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Gasteiz. El Gobierno vasco y las diputaciones abrieron ayer las ventanas de la administración para que entre el viento de la recuperación económica. Tras varios años de estrecheces y de incumplimientos de previsiones de recaudación, las administraciones de la CAV certificaron en el Consejo Vasco de Finanzas que este año sí se alcanzará el objetivo y, lo más importante, avanzaron una nueva mejora en la entrada de dinero en 2014. Se evita por un lado escribir un nuevo capítulo en el libro de los ajustes presupuestarios y por otro se entra en un ciclo en el que las cuentas públicas serán gradualmente más expansivas.
Con todo, las previsiones de recaudación para el próximo ejercicio son moderadas. Entrarán en la caja común 12.374 millones de euros, un 4,2% más. Son niveles de ingresos inferiores a los de 2008, el primer año completo de crisis y de caída de la recaudación. Sin embargo, son superiores a los de los cinco años posteriores. En otras palabras, se vuelve al año 1 de la crisis. En cuanto a este 2013, se cumplirá con nota el objetivo ya que se ingresarán 50 millones más de lo estimado.
Bizkaia fue el territorio más aplicado, recaudando un 1,1% más de lo previsto. Gipuzkoa se alineó con el objetivo (-0,1%) y Araba se situó un 0,9% por debajo. El cierre provisional de la recaudación apunta a un crecimiento del 4,1% hasta los 11.875 millones. El motor del incremento de ingresos ha sido el IVA (+8,2%) y también ha ayudado el Impuesto de Sociedades (2,9%). En ambos casos han sido determinantes en la evolución las modificaciones fiscales, con la subida del IVA del año pasado y la normativa de actualización de balances.
La economía continúa sin arrancar, como destacó ayer el consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria. La prueba más palpable es que el IRPF, que mide la salud del mercado laboral a través de las retenciones de los salarios, bajará este año en un 1,6%. El panorama cambiará de cara a 2014, cuando la economía crecerá en torno a un 1% y además entrarán en vigor algunas de las normas de la nueva reformal fiscal, permitiendo una mejora del 4,2% en los ingresos de las haciendas. Esa evolución positiva se trasladará a los próximos Presupuestos del Gobierno vasco, de las diputaciones y de los ayuntamientos para 2014. No habrá alegrías, aunque sí una mayor capacidad de gasto. Y sobre todo al cumplir con las previsiones no serán necesarios nuevos ajustes. A falta de introducir en la máquina la previsión de recaudación fijada ayer, todo apunta a que las Cuentas de Lakua serán superiores a los 9.316 millones que se han gestionado este año si bien inferiores a los 10.245 millones de 2012.
aumento de gastos financieros No hay margen para más porque Bruselas seguirá vigilando con celo la consolidación fiscal, el control del gasto. Pero también porque a partir del próximo año empezará a pasar factura la peligrosa política de endeudamiento iniciada por Patxi López. La CAV no se deshará hasta 2020 de ese lastre, que sobre todo crecerá entre 2015 y 2019 con exigencias de pago anuales por encima de los 600 millones con sus correspondientes intereses.
Junto a un mayor optimismo -tan moderado que sería más acertado hablar de un menor pesimismo- el Consejo de Finanzas alumbró otra buena noticia. Vuelve el clima de entendimiento al órgano que fija las bases de los presupuestos de todas las administraciones. Se atisba la salida de la crisis, el fin de las penurias de recaudación y eso rebaja notablemente la importancia de las diferencias que siempre han surgido en el ámbito de las relaciones financieras de las diputaciones. Así, fue posible eliminar del orden del díalos elementos de mayor tensión: el debate sobre la ley de aportaciones o la fórmula con la que se trasladarán al Gobierno los ingresos de la nueva Actualización de Balances.
Aunque se habló de esas cuestiones, se decidió aplazar su debate, y fue posible el acuerdo y una comparecencia conjunta ante los medios de comunicación. Esa imagen volvió a darle un barniz de acuerdo al Consejo de Finanzas después de la convulsa cita del año pasado, cuando las relaciones institucionales estuvieron al borde de la ruptura en un momento en el que cada institución estaba gobernada por un partido diferente.
La cita de hace doce meses estaba además enrarecida por la decisión del Ejecutivo de López de aplazar el encuentro hasta después de las elecciones, retrasando a su vez el ritmo de elaboración de los Presupuestos de diputaciones y ayuntamientos. Y además concluyó con un acuerdo entre el Gobierno vasco ya en funciones y la Diputación de Gipuzkoa para ingresar en Lakua 300 millones provenientes de la recuperación de las vacaciones fiscales en contra del criterio de Araba y Bizkaia.
No ocurrió nada fuera de lo habitual ayer y la reunión alumbró los tradicionales acuerdos sin grandes estridencias. Junto a la previsión de recaudación también se fijó el coeficiente de aportaciones al Gobierno vasco y la cuantía provisional del fondo de ajuste. Araba llegaba con la intención de plantar batalla con la Ley de Aportaciones y logró al menos reducir su coeficiente hasta el 16% frente al 16,23 de este año. Bizkaia asumió prácticamente todo ese ajuste incrementando su aportación hasta el 50,94% desde el 50,75% actual. El fondo de ajuste quedó fijado en 112,5 millones, que recibirán Araba (54) y Gipuzkoa (57,8).