El DS3 descubre sus encantos. La división de honor de Citroën presenta una caprichosa y relativamente útil variante convertible de su modelo compacto. Un arriesgado ejercicio de estilo quita el sombrero al sofisticado utilitario francés inspirado en el éxito de Mini. La denominación Cabrio no se ajusta del todo a la realidad puesto que este DS3 solo elimina el techo y el parabrisas posterior, elementos que suple con un ingenioso cobertor textil eléctrico que consiente abrir total o parcialmente su cabina. Gracias a dicha solución brinda cualidades de los descapotables clásicos, pero aportando un leve plus de versatilidad. Está disponible con los tres motores de gasolina (82, 120 y 155 CV) y con un e-HDi (90 CV) a partir de 17.000 euros escasos.

La nueva propuesta tira el anzuelo en un caladero comercial aún más estrecho que el del DS3 con tapa. Se dirige a esa pequeña fracción de clientela sibarita que, además de solvencia de movimientos, exclusividad y bienestar, quiere sensaciones nuevas. Por ejemplo, ponerse el cielo por montera.

El dispositivo desarrollado por Citroën permite ir con viento fresco. El sofisticado toldo retráctil procura al modelo una dosis extra de practicidad, importante coartada comercial de la que carecen los cabrios de toda la vida. El destape y la cobertura requieren 16 segundos; ambas operaciones se pueden efectuar en marcha, siempre que no se ruede a más de 120 km/h. La capota, disponible en tres colores, contempla cuatro posiciones automáticas, si bien el usuario tiene la potestad de decidir en cada momento cuánta apertura dar al tragaluz.

La sustitución de la bóveda de chapa por esta solución semirrígida plegable apenas altera la configuración y la silueta del modelo. Con la salvedad del techo blando abrefácil, este DS3 mantiene la estructura de la carrocería convencional, incluyendo los arcos superiores longitudinales y los flancos provistos de puertas delanteras y ventanillas traseras. El Cabrio conserva, por tanto, un interior similar al conocido. Repite las cotas de habitabilidad de la variante cerrada al ofrecer, al menos oficialmente, cinco plazas; en honor a la verdad, para garantizar el confort no es aconsejable embarcar más de cuatro adultos.

Por otra parte, esos ocupantes están obligados a viajar con poco más equipaje que el que quepa en sus bolsillos. El original sistema de plisado de la capota, que se extiende y repliega con un ajuste perfecto y confiere un hermetismo plausible a la cabina, obliga a sacrificar 40 litros del maletero, que se queda en 245. Lo peor es que presenta una boca de acceso anormalmente estrecha, como un buzón, lo que dificulta la entrada de bultos. Es el único lunar del llamativo diseño.

El fabricante francés impulsa esta creación con cuatro de las motorizaciones que el DS3 tiene en cartera. Emplea las tres unidades de gasolina -tres cilindros con 82 caballos, VTi de 120 y THP de 155-, así como con una e-HDi Airdream (90 CV) asociada a caja manual pilotada de seis relaciones (homologa un consumo medio de 3,8 litros y unas emisiones de CO2 de 99 g/km).