Gasteiz. Octubre es un mes clave para las administraciones vascas. El Consejo de Finanzas sentará el día 15 las bases de los Presupuestos de todo el entramado institucional de la CAV, y el Departamento de Finanzas
El Gobierno acaba de cambiar oficialmente sus previsiones sobre la economía, la situación mejora, pero no tanto como se necesita.
Continuamos en recesión. Esa es la realidad. Hemos hecho una nueva valoración de la economía vasca y aunque vayamos a decrecer este año, se ven algunos claroscuros. Se está frenando el deterioro en el sector de los servicios y se está frenando el deterioro en la inversión. Digo frenar el deterioro, no digo que estemos creciendo. También se está frenando el deterioro en la industria, en la producción y la inversión de bienes de equipo. Se frena el deterioro en la venta de vivienda. Hay una mejora en las exportaciones. Son indicadores que reflejan que estamos tocando el fondo de la recesión. Son elementos que señalan a la suavización del deterioro.
¿Cambia el ciclo?
Sí, pero no hay que olvidar que el último dato del PIB, el del segundo trimestre, fijaba un decrecimiento del 0,1%, todavía caemos, pero estamos ya a punto de tocar fondo o tocando fondo. Incluso es posible que haya crecimientos en los últimos trimestres de este año.
Hablaba antes de claroscuros.
Debemos ser prudentes, porque hay factores de corrección como el acoso a la deuda soberana, la conflictividad de Oriente Medio o el parón de las economías emergentes. Además, salir de la recesión técnicamente supone encadenar dos trimestres consecutivos de crecimientos positivos, será bueno para la economía, pero habrá que esperar hasta 2015 para que se genere empleo, para salir de la crisis. Y el crecimiento será débil y lento. La salida de la crisis será débil y prolongada en el tiempo.
A finales de 2010 también se salió de la recesión y luego hubo una recaída, ¿puede ocurrir de nuevo?
No, no, no. Habrá crecimientos moderados, pero habrá mayor actividad económica y crecerá el PIB.
¿Y pueden registrarse mejorías en el empleo de aquí a final de año?
Se frena el deterioro de la economía, pero con una demanda interna todavía en tasas negativas. Es la demanda externa, las exportaciones, la que nos permite que el decrecimiento no sea todavía superior. Vamos a esperar a ver qué resultados nos dan las cuentas trimestrales, todo apunta a que habrá una mejoría muy leve en el segundo semestre de 2013. Muy débil para crear empleo.
En la lucha contra la crisis hay dos herramientas nuevas: el pacto entre el PNV y el PSE y el acuerdo del Gobierno y las diputaciones.
Seguimos en recesión, con una caída de la actividad económica importantísima y con una menor recaudación que contrasta con la demanda creciente de servicios públicos dentro del Estado del Bienestar. Y además hay una tercera cuestión: cómo gestionar eso cuando la Unión Europea plantea unas condiciones muy duras. Hay que tener en cuenta esa situación y el acuerdo de fiscalidad y de impulso económico con los socialistas dota a Euskadi de una mayor estabilidad y consenso a la hora de llevar a cabo la política europea, muy rígida en materia de gasto público, déficit y endeudamiento. Las expectativas nuestras son que en 2014 se registre un crecimiento nominal de la economía y luego llegarán los efectos de la reforma fiscal. Pero fundamentalmente se verán en 2015. El acuerdo es bueno, porque se acuerdan acciones importantes en materia de impulso económico y de mantenimiento del Estado del Bienestar en una coyuntura en la que es difícil hacerlo.
¿Y el acuerdo con las diputaciones?
Es un acuerdo también de impulso de la actividad económica, que es lo importante, donde compartimos actuaciones en la modernización del país a través de un mayor margen para realizar inversiones este año. El acuerdo con el PSE establece las líneas general de la política de reactivación económica y de bienestar social. Y luego el acuerdo con las diputaciones es importante para coparticipar en acciones comunes en materia de inversiones, vivienda, ferrocarriles, infraestructuras tecnológicas y carreteras. Dos elementos que le proporcionan al Gobierno capacidad de interlocución en el Parlamento con el PSE y capacidad de interlocución interinstitucional con las tres diputaciones.
Con todo, es posible que esa sintonía interinstitucional se rompa en el próximo Consejo de Finanzas.
