berlín. Alemania no levanta el pie del acelerador de las reformas de sus socios de moneda y considera que ampliar el plazo para que países como España ajusten sus gastos "no resuelve la crisis". Ésa es la opinión del presidente del Bundesbank y consejero del BCE, Jens Weidmann, que fue el asesor económico de Angela Merkel hasta su elección para liderar el Banco Central germano y que sigue siendo una de las voces más influyentes para la canciller. En su momento, también se opuso al programa de compra de deuda puesto en marcha por Mario Draghi, pero Merkel terminó aceptándolo y el encontronazo con el presidente del BCE no fue a más. Ahora centra sus críticas en la Comisión Europea.

En esa línea, Weidmann advirtió ayer de los riesgos de llevar al límite la interpretación de las nuevas reglas de disciplina fiscal y el impacto negativo de ser demasiado benevolente con países como España, Francia o Eslovenia, que han incumplido los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.

"Se otorgaron periodos más largos de ajuste a países como España, Francia y Eslovenia respecto a lo contemplado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, cuando tal diferencia solo debería hacerse en circunstancias excepcionales, ya que las exigencias estructurales de consolidación se ven debilitadas cuando se aplazan", indicó el banquero en un discurso pronunciado en Berlín.

En este sentido, el presidente del Bundesbank, considerado como el principal representante de los halcones del BCE, los duros, criticó que estas excepciones en el cumplimiento de los objetivos de déficit hayan sido aplicadas "de forma simultánea, lo que menoscaba el efecto disciplinante de las reglas fiscales".

Asimismo, Weidmann subrayó que la mera existencia de nuevas y más exigentes normas "no es suficiente", puesto que estas reglas deben ser aplicadas y la Comisión Europea ha de ser exigente. "No pienso que sea apropiado empezar estirando al máximo la flexibilidad de las nuevas reglas", señaló el presidente del Bundesbank, quien recordó a los gobiernos que el Consejo del BCE "no puede resolver la crisis, sólo ganar algo de tiempo".

La Comisión Europea concedió el pasado mes de mayo a España una prórroga de dos años para cumplir el objetivo de reducir el déficit por debajo del umbral del 3% que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, al considerar que el Gobierno de Mariano Rajoy había cumplido los ajustes estructurales exigidos en 2012 y que la situación económica había empeorado. Con esta relajación del déficit, los nuevos objetivos para España son del 6,5% para este año, el 5,8% en 2014, el 4,2% en 2015 y el 2,8% en 2016. Asimismo, Bruselas decidió relajar los objetivos de consolidación fiscal para otros países de la eurozona como Francia, Países Bajos, Eslovenia o Portugal.

Lo cierto es que la crisis del euro está ocupando gran parte de la precampaña alemana, donde Merkel se juega gran parte de sus opciones de seguir liderando el país. Así, Bernd Lücke, el líder del partido Alternativa para Alemania (AfD), que tiene como principal bandera la oposición al euro, pidió ayer que se publiquen los estudios que, según asegura, deben haber realizado expertos del Gobierno alemán y del Bundesbank sobre un posible desmantelamiento de la eurozona. Habrá que esperar hasta el 22 de septiembre para conocer el peso de los euroescépticos en el nuevo Parlamento.