MADRID. El Gobierno español aprobó el pasado viernes varias medidas que cambian el escenario en el que se negocian los expedientes de regulación y a partir de ahora será más sencillo para las empresas realizar despidos colectivos. Las multinacionales extranjeras no tendrán que presentar sus cuentas consolidadas, por lo que podrán solicitar un ERE teniendo beneficios. Además, aunque la compañía tenga varios centros de trabajo se negociará en una única mesa, se reducen las causas de nulidad en los tribunales y se limitan las posibilidades de presentar reclamaciones individuales.

Todas estas nuevas disposiciones forman parte, junto a otras que avanzan en esa dirección, de un paquete incluido dentro del Decreto Ley para la Protección de los Trabajadores a Tiempo Parcial unidas bajo un ambiguo título -"otras medidas de orden económico y social"- en el que se tratan cuestiones tan dispares como el mercado laboral, la morosidad de las administraciones públicas, el régimen transitorio de financiación del sector naval o la regulación de las ayudas por el accidente ferroviario de Santiago.

A pesar de su importancia, el cambio del terreno de juego en el que se negocia los ERE pasó desapercibido dentro del conjunto de iniciativas aprobadas. Con la excusa de "mejorar la seguridad jurídica" tanto para empresas como para trabajadores -una coletilla utilizada en varias ocasiones en el decreto-, se elimina de la ecuación la posibilidad de que la negociación del despido colectivo se lleve a cabo en varias mesas, una por cada centro de trabajo en los grupos empresariales, y de que puedan registrarse resultados diferenciados en cada planta.

También se facilita el mecanismo en el caso de las multinacionales extranjeras, que no tendrán que presentar las cuentas consolidadas de todo el grupo, lo que permitirá por ejemplo que una gran empresa alemana en beneficios podrá escudarse en sus malos resultados en España para iniciar un ERE. Por contra, si la sociedad dominante tiene su sede en el Estado se mantiene la obligación de presentar el balance global de las cuentas. Dentro del ámbito más procedimental, el plazo de la negociación empezará a correr siete días después de que la empresa comunique su intención de activar el despido colectivo aún en el caso de que no se haya constituido todavía la comisión de los trabajadores, una medida que a efectos prácticos acelerará los procesos.

Asimismo se limita notablemente el papel de la justicia, uno de los principales elementos de tensión que ha generado reforma laboral con un reguero de sentencias que anulan ERE. A partir de ahora, el juez podrá declarar improcedente el expediente de una empresa que alegue una mala situación económica sin estar en realidad en esa circunstancia, pero solo podrá declararlo nulo sino se han respetado los trámites que establece la ley.

rechazo sindical La salida a la luz de todas estas cuestiones tras ser publicadas en el BOE generó ayer un amplio rechazo sindical. Para ELA, las modificaciones aprobadas "refuerzan aún más la unilateralidad empresarial" para despedir. El sindicato abertzale puso el acento en la obligación de negociar en una sola mesa cuando el ERE afecte a varios centros de trabajo, porque se pretende "hurtar" la intervención sindical en ámbitos en los que, como en Euskadi, los sindicatos pueden ser "hostiles a los planes de destrucción de empleo".

Desde CCOO y UGT se mostró un mayor rechazo al "regalo" del Gobierno de Rajoy a las multinacionales, que podrán "despedir a su antojo" sobre la base de la mala situación económica de España.

ELA considera que esta modificación es "una barbaridad si se tiene en cuenta la facilidad que tienen estas sociedades para manipular sus cuentas, estipulando pérdidas y ganancias en los países que más les convienen para no pagar impuestos o para justificar un ERE determinado". Este sindicato reprochó además que "se reduzcan las causas de nulidad para los ERE", que "es lo que pedía" Confebask "cuando afirmaba que la función de los jueces no puede ser la de enmendar la voluntad empresarial".

Los sindicatos acusan a Fátima Báñez de facilitar el despido. Foto: EFE