo considera oportuno, fijará nuevas fechas para citar a ambos en Vitoria.
En este nuevo procedimiento que, a diferencia del anterior conlleva penas de cárcel, se acusa a Villadelprat de haber vendido a la sociedad Epic Racing, propiedad de Payne y formada por personal de la propia Epsilon, todos los activos de la rama de competición, que tenían un valor neto contable de algo más de un millón de euros, junto con las relaciones vinculadas a esa rama y los trabajadores adscritos a la misma.
La sentencia dictada en el procedimiento mercantil anterior daba por probado que la rama de la competición proporcionaba a Epsilon el 97,5 % de sus ingresos totales y que se pactó un precio de venta de 200.000 euros mediante un pago aplazado que no llegó a cumplirse por parte de la empresa compradora.
Además, siempre según la sentencia, se acordó que Epsilon podía volver a comprar a Epic esa rama pero con una "condiciones tan gravosas para Epsilon que nunca hubiera podido ejercitar" esa opción.
Con todo ello, el administrador único "desgajó de la sociedad la actividad que constituía la principal fuente de ingresos y la que dotaba de valor a las restantes ramas", señalaba el fallo judicial.
El Ministerio Fiscal considera que tanto Villadelprat como Payne podrían haber incurrido en un delito de alzamiento de bienes por la venta en 2011 de la división deportiva, días después de que Epsilon entrara en situación preconcursal y a un precio muy inferior a su valor real.
Además, y según la Fiscalía, el administrador de Epic Ráncing había sido con anterioridad responsable financiero de Epsilon.
Esta operación dejó a Epsilon Euskadi sin "el mayor atractivo del a empresa para su viabilidad económica o venta a un tercero", según denunció el informe de la Administración Concursal.
El viernes únicamente declararán por tanto los administradores concursales de la compañía.
La sentencia por la quiebra culposa de Epsilon dio por probado que el proyecto Epsilon Euskadi, creado para impulsar un proyecto automovilismo de competición, recibió cerca de 50 millones de euros en ayudas públicas durante el mandato del lehendakari Juan José Ibarretxe (PNV), pero en julio de 2011 se declaró en concurso de acreedores al no poder afrontar los créditos contraídos. EFE