adrián legasa
madrid. Los expertos que han desarrollado la nueva reforma de pensiones que demanda Bruselas han concluido su trabajo dando el visto bueno a un informe que, como se esperaba, no incluye buenas noticias para el bolsillo de los pensionistas. Su nómina a partir del año que viene dejará de estar vinculada a la subida de precios y pasará a variar en función de la salud de las arcas de la Seguridad Social. Dado que las cuentas de la caja única van de mal en peor, el efecto será una nueva reducción de su poder adquisitivo.
El factor de sostenibilidad quedó plasmado por pimera vez sobre el papel en la reforma de pensiones que desarrolló el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, acordada con CEOE y CCOO y UGT, aunque su puesta en marcha se reservaba para 2027. La esencia de este concepto es asegurar la viabilidad del sistema de pensiones, pudiendo modificarse cualquier parámetro de las jubilaciones -cuantía, edad de jubilación etc.- de manera que no se produzca un desajuste irreversible entre las entradas de dinero vía cotizaciones y las pagas a los pensionistas.
En un momento de crisis económica en el que el paro hace estragos, el número de trabajadores que cotizan cae en picado mientras el de pensionistas sube de manera constante. En números redondos, en el Estado hay nueve millones de personas que cobran una pensión de la Seguridad Social, que queda soportada por algo más de 16 millones de trabajadores, es decir, por cada pensionista hay menos de dos cotizantes. Además, los sueldos de los que trabajan se ha deteriorado de manera que también contribuyen con cantidades más bajas que antes de la crisis. El resultado es que la Seguridad Social ha cerrado los dos últimos años en números rojos comprometiendo el sacrosanto déficit español.
De ahí que Bruselas pusiera sobre la mesa de Moncloa hace meses la necesidad de reducir el gasto en pensiones. La insistente petición a Rajoy el pasado año para que desligara la nómina de los jubilados del IPC, como ya ocurrió en 2011, no fue un hecho puntual sino el preludio de algo que la Comisión Europea quiere convertir en norma.
El comité de expertos reunido a instancias del PP ha puesto la primera piedra para ello al proponer un factor de revalorización anual ligado a la evolución de los ingresos de la Seguridad Social -se propone una fórmula que incluye otras variables como el aumento del número de pensionistas, pero sujetas todas al volumen de las cotizaciones- que comenzaría a aplicarse a los pensionistas actuales desde 2014. En caso de que el sistema cierre con pérdidas, la nómina quedará congelada al margen de la subida de precios.
Además, los expertos asientan el factor de sostenibilidad en otra pata, el factor de equidad intergeneracional, que adapta la nómina de los nuevos pensionistas a la esperanza de vida. Aquí no quedarían incluidos los actuales pensionistas, pero sí los que dejen de trabajar el año que viene. Según el informe, la aplicación de ese segundo corrector implicará un ajuste progresivo a la baja en el cálculo de la pensión inicial, que rondaría el 5% cada diez años.
Por tanto, los doce expertos que han elaborado el informe -solo uno ha votado en contra y otro se ha abstenido- plantean una reforma que afectaría tanto a los pensionistas actuales como a los futuros. Por otra parte, la afección se limita a la cantidad a cobrar, y de momento no se tocan otros conceptos como la edad de jubilación o los años para calcular la pensión, que siguen evolucionando al ritmo que fijo al anterior Gobierno de Zapatero.
El informe, que ayer ya recibió críticas por parte de algunos partidos y sindicatos, será remitido al Gobierno de Rajoy, que a su vez lo llevará al Pacto de Toledo para discutirlo con los agentes sociales. Este foro no es un obstáculo real para su aprobación ya que el PP ya ha hecho modificaciones sin contar con su visto bueno.
Comparecencia del Gobierno español ayer tras el Consejo de Ministros, antes de conocerse el informe de los expertos. Foto: efe
la base de la reforma
l El factor de revalorización anual (FRA). Se trata de un elemento corrector que hará que las pensiones suban en función de los ingresos de la Seguridad Social. Es una fórmula en la que, además de los ingresos, se tienen en cuenta el aumento del número de pensionistas o la paga media. Afectaría desde 2014 a los pensionistas actuales.
l Factor de equidad generacional (FEG). Se calcula en función de la esperanza de vida respecto a un año base. A medida que aumente, la pensión irá disminuyendo a razón de un 5% cada década. Afecta a los pensionistas futuros desde el año que viene.