No tiene porqué ser así . El Consejo Vasco de Finanzas tiene sus propias dinámicas, son dos cosas distintas. No hay ninguna peculiaridad especial en esta ocasión. Todos los años, en función de cómo evolucione la recaudación, se producen diferentes opiniones entre diputaciones, pero el Consejo no deja de tomar decisiones y establecer los acuerdos de las previsiones de cierre del año y las del año siguiente para que todas las instituciones del país tengan presupuestos. Es tónica habitual que suele tener impacto mediático pero que el Gobierno aborda con una gran serenidad e interlocución con las tres diputaciones.
¿No esperan una batalla por las aportaciones?
No. Son planteamientos normales de todos los años. Forman parte de la dinámica política interinstitucional que nosotros abordamos con tranquilidad y normalidad. No le doy demasiada trascendencia. Al final habrá acuerdo para que todos podamos tener presupuestos.
¿Se cumplirán las previsiones de recaudación?
Con los datos de agosto, estamos en esa línea. Y es muy importante, porque nos permitirá a todos: ayuntamientos, diputaciones y Gobierno Vasco cumplir con las previsiones con las que se elaboraron los presupuestos. Vamos a cumplir. Lo cual ya es mucho, porque llevamos muchos años de incumplimiento de las previsiones. Y eso trastorna de forma muy importante el cierre de los ejercicios económicos a todas las administraciones. No cumplir previsiones puede llevar a un mayor déficit y obligar a tomar medidas drásticas de contención del gasto.
En el Consejo Vasco de Finanzas se tratará la deflactación del IRPF, ¿qué ocurrirá?
No se toma la decisión, pero dentro de las conversaciones de fijación de las previsiones y las aportaciones se suele hablar de ello. No parece que vaya a haber deflactación.
¿Y subirá la recaudación en 2014?
Claro, gracias al crecimiento de la economía y a la reforma fiscal.
Los socialistas advierten al PP y a Bildu, que rechazan la reforma fiscal, de que el Órgano de Coordinación armonizará los impuestos.
En ese órgano están representados el Gobierno Vasco y las tres diputaciones y su labor es buscar una armonización en el sistema tributario vasco. Se analizará cómo está el sistema tras la modificación en las tres juntas. Vamos a ver cómo evoluciona. El acuerdo con el PSE ayuda bastante, pero hay que ver qué ocurre en cada una de las Juntas.
¿Pero estarían dispuestos a que sea el Parlamento el que regule?
Antes de una Ley de Armonización hay un trabajo previo y ese trabajo es buscar el grado de armonización necesario a través de la cooperación y el diálogo. Si el Parlamento aprueba una ley de armonización será porque han fracasado todos los trámites y mecanismos de interinstitucionalidad y cooperación.
¿Y cree posible con las diferencias de equilibrio de fuerzas en cada territorio que salga un texto común?
La armonización permite que haya diferencias entre las haciendas, porque sino para qué tenemos tres diputaciones, bastaría con el Parlamento. Armonización quiere decir que haya una similitud en elementos sustanciales de los impuestos, y ese es el trabajo del OCT. Y ese trabajo lo va a hacer el Gobierno Vasco, pero las diputaciones también deben realizar ese esfuerzo de cooperación.
La gran diferencia entre la reforma de PNV-PSE y la de Bildu es el Impuesto sobre el Patrimonio. ¿Es posible que Gipuzkoa se quede con su tasa y Araba y Bizkaia con otra?
Ese impuesto está ahora desarmonizado, vamos a ver si se puede armonizar en el OCT.
¿Hay clima para lograr un acuerdo?
Sí. Sí, porque hemos llegado a acuerdos con el PSE y con las diputaciones esta misma semana. Este país siempre ha tenido esa complejidad de tener que buscar el equilibrio entre Gobierno y diputaciones, vamos a trabajar esta cuestión con responsabilidad y espíritu integrador para buscar el acuerdo.
El debate de la armonización le es ajeno a los ciudadanos, que miran el bolsillo. ¿Subirán los impuestos?
El acuerdo con el Partido Socialista supone una reforma fiscal leve y moderada. Es más progresiva, en cuanto aumenta el gravamen de las rentas más altas en el IRPF. Se caracteriza también por dar más suficiencia financiera. Y sirve de estímulo para la actividad económica. La presión fiscal va a ser menor que en el Estado. Y se mantiene la deducción por vivienda habitual que en España ha desaparecido. El nivel de gravamen a las pymes y a la población es superior en el Estado comparado con la reforma en trámite.
¿Cómo incentivará la economía?
Por ejemplo, facilitando que las pymes se capitalicen para fortalecerse en su desapalancamiento. El futuro pasa para tener mayor fortaleza financiera, mayor capital. Y la capitalización va a estar estimulada junto a la inversión en I+D o en activos fijos